Seminario III CINE Y EDUCACIÓN SOCIAL
Pipinititatira15 de Mayo de 2013
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PEREIRA DOMÍNGUEZ, C. y VALERO IGLESIAS, L. F. Cine y educación social. Reflexiones de la película Babel en un mundo globalizado. En CID, X. M. y PERES, A. (Eds.) (2007). Educación Social, Animación Sociocultural y Desarrollo Comunitario. Universidade de Vigo. Universidade de Tras-os- Montes e Alto Douro Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social. Imprime Gráficas Galegas. pp. 793-801. ISBN- 978-84-8158-349-6
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Resumen
CINE Y EDUCACIÓN SOCIAL. REFLEXIONES DE LA PELÍCULA BABEL EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Carmen Pereira Domínguez. Universidad de Vigo
Luis Fernando Valero Iglesias. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona
La película Babel cuestiona, una vez más, nuestra existencia en un mundo global en donde todo está interrelacionado. Evoca el viejo concepto de la torre de Babel y sus implicaciones actuales: las identificaciones erróneas, los malentendidos y las oportunidades fallidas, esas manos invisibles que guían nuestras vidas, en definitiva, el destino de una existencia cuyo destino principal queda lejos de nuestras manos mientras perseguimos pequeñas y limitadas metas.
Se narra de forma sabia y exquisita la realidad de nuestra aldea global y cómo es preciso aceptar un nuevo paradigma que interprete la sociedad actual en donde el conocimiento es esencial y el cine, séptimo arte, una expresión inequívoca de la realidad de la globalización. Que favorezca la vuelta al ser humano, fundamental, social y solidario. Que no nos sintamos atrapados por una falsa civilización basada exclusivamente en lo tecnológico.
Babel, de Alejandro González Iñárritu (USA-México, 2006), nos induce a sumergirnos, dentro de un contexto de educación social, por las tramas que ofrece la globalidad, en especial, a reflexionar si vivimos con las reliquias de un mundo condenado o con los presagios de un mundo por nacer. Así como a buscar y aceptar al otro, estar abierto a él, comprender que el sentido de nuestra vida depende más de lo humano que del poder de la tecnología.
CINE Y EDUCACIÓN SOCIAL. REFLEXIONES DE LA PELÍCULA BABEL EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Carmen Pereira Domínguez. Universidad de Vigo
Luis Fernando Valero Iglesias. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona
Lo mejor de Babel fue que empecé rodando una película acerca de las diferencias que separan a los seres humanos, las barreras físicas y el idioma, pero en el camino me di cuenta de que estaba haciendo una película acerca de lo que nos une, el amor y el dolor. Es muy posible que lo que hace feliz a un marroquí y a un japonés sea muy diferente, pero lo que nos hace sentir mal es lo mismo para todos. (González Inárritu, 2007)
1. A modo de introducción. Ahondar en nuestra forma de ser humanos
Nuestra respuesta quizás se acerque a nuestro habitual trabajo de reflexión e investigación sobre la animación sociocultural y a nuestra dedicación a la formación de futuros educadores sociales. (Ortega, 1999; Pérez Serrano, 2003; Caride, 2005 y Sáez y García Molina, 2006)
En esa formación es fundamental profundizar en lo que es una determinada cultura y en la globalización como un aspecto y dimensión que está definiendo y mediatizando, cada vez con más fuerza, todo cuanto acontece. Por supuesto, la economía, el comercio, el poder político-militar…, pero también la cultura, con la amenaza de imponer las de las sociedades materialmente más ricas y poderosas y anular las otras, a pesar de toda su riqueza humana, que no está en relación directa con su situación material-tecnológica.
Y también, en un aspecto fundamental, en la formación del educador o de la educadora social: toda persona, incluso la aparentemente más pobre y necesitada, nos puede aportar y enriquecer con su relación. Y tiene derecho a ser aceptada y comprendida a partir de su cultura.
Con la posibilidad que nos ofrece este Congreso de Pedagogía Social (SIPS), de tratar “Animación sociocultural y globalización”, era casi inevitable elegir la película Babel y plasmar nuestras reflexiones sobre ella. Parecía estar cantado.
Difícilmente podíamos dejar pasar la ocasión de volcarnos en un filme reciente y magnífico que profundiza -constituyendo una aparente paradoja- en el crecimiento de la incomunicación en un mundo globalizado, pues no hay duda que:
- Somos personas amantes del cine, con el que disfrutamos y del que hacemos uno de nuestros principales nutrientes culturales, aquello que nos permite ahondar en nuestra forma y sentido de ser humanos.
- Somos docentes, que utilizamos asiduamente el cine para hacer vibrar a nuestro alumnado, profunda y humanamente, en realidades sociales y, de ese modo, iniciarle en su futuro profesional. (Pereira: 2005; Pereira y Valero: 2006 y Gutiérrez, Pereira y Valero, 2006)
Aproximarnos a Babel nos ha llevado a:
- Advertir y hacer ver en el estudiante cómo nuestras culturas nos inducen a percibir a los de otras como inferiores; menos personas, diferentes y alejadas de nosotros, cuando tenemos mucho en común. (Touriñán y Santos, 1999; García Canclini, 2004 y Cobo, 2005)
- Destacar cómo la riqueza-pobreza material no está en relación directa con la calidad humana.
- Reflexionar sobre la necesidad de no dejarnos dominar por una tecnología que nos encierra en nosotros mismos y nos vuelve débiles y frágiles, a pesar del aparente poder que nos proporciona.
- Comprender que la globalización nos relaciona, pero también nos hace más dependientes, más vulnerables y más distantes.
- Imponernos la obligación de humanizar nuestras sociedades, de modo que podamos encontrarnos con otras sin que esa relación se convierta en nociva…
Volviendo a la frase del Director que inicia este escrito, que queremos convertir en el hilo conductor de toda esta comunicación, nos recuerda las palabras de El Mercader de Venecia y las que se leen en El Pianista (Polanski, Francia-Alemania, 2002), cuando toda la familia se encuentra en la estación de tren a punto de ser deportada, y también en To be or not to be, y que parecen estar llamadas a ser un alegato permanente contra el racismo y la discriminación:
“¿No tiene ojos un judío? ¿No tiene un judío manos y órganos, medidas, sentidos, afectos y pasiones? ¿No se alimenta de la misma comida, o se hiere con las mismas armas?
Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos? (...) Si somos como vosotros en lo demás, nos parecemos en esto también…”. Shakespeare, El Mercader de Venecia (Acto tercero, escena primera).
Y es que el cine, en palabras de Fuentes (2007a), debe comunicar en un mundo incomunicado, Por eso me llaman la atención las obras cinematográficas que atentan contra su naturaleza comunicativa y de masas, para tratar el tema de la soledad y la ausencia de comunicación. De eso trata precisamente Babel, de las esencias del cine, como un medio donde el ser humano se refugia en él, para identificarse, a través de una historia, que le proyecta lo que acontece, pero que no es, en demasiadas ocasiones, consciente de ello, y viendo la película se descubre todo lo que trasciende a lo largo de una vida vicaria.
Por ello, consideramos que no es casualidad que dos expertos mexicanos, el guionista Guillermo Arriaga y el director Alejandro González Iñárritu, hayan escrito y dirigido una película como Babel, incluida en los circuitos del cine mundial y candidata a los Oscar como mejor película extranjera, (Rose, 2007: 14-20). Y que ambos realicen películas que proyectan una dimensión internacional, cuya temática se halle vinculada a la realidad de vidas ajenas cruzadas y entreveradas.
La irrupción de los directores mexicanos en el espacio del celuloide de élite, la entrada de lo que podríamos denominar el mundo hispano, brinda una nueva perspectiva al cine desde ópticas globalizadas en su producción y en su ejecución. Obras de talante mundial, pero con batuta mexicana, pusieron en el punto de mira la realidad de un cine que lleva años mostrándole al mundo la solvencia de sus credenciales. (Jarne, 2006: 8)
2. El magisterio de la narrativa cinematográfica
Un mundo tan interconectado, tan común hoy en día, nos lleva a vivenciar la crisis mundial desde el fenómeno de la globalización. Se palpa la inexistencia de cotos cerrados y la ausencia de exclusividad. En este sentido, nos los demuestra claramente Babel a modo de metáfora creativa. Narra de forma sabia y exquisita la realidad de nuestra aldea global y cómo es preciso aceptar un nuevo paradigma que interprete la sociedad actual en donde el conocimiento es esencial y el cine, séptimo arte, una expresión inequívoca de la realidad de la globalización. Que favorezca la vuelta al ser humano, fundamental, social y solidario. Que no nos sintamos atrapados por una falsa civilización basada exclusivamente en lo tecnológico, (Castells, 1998 y Stiglitz, 2002). En la película se observa una tensión entre lo más cercano y personal y entre lo lejano social o global, todo ello insertado en la sociedad que conocemos.
Hay países, civilizaciones en definitiva, que están preocupadas por su pérdida de identidad o de que su esencia se pueda diluir en esta globalización, (Moreno, 2004). Quizás por ello el director, González Iñárritu, ha señalado que la idea de rodar Babel es una causa directa
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