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Equidad En Salud


Enviado por   •  9 de Agosto de 2011  •  1.188 Palabras (5 Páginas)  •  1.791 Visitas

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El principal objetivo de los sistemas de salud, según

ha sostenido la Organización Mundial de la Salud

(OMS), es estrechar las brechas de equidad sanitaria.

Los estudios demuestran que las personas que viven en

la pobreza reciben menos de la parte proporcional que

les corresponde de los fondos públicos para la salud en

comparación con las clases acomodadas. En los países

que han logrado mejorar los resultados sanitarios y

reducir la inequidad, las políticas de desarrollo de los

sistemas de salud han tenido que ir “contra corriente”,

con el objetivo explícito de contrarrestar la tendencia

de atender primero a los sectores acomodados(1).

El presente artículo busca, a partir de una clasificación

de los sistemas sanitarios, analizar algunas de las

transformaciones que se han producido en Chile, en

materia de equidad en salud, con la reforma del sistema

de salud llamada “Plan AUGE” (Acceso Universal de

Garantías Explícitas). En la primera parte se intenta

una clasificación de los sistemas sanitarios en atención

a su modalidad de financiamiento, pluralidad de

actores y consecuencias en materia de igualdad; en

la segunda se analiza el sistema sanitario chileno y

sus transformaciones a propósito del AUGE, desde

las clasificaciones mencionadas. Para finalizar, se

examinan las tareas pendientes para la conversión de

un sistema que, manteniendo su carácter mixto, sea

capaz de superar sus actuales consecuencias fuertemente

regresivas.

Modelos de sistemas sanitarios

¿Qué tipo de sistema asegura la distribución más equitativa

de cuidado sanitario? ¿Es legítima la existencia de

un sistema sanitario con distintos niveles de atención?

El objetivo de la provisión pública de cuidados médicos

es garantizar a toda la población ciertas capacidades

básicas. Si bien este objetivo no implica necesariamente

que el sector público deba ofrecer sanidad a toda la

población en forma gratuita, se debería garantizar que,

ante una enfermedad, nadie se quede sin cuidados

médicos esenciales o se vea condenado a la pobreza

para poder pagarlos.

En opinión de Zubiri Oria, es posible lograr lo anterior

de diversas formas. Por un lado, al igual que

ocurre con los automóviles, el sector público podría

obligar a todos a comprar seguros médicos privados,

lo que exigiría una regulación precisa para evitar que

determinadas personas se vieran forzadas a pagar

primas muy elevadas o que fueran rechazadas por las

compañías privadas. Otra alternativa es que el sector

público se limite a proveer cobertura total y gratuita,

dentro de ciertas necesidades cubiertas, sólo para

quienes tuvieran rentas por debajo de cierto nivel y

para el resto sólo cobertura en el caso de enfermedades

catastróficas (muy costosas, de larga duración, crónicas,

entre otras). Irlanda, Países Bajos y, en menor

medida, Suiza se ajustan a este esquema. Finalmente,

una tercera forma de asegurar cuidado sanitario podría

consistir en que el sector público ofreciera cobertura

total de ciertas necesidades a toda la población. Este

es el esquema adoptado generalmente en los países

con sistemas nacionales de salud, como España, Reino

Unido, Italia y Suecia(2).

¿Qué sistema sanitario deberíamos preferir?

Del financiamiento público al pago por servicio

Según su modo de financiamiento, es posible clasificar

cinco modelos de sistemas sanitarios(3). Cada uno

se encarga de distribuir las cargas financieras y los

beneficios sanitarios de distinta forma; por tanto, cada

método tiene sus propias implicaciones de equidad. La

mayoría de los esquemas de financiamiento sanitario

están diseñados para asegurar el acceso equitativo al

cuidado sanitario y garantizar protección financiera

frente a las pérdidas catastróficas derivadas de enfermedades

o accidentes, previniendo la pobreza. Los

cinco sistemas son:

• Esquema de ingresos de impuestos generales. Probablemente,

el más utilizado en el mundo para financiar

parte o todo el sistema sanitario. Según la información

del Banco Interamericano de Desarrollo

(BID), mientras los países pobres asignan sólo un

18% de sus ganancias debidas a la recaudación de

impuestos al sistema sanitario –pues tienen menos

base impositiva y menos capacidad recaudatoria–,

los países ricos asignan hasta el 48%(3). Normalmente,

este sistema consigna un cierto impuesto

recaudado a un fin específico, como, por ejemplo,

destinar lo que se recibe gracias al impuesto al taActa

Bioethica 2007; 13 (2)

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baco o al alcohol para financiar ciertos

...

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