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San Sebastián


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  Biografías  •  1.868 Palabras (8 Páginas)  •  422 Visitas

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Biografía

Hijo de un notario de San Sebastián, fue alumno de los marianistas de Aldapeta,1 2 y desde niño un voraz lector, sobre todo de literatura popular e historietas, gusto que nunca perdió y al que le ha dedicado frecuentemente ensayos. A los trece años su familia se instaló en Madrid, donde terminó el bachillerato en el Colegio del Pilar.1 Sintió también afición por el teatro y estuvo en algunos grupos de aficionados. Estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó como profesor ayudante en las facultades de Ciencias Políticas y de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, de donde fue apartado de la docencia en 1971 por razones políticas, y también fue profesor de Ética y Sociología de la UNED. Fue catedrático de Ética en la Universidad del País Vasco durante más de una década. En octubre de 2008 se jubiló de su cátedra de Filosofía en la Universidad Complutense. Colaborador habitual del periódico El País desde su fundación, es codirector junto a Javier Pradera de la revista Claves.

Ha formado parte de varias agrupaciones comprometidas con la paz y en contra del terrorismo en el País Vasco, como el Movimiento por la Paz y la No Violencia, el Foro de Ermua, y actualmente de ¡Basta Ya!, asociación que recibió del Parlamento Europeo el Premio Sájarov a la defensa de los derechos humanos. También pertenece al partido político Unión Progreso y Democracia.

[editar]Obra

Su obra, compuesta por medio centenar de obras e innumerables artículos periodísticos, ha sido traducida al inglés, francés, sueco, italiano, portugués, alemán, japonés y danés. Ha obtenido numerosos premios entre los que destacan el Nacional de Ensayo 1982, el Anagrama por Invitación a la ética, el Francisco Cerecedo de periodismo y el Planeta 2008 con La hermandad de la buena suerte (en 1993 había sido finalista de este galardón con su novela epistolar El jardín de las dudas, sobre uno de sus autores preferidos, Voltaire; aquel año el premio se lo llevó Mario Vargas Llosa con Lituma en los Andes).3 De pensamiento en sus inicios afín al de Friedrich Nietzsche (Panfleto contra el todo), se le debe la traducción y divulgación en el mundo hispánico de la obra de uno de los pensadores más notables del nihilismo contemporáneo, Emil Michel Cioran.

Destaca su interés en acercar la filosofía a los jóvenes, con obras como Ética para Amador, uno de los libros más leídos de filosofía, Política para Amador o Las preguntas de la vida; también defiende la cultura popular por expresar la vitalidad juvenil, desde las novelas de aventuras, los cuentos fantásticos, y los relatos de terror al cómic y los juegos de rol.

Fernando Savater también se ha preocupado por el tema de la educación: en El valor de educar (1997) aborda este tema con analogías y un lenguaje rebuscado, pero que al mismo tiempo lo hace motivador e interesante. Este libro, dirigido especialmente a los maestros de educación básica y educación media de México, fue un encargo de la profesora Elba Esther Gordillo para motivar a los profesores a "hacer del niño una fábrica de conocimientos y no sólo un depósito de basura"4 y presenta, además del análisis del autor sobre la educación y los diferentes enfoques que esta tiene en México, una importante recopilación de fragmentos escritos por pensadores de todas las épocas sobre la educación.

[editar]Pensamiento y estilo

Savater es un autor prolífico, que se define como un "filósofo de compañía", al estilo de los philosophes franceses, no como un Filósofo académico y con mayúscula. Su filosofía es ilustrada y vitalista; su forma de expresión, polémica e iconoclasta; sus opiniones a menudo navegan contra corriente. El estilo agudo, incisivo e irónico de Savater se aprecia de manera evidente en sus artículos periodísticos, el género que más le gusta escribir.

Se confiesa influido por Nietzsche, Cioran y Spinoza, entre otros. En los setenta se le consideró durante mucho tiempo discípulo de Agustín García Calvo, pero a partir de 1981 sus caminos se separan ostensiblemente. Como escribe en su autobiografía Mira por dónde, «fue fundamental en mi devenir intelectual y moral encontrarle, no menos que luego despegarme de él».5

Siguiendo a Spinoza, propugna una ética del querer en contraposición a una ética del deber. Los seres humanos buscan de manera natural su propia felicidad y la ética ayuda a clarificar esta voluntad y mostrar las formas de su realización. Por tanto la ética no debe juzgar las acciones por criterios abstractos y ajenos a la felicidad propia.

Su filosofía política ha evolucionado desde el pensamiento libertario, que mantuvo en los setenta al individualismo democrático, socialdemócrata, liberal y universalista de su etapa posterior. El punto de inflexión del Savater joven al maduro puede situarse en La tarea del héroe (1981), donde escribe: "He sido un revolucionario sin ira; espero ser un conservador sin vileza". También ha reflexionado a menudo sobre el papel de las religiones en las sociedades democráticas actuales, propugnando un modelo de sociedad laica en su sentido más amplio, que ayude a afrontar no solo los planteamientos teocráticos, «sino también los sectarismos identitarios de etnicismos, nacionalismos y cualquier otro que pretenda someter los derechos de la ciudadanía abstracta e igualitaria a un determinismo segregacionista».;6 está reproducido también en la BiblioWeb de sinDominio

Fernando Savater en un acto de Ciutadans de Catalunya.

Desde coordenadas primero libertarias y luego liberales, se ha opuesto siempre al nacionalismo en general:

El nacionalismo en general es imbecilizador, aunque los hay leves y graves, los del forofo del alirón y el que se pone el cuchillo en la boca para matar. Hay gente sin conocimientos históricos, el nacionalismo atonta y algunos son virulentos. Afortunadamente en Cataluña la situación es diferente a la del País Vasco, aunque esa minoría es una alarma que nos dice que algo hay que hacer. El nacionalismo es una inflamación de la nación igual que la apendicitis es una inflamación del apéndice.

Savater se opone a aquellos partidos que hacen de la exaltación patriótica su seña principal de identidad. Su evolución ideológica quedó de manifiesto en la polémica que mantuvo con el también filósofo vasco Javier Sádaba, con quien escribió en los ochenta el libro titulado Euskadi: pensar el conflicto, a la vez que apoyaba con su firma la legalización de Herri Batasuna. Su evolución ideológica y filosófica le ha llevado después a posturas claramente

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