SEIS SOMBREROS PARA DETECTAR PROBLEMAS
BOLITA261018 de Agosto de 2013
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Educación Superior Abierta y a Distancia • Ciencias Exactas y Tecnología
Habilidades del pensamiento
Unidad 3. Solución de problemas
3.2. Método genérico
De Bono, E. (2004). Seis sombreros para pensar. México: Granica. pp. 198-202.
CONCLUSIÓN
El MAYOR ENEMIGO DEL PENSAMIENTO es la complejidad, porque conduce a la confusión. Cuando el
pensamiento es claro y sencillo resulta más grato y eficaz. El concepto de los seis sombreros para pensar es
muy sencillo. Su utilización también es muy simple.
El concepto de los seis sombreros para pensar tiene dos propósitos centrales. El primero es simplificar el
pensamiento, permitiendo que el pensador trate una cosa después de otra. En vez de hacerse cargo al mismo
tiempo de las emociones, la lógica, la información, la esperanza y la creatividad, el pensador puede encararlas
por separado. En vez de valerse de la lógica para disimular a medias una emoción, el pensador puede llevar
dicha emoción a la superficie mediante el sombrero rojo y sin la necesidad de justificarla. El sombrero negro
para pensar puede entonces tratar el aspecto lógico.
El segundo propósito central de los seis sombreros para pensar es permitir una variación en el pensamiento.
A una persona que en el transcurso de una reunión se ha mostrado continuamente negativa, se le puede
pedir que se quite el “sombrero negro”. Esto le indica a la persona que está siendo persistentemente negativa.
También se puede pedir a esta persona que se ponga “el sombrero amarillo”. Éste es un pedido directo de que
sea positiva. De este modo, los seis sombreros proporcionan un lenguaje que, sin ser ofensivo, es preciso.
Lo más importante es que este lenguaje no amenaza el ego o la personalidad del sujeto. Se convierte en
actuación o incluso en un juego. Los seis sombreros permiten que se solicite pensar de ciertos modos. Los
sombreros resultan así una especie de instructiva taquigrafía.
No estoy insinuando que en todo momento deberíamos ponernos conscientemente un sombrero y otro.
Ello es innecesario. En algunas ocasiones puede que queramos usar todos los sombreros en una secuencia
formalmente estructurada; en estos casos deberíamos exponer la estructura por adelantado. Más a menudo
querremos ponernos uno u otro sombrero con cierta formalidad en el curso de una discusión. O podemos
querer pedir a uno de los presentes que se ponga un sombrero determinado. Al principio esto puede parecer
un tanto extraño pero con el tiempo parecerá muy natural. Obviamente, el lenguaje consigue utilidad máxima
si todos los miembros de una organización están al tanto de las reglas de juego. Por ejemplo, todos los que
acostumbran reunirse para discutir deberían conocer el significado de los distintos sombreros. El concepto
funciona mejor cuando se convierte en una especie de lenguaje común.
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Educación Superior Abierta y a Distancia • Ciencias Exactas y Tecnología
Habilidades del pensamiento
Unidad 3. Solución de problemas
3.2. Método genérico
RESÚMENES
El método de los seis sombreros para pensar
Imagen que muestra seis sombreros de diferentes colores. Los sombreros se encuentran ordenados en dos columnas. En la primera columna se encuentra el sombrero amarillo, el sombrero rojo y el sombrero verde. En la segunda columna se encuentra el sombrero azul, el sombrero negro y el sombrero blanco.
Imagen que muestra seis sombreros de diferentes colores. Los sombreros se encuentran ordenados en dos columnas. En la primera columna se encuentra el sombrero amarillo, el sombrero rojo y el sombrero verde. En la segunda columna se encuentra el sombrero azul, el sombrero negro y el sombrero blanco.
El PROPÓSITO DE LOS SEIS SOMBREROS para
pensar es desembrollar el pensamiento, de
modo que el pensador pueda utilizar un modo
de pensar después de otro, en lugar de hacer
todo al mismo tiempo o intentarlo. La mejora
analogía es la impresión a todo color. Se imprime
cada color por separado y al final se reúnen
todos y se ve el conjunto.
El método de los seis sombreros para pensar
está diseñado para sacar el pensamiento del
estilo argumentativo habitual y llevarlo a un
estilo cartográfico. Esto hace del pensamiento
un proceso de dos etapas. La primera es elaborar
el mapa. La segunda es elegir la ruta en el mapa.
Si el mapa es suficientemente bueno, la ruta mejor suele ser obvia. Tal como en la analogía de la impresión a
color, cada uno de los seis sombreros pone un tipo de pensamiento en el mapa.
No pretendo afirmar que los seis sombreros abarcan todos los aspectos posibles del pensamiento, sino que
abarcan los modos principales. Tampoco estoy sugiriendo que nos pongamos uno de los sombreros cada vez
que pensamos.
El mayor valor de los sombreros es su misma artificialidad. Brindan una formalidad y una convención para
requerir cierto tipo de pensamiento tanto de nosotros mismos como de los demás. Fijan las reglas del juego
del pensamiento. Cualquiera que lo juegue va a conocer estas reglas.
Cuanto más se utilicen los sombreros, más se integrarán a la cultura del pensamiento. Todos los miembros de
una organización deberían aprender el lenguaje básico de modo que se puede incorporar a la cultura.
El pensamiento en foco resulta así mucho más potente. En lugar de perder tiempo en discusiones y
razonamientos sin rumbo, se contará con un planteo enérgico y disciplinado. Al principio, es posible que la
gente se sienta un poco incómoda con el uso de los sombreros, pero esta incomodidad desaparece apenas la
conveniencia del sistema resulta evidente. La primera utilización de los sombreros será un pedido ocasional
de usar uno en particular o de cambiar el negro por otro.
El gran valor de los sombreros es que proporcionan roles de pensamiento. Un pensador puede enorgullecerse
de representar cada uno de esos roles. Sin la formalidad de los sombreros algunos pensadores se estancarían
en un modo único (generalmente el negro).
Subrayo una vez más lo fácil que es usar el sistema. No hace falta que el lector se esfuerce en recordar todos
los puntos expuestos en estas páginas. Constituyen una ampliación. Lo esencial de cada sombrero es fácil de
recordar.
2
Sombrero Blanco: blanco, virgen, hechos puros, números e información.
Sombrero Rojo: ver rojo, emociones y sentimientos, también presentimiento e intuición.
Sombrero Negro: abogado del diablo, enjuiciamiento negativo, razón por la que no resultará.
Sombrero Amarillo: luz del sol, brillo y optimismo, positivo, constructivo, oportunidad.
Sombrero Verde: fertilidad, creatividad, plantas brotando de las semillas, movimiento, provocación.
Sombrero Azul: moderación y control, director de orquesta, pensar en el pensamiento.
Mientras más personas aprendan el lenguaje, más útil resultará en cualquier organización. La verdad es que
no contamos con un lenguaje sencillo como sistema de control de nuestro pensamiento.
Si nos sentimos tan inteligentes que creemos poder prescindir de este sistema, podríamos tener en cuenta
que dicho sistema haría que esa inteligencia, de la que tanto nos jactamos, fuera más eficaz aún. Una persona
con talento natural para correr se beneficia más que otros si a ese talento aplica disciplina.
-En este momento quiero hacer una acotación de sombrero amarillo. Pruébalo por ti mismo.
Me parece conveniente repetir en las páginas siguientes los resúmenes usados en el libro para cada uno de
los seis sombreros para pensar.
RESUMEN DEL PENSAMIENTO DE SOMBRERO BLANCO
Imagine un ordenador que da los hechos y las cifras que se le piden. Caricatura de Albert Einstain exponiendo en un pizarron verde su formúla: e igual a eme por ce al cuadrado.
Sobresale en la esquina superior izquierda el sombrero blanco
Caricatura de Albert Einstain exponiendo en un pizarron verde su formúla: e igual a eme por ce al cuadrado.
Sobresale en la esquina superior izquierda el sombrero blancoEs neutral y objetiva. No hace interpretaciones ni da opiniones.
Cuando usa el sombrero blanco, el pensador debería imitar al
ordenador.
La persona que pide información debe enmarcar y precisar las
preguntas a fin de obtener información o para completar vacíos de
la información existente.
En la práctica existe un sistema doble de información. El primer
nivel contiene hechos verificados y probados, hechos de primera
clase. El segundo, hechos que se cree que son verdaderos, pero que
todavía no han sido totalmente verificados, hechos de segunda
clase.
La credibilidad varía desde “siempre verdadero” hasta “nunca
verdadero”. En el medio
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