Sala de dos años.

Sala de dos años:

Hay una gran variedad de propuestas posibles para realizar en la sala de dos años. En esta edad se producen cambios relevantes vinculados con el juego simbólico, el lenguaje, el dibujo, el control de esfínteres y la adquisición de normas que le imprimen a esta sección un matiz especial. Estas adquisiciones varían en intensidad y calidad de acuerdo con las interacciones con los otros y con las intervenciones de los adultos responsables.

En esta sección la tarea asume una modalidad específica que integra aspectos relacionados con las demás salas del jardín maternal.

Se plantean aspectos vinculados con la dinámica grupal, ya que a lo largo del ciclo lectivo se trabajará sobre la conformación del grupo, la participación en propuestas grupales y el respeto por las normas. Adquiere así importancia la integración de cada niño en las actividades conjuntas.

Por otro lado, el desarrollo de la autonomía, que tiene presencia en la sala de 1 año, adquiere a los dos una magnitud diferente. Ahora los niños tienen el deseo de realizar acciones de manera independiente y se oponen a los adultos para afirmar esa marcha hacia su autonomía y al mismo tiempo, en otros momentos, expresan una necesidad de dependencia respecto del adulto y una puesta de límites que, a su vez, son desafiados.

La atención debe basarse en crear los andamios que vayan sosteniendo estos aprendizajes.

Como en todas las situaciones vinculadas con los aprendizajes de los alumnos, los educadores se encuentran frente a dos posibilidades: esperar que logren hacerlo por si solos, o ubicarse un paso más adelante y acompañarlos en el desarrollo de esas posibilidades.

Cabe destacar que muchas veces se subestima aquello que los niños pueden realizar y por otro lado no se toma conciencia de la influencia de actitudes e intervenciones de los adultos en esos logros. Al principio del año escolar se recibe un conjunto de niños conformado por:

• Los que hablan, usan pañales y chupete

• Los que controlan esfínteres y se expresan sin dificultades.

A su vez los docentes serán, participes, observadores, de estos procesos y responsables en el desarrollo de sus aprendizajes. A mitad de año hay un grupo que generalmente se reconoce como tal, se expresa a través de lenguaje verbal, puede compartir juegos, juguetes, comienza a reconocer normas y espacios de la institución y así comenzarán a desenvolverse con autonomía. La docente además deberá trabajar sobre la integración grupal ya que adquiere una importancia fundamental. Será importante que se desarrollen propuestas de actividades secuenciadas, de resignificación de actividades cotidianas y juego espontaneo. Es primordial que se sostenga una rutina que les brinde seguridad y confianza y que a su vez les permita desenvolverse de manera independiente.

Otros aspectos de gran importancia son:

• La presencia del juego simbólico

• El desarrollo del lenguaje verbal como un modo nuevo y básico de comunicación.

• El interés por su propio cuerpo y el reconocimiento de sus diversas partes, vinculado con las habilidades motrices.

• El inicio en la representación a través del dibujo.

• El interés por los objetos, sus características y relaciones que lo lleva a un contante manipuleo.

• La necesidad de explorar el espacio.

• El lugar de lo expresivo: La música, la literatura, la plástica, la expresión corporal.

Las propuestas de enseñanza

Una actividad puede ser interesante, rica y significativa aunque no la desarrolle todo el grupo al mismo tiempo. La imagen de todos los nenes de dos años sentados y quietos en una ronda lleva muchas veces a la idea de que es posible realizar con ellos determinadas propuestas. Se trata de aceptar que el movimiento constante y los ruidos son parte del trabajo con niños de esta edad. Esto significa que se deben aceptar los diversos niveles y estilos de participación, la diversidad de acciones y la entrada y salida de las propuestas. Al coordinar las actividades es importante observar el aspecto grupal. El docente debe ser un observador constante para decidir cuándo y cómo intervenir de acuerdo con el proceso que se va desarrollando. Una observación atenta de las escenas posibilita una intervención justa y adecuada, por eso es tan importante no perder el panorama

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