Semana 3 Foro Gestión de la Calidad

Actividad 2. Semana 3. Foro

¿Cuáles pueden ser las recomendaciones para vincular conocimiento, capital intelectual, competitividad y calidad en el desarrollo de las organizaciones para posicionarse en el mercado de la globalización? 

Los cuatro factores de creación de riqueza en una economía han sido siempre la tierra, el trabajo, el capital y el conocimiento, señala Savege, donde la importancia relativa de cada uno de ellos ha ido variando con la historia de la humanidad y su progreso, de acuerdo a las épocas agraria, industrial y del conocimiento

Sin embargo, este último, es la principal fuente de creación de riqueza actualmente en nuestra sociedad. Si bien, la evolución de la tecnología informática y de telecomunicaciones nos ha permitido transmitir datos, información y conocimiento con mayor facilidad, ahorrando tiempo y dinero para las empresas, éstas crean su ventaja competitiva basada en su uso, aplicación y capacidad de adaptación, como lo afirma Laurence Prusak. Pasando de una sociedad de la información a una sociedad del conocimiento, donde dentro de un contexto de mercados globales y siguiendo los paradigmas de la teoría moderna del management, aunado a las modernas teorías de la estrategia, consiguen ventajas competitivas sostenibles, contribuyendo también a la consecución del éxito empresarial respectivamente.

Dentro de las modernas teorías de la estrategia podemos encontrar la Teoría de los Recursos y de las Capacidades, misma que ha adquirido un carácter especialmente significativo debido a que estos factores juegan un papel relevante en la identidad de la empresa ante un entorno de competencia global, acortamiento del ciclo de vida de los productos, cambios rápidos en los gustos y necesidades de los consumidores, etc., donde la empresa debe preguntarse qué necesidades quiere y que puede satisfacer. Como lo dice Grant (1995), la estrategia tiene que ver con el ajuste de los recursos y capacidades de una empresa a las oportunidades que surgen en su entorno. El punto de partida para la formulación de la estrategia debe ser una declaración de la identidad y propósito de la empresa – misión -, así como identificar y valorar los recursos y capacidades disponibles en la empresa, tanto tangibles (estados contables), intangibles (tecnología, cultura) y en Capital Humano (conocimientos, destrezas y capacidades).

Las capacidades organizacionales que posea la empresa definirán su capacidad en relación con sus competidores, y se deben clasificar de acuerdo a sus actividades, enfocándose a:

1. Una clasificación funcional, que identifica las capacidades organizativas en relación con cada una de las principales áreas funcionales de la empresa.
2. La cadena de valor, que desagrega a la empresa en una cadena de actividades secuenciales. (Grant 1995).

En este sentido, es fácil perder la objetividad por lo que los directivos de la empresa deben de identificar y valorar las capacidades basados en un análisis con amplitud y profundidad desde diferentes perspectivas, estableciendo medidas cuantificables de los resultados que permitan la comparación de la empresa con otras. En este contexto, el benchmarking ha surgido como una herramienta importante para valorar y desarrollar las capacidades organizativas a través de una detallada comparación con otras empresas y organizaciones y muy en especial con los mejores competidores.

La capacidad y la función de reunir y analizar datos para, de modo sistemático y organizado, obtener y difundir información relevante sobre el circuito externo del entorno y las condiciones internas de la organización, que permitan crear conocimientos propicios para la toma de decisiones y la orientación estratégica, constituye la esencia de la Inteligencia Empresarial.

La implantación y desarrollo de un Sistema de Inteligencia Empresarial, aportará informaciones de gran valor estratégico que repercutirán de forma positiva en su competitividad.

La Inteligencia Empresarial es una herramienta de gestión que permite a la empresa reducir el riesgo en sus decisiones y acrecentar sus oportunidades. Por un mismo empeño laboran profesionales y especialistas del tema, de todas las latitudes: preparar a las empresas para el futuro por la vía de un proceso de gestión del conocimiento sistemático en aras de alcanzar la inteligencia competitiva.

En tal sentido, en un papel como el que enrola la empresa cubana, el Perfeccionamiento Empresarial, es sin dudas, un Gran Proyecto de Innovación, como plantean muchos especialistas. Ese gran proyecto es fruto de experiencia histórica del desarrollo empresarial en la Cuba revolucionaria. Con el Perfeccionamiento se trata de dotar a la empresa estatal socialista de los sistemas y facultades necesarios para competir eficazmente en las actuales condiciones.

Cuando una empresa se perfecciona, perfila su estrategia global y tecnológica, de eso no cabe duda, pero ella debe insistir en crear un proceso de mejora continua permanente, lo cual sólo se conseguirá a través de la innovación organizacional y tecnológica. La empresa que aplique el nuevo Sistema de Dirección y Gestión Empresarial y no desarrolle un proceso de innovación, está condenada a retroceder y perder la competitividad.

Por otra parte, junto con las ventajas competitivas sostenibles que generan los conocimientos, están los conocimientos o capacidades esenciales, los cuales contribuyen a la generación de valor económico para la empresa y son equivalentes a competencias nucleares o en inglés “core competencies”, por lo que, se pueden considerar desde una perspectiva económico-financiera como activos intangibles, activos intelectuales o capital intelectual.

Ante un universo fuertemente competitivo hoy en día, estos activos intangibles o capital intelectual han desplazado por su importancia a los activos tangibles (maquinaria, los edificios, las instalaciones, etc.), convirtiéndose en el capital más valioso de las empresas, ya que tienen su origen en los conocimientos, habilidades, valores y actitudes de las personas que forman parte del núcleo estable de la empresa y comprenden todos aquellos conocimientos tácitos o explícitos que generan valor económico en la empresa, pudiéndose identificar y clasificar en: Estructura Interna, Externa y Competencia Individual.

Así pues la capacidad de identificar, auditar, medir, renovar, incrementar y en definitiva gestionar estos activos intelectuales es un factor determinante en el éxito de las empresas de nuestro tiempo, por lo que son múltiples los esfuerzos en buscar metodologías y modelos que contribuyan a mejorar la capacidad de gestión de Capital Intelectual, entre estos se encuentran:

1. Los realizados por las empresas consultoras. Modelo “Balanced Scorecard”
2. Los realizados por instituciones financieras y compañías de seguros. “Skandia Navigator”, dicho modelo es el único que intenta vincular los indicadores de Capital Intelectual con los resultados financieros mediante un “Balanced Scorecard” que se entrega a los accionistas y al público en general como un complemento a dichos resultados financieros, compuesto de 5 áreas de enfoque (Enfoque financiero, del cliente, de proceso, de innovación y desarrollo y humano), en las cuales la organización debe centrar su atención.
3. Los realizados por empresas de alta tecnología. Capital intelectual de las funciones de innovación e I+D.

Finalmente, como podemos darnos cuenta, la gestión del Capital Intelectual, se centra en crear, conseguir y gestionar eficazmente todos aquellos activos intelectuales necesarios para conseguir los objetivos de la empresa y llevar a término con éxito sus estrategias. Es, por lo tanto, una gestión de los activos intelectuales desde un punto de vista gerencial o estratégico.

...