Salud haitiano
Lauratizada19 de Junio de 2013
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INTRODUCCIÓN:
La salud es un estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a nivel subjetivo (un ser humano asume como aceptable el estado general en el que se encuentra) o a nivel objetivo (se constata la ausencia de enfermedades o de factores dañinos en el sujeto en cuestión). El término salud se contrapone al de enfermedad, y es objeto de especial atención por parte de la medicina.
Las condiciones de salud resultan ser de suma importancia para los habitantes de cualquier comunidad, debido a que es uno de los elementos más relevantes para el desarrollo de una vida larga y cualitativa.
En lo referente al país Haitiano, la salud integral de los habitantes se ve sumamente afectada por diversas razones, la que más sobresale entre todas ellas es el alto nivel de pobreza que disminuye notablemente la calidad de vida de los Haitianos, sin importar que sean niños, adultos o ancianos.
El trabajo a continuación enmarcará cada uno de los problemas que recaen en el país, especificando sus causas y sus fatales consecuencias.
SERVICIOS DE SALUD:
El sistema de salud haitiano está organizado en torno a tres niveles de atención. En el primer nivel, hay unos 700 establecimientos de atención primaria distribuidos por todo el país, que reciben el apoyo de hospitales comunitarios. Diez hospitales departamentales constituyen el nivel secundario de atención y el nivel terciario depende de cuatro hospitales universitarios.
Los establecimientos de salud de casi la mitad de Haití están concentrados en la zona metropolitana de Puerto Príncipe y sus vecindarios pobres, y el resto se encuentra en las zonas rurales. La medicina tradicional desempeña un papel importante y constituye la primera instancia a la que recurre casi 80% de la población debido a su bajo costo y accesibilidad.
El sistema de salud de Haití afronta complejos problemas de organización y gestión que han hecho que los servicios estén disponibles solo de manera limitada y que sean de calidad deficiente. Los obstáculos geográficos y financieros limitan el acceso a servicios de salud de calidad para la mayoría de la población y hay una importante escasez de profesionales sanitarios capacitados. La prestación de atención de salud está enormemente fragmentada y no hay mecanismos eficaces para coordinar los servicios de salud prestados por las muchas ONG y los muchos donantes presentes en Haití.
Haití carece de una política nacional sobre productos farmacéuticos y su sistema de reglamentación de los medicamentos es anticuado. No hay ninguna autoridad que suministre información o imparta capacitación sobre la legislación con respecto a los productos farmacéuticos, los procedimientos reglamentarios, la prescripción (como indicaciones, contraindicaciones y efectos secundarios), la autorización de distribuidores o los medicamentos aprobados. La falta de directrices normalizadas de tratamiento a nivel nacional, hospitalario o de la atención primaria agrava los problemas con respecto al uso racional de los fármacos. Un ejemplo de esto es que con frecuencia se venden antibióticos sin receta médica.
PROMESS, un proyecto de la OPS/OMS puesto en marcha en 1992, es el sistema principal de distribución de medicamentos esenciales en Haití. Tiene una junta administrativa presidida por el ministro de salud. Algunos de los logros principales han sido el fortalecimiento de las normas internacionales en el país, la elaboración de procedimientos operativos normalizados que posteriormente son validados por la junta y la integración parcial de los sistemas de distribución por medio de asociaciones con organismos multilaterales. PROMESS desempeñó una función fundamental en la respuesta a las emergencias por el terremoto y el cólera, no solo al garantizar los suministros, sino también al fortalecer la coordinación entre los asociados mediante la implementación del
software de gestión de existencias de suministros para el cólera en el país. PROMESS también ha implantado un sistema activo de distribución.
Se han designado oficialmente tres laboratorios farmacéuticos para producir medicamentos destinados al uso nacional, que abastecen de 30% a 40% del mercado haitiano. Si bien hay reglamentos vigentes para la concesión de licencias a fabricantes, mayoristas, distribuidores, importadores y exportadores de medicamentos, las entidades responsables de la importación o distribución de los medicamentos no siempre se adhieren a estos reglamentos y, por consiguiente, en general no están registradas ni autorizadas por el gobierno. En el país no se conoce el volumen real de productos farmacéuticos disponibles en el mercado ni hay protocolos ni mecanismos oficiales para velar por la calidad de los medicamentos.
A pesar de que existen normas que reglamentan la concesión de licencias y la práctica de quienes están autorizados a emitir recetas y de los farmacéuticos y las farmacias, la mayoría de las farmacias al por menor no están registradas ante el gobierno de Haití ni son propiedad ni están operadas por un farmacéutico o una persona autorizada a emitir recetas. Según el registro del Ministerio de Salud, hay aproximadamente 120 puntos privados autorizados para la venta de medicamentos al por menor en el país, la mayoría de los cuales están registrados en la zona de Puerto Príncipe; solo hay 31 registrados en otros departamentos. Sin embargo, hay más de 300 puntos privados de venta de medicamentos al por menor que funcionan en el país. Una proporción sustancial de medicamentos se dispensa en establecimientos administrados por el sector público, el privado y el sin fines de lucro.
Unos 1.200 productos medicinales han sido aprobados por el Ministerio de Salud para ser comercializados en Haití. Dado que el registro de los medicamentos es voluntario, no todos medicamentos que se venden en el país están específicamente autorizados. No está reglamentada la comercialización, la promoción ni la publicidad de los productos farmacéuticos.
La lista nacional de medicamentos esenciales de Haití, actualizada por última vez en 2011, no ha sido adoptada oficialmente y ninguna entidad es responsable de la selección de los medicamentos para la lista. La lista preliminar incluye aproximadamente 325 formas farmacéuticas distintas y no se la está usando actualmente en las compras del sector público ni en el rembolso por parte de los aseguradores públicos y privados.
Algunos establecimientos públicos proporcionan medicamentos en forma gratuita, pero la mayoría venden los medicamentos a los pacientes. El precio de los medicamentos que se cobra a los pacientes no está normalizado y puede incluir honorarios de consulta, gastos de dispensación, tasas fijas para determinados medicamentos, o una tasa fija y copago de algún porcentaje del medicamento. Ciertos medicamentos están cubiertos por el seguro público o por los aseguradores privados. Del gasto del país destinado a medicamentos, 80% es hecho por el sector privado.
El gobierno haitiano no tiene una política nacional de fijación de precios para los medicamentos y no fija el precio ni de los productos originales de marca, ni de los productos genéricos. No es obligatorio recetar medicamentos genéricos ni hay incentivos para dispensar medicamentos genéricos en las farmacias públicas o privadas. Los precios al por menor no son vigilados por el gobierno ni hay requisito alguno de que la información sobre precios de medicamentos deba hacerse pública. No hay directrices ni reglamentos oficiales para los donantes de medicamentos o para los sectores público, privado o de las ONG al aceptar y manejar los medicamentos donados.
DETERMINANTES Y DESIGUALDADES EN SALUD:
Según un informe de 2006 del Banco Mundial, 92% de las escuelas son privadas, la mayor parte de las escuelas públicas están en las zonas urbanas y 80% de los estudiantes primarios y secundarios asisten a escuelas privadas (pagas). Haití es el único de los países más pobres del mundo donde más de 50% de los niños asisten a escuelas que no son estatales. El Censo General de Población y Vivienda correspondiente a 2003 mostró que más de 61% de la población de 10 años de edad o más estaba alfabetizada (53,8% de las mujeres y 63,8% de los hombres) y que en las zonas urbanas se registraban tasas de alfabetización mayores (80,5%) que en las rurales (47,1%). Según la Encuesta sobre Condiciones Sanitarias en Haití de 2001, la tasa neta de matriculación en la enseñanza primaria de los niños de 6 a 11 años de edad fue de 60% en toda la nación. Sin bien no hubo ninguna diferencia importante entre las tasas de matriculación netas en la enseñanza primaria de las niñas (60%) y los niños (59%), en la tasa de matriculación bruta en la enseñanza secundaria se registra una diferencia significativa (37% en las niñas y 45% en
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