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Sistematización De Experiencias


Enviado por   •  6 de Marzo de 2014  •  4.358 Palabras (18 Páginas)  •  290 Visitas

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La Sistematización de Experiencias Comunitarias en el Proceso de Educación Superior Transformadora

Fabiola Alves / Miguel Ángel Contreras1

RESUMEN

La Universidad desde mediados de la década de los setenta, es vista como productora y reproductora de conocimientos científicos-técnicos del euroccidentalismo como consecuencia del conjunto de cambios impulsados por la contrarrevolución neoliberal-neoconservadora. En este sentido, es necesario desarrollar capacidades para innovar las realidades universitarias, de manera que apunten a la construcción de una nueva universidad al servicio del país, sobre principios de igualdad, justicia, solidaridad y participación popular.

Para poder abordar esta Estructura Universitaria Reproductora y excluyente, se hace necesario reflexionar sobre el verdadero papel de la Universidad venezolana y para ello la idea de sistematización de experiencias comunitarias aparece como uno de los procedimientos más innovadores para la construcción de mecanismos de interlocución o diálogos de saberes entre las universidades y las comunidades en donde se realice la interpretación critica, su ordenamiento y reconstrucción del proceso vivido.

Como experiencias innovadoras en la restructuración del conocimiento y saberes, surge el proyecto socio-comunitario o el servicio comunitario estudiantil, como estrategias de aprendizaje orientadas a responder a las necesidades concretas de cada campo académico y de acción social, lo que apunta al desarrollo de la transdisciplinariedad y el diálogo de saberes.

Palabras clave: Sistematización de experiencias - ordenamiento y reconstrucción - proyecto socio-comunitario – servicio comunitario estudiantil- integración socio comunitaria.

LA UNIVERSIDAD Y EL SISTEMA EDUCATIVO

Desde mediados de la década de los setenta, la Universidad en tanto productora y reproductora de conocimientos científicos-técnicos, ha sido traspasada por un conjunto de transformaciones tecnológicas y socio productivas consecuencia de cambios impulsados por la contrarrevolución neoliberal-neoconservadora. Las nuevas formas de financiamiento privado, la cuestión de la propiedad intelectual y la aparición de nuevos centros privados dedicados a la investigación que se convertirán en los nuevos ejes reflexivos para pensar la Universidad, desde la óptica de la globalización neoliberal.

En la década de los noventa, movimientos estudiantiles en distintos lugares del globo terráqueo cuestionaron los impulsos y avances de la privatización de la Universidad. Las movilizaciones en la UBA (Argentina), la UNAM (MÉXICO), la UCV (Venezuela) y en la SORBONA (Paris) crearon espacios crítico-reflexivos para repensar la Universidad. Pero, sobre todo, se convirtieron en centros irradiadores de nuevas dinámicas transformadoras. En este contexto emergen nuevas direccionalidades del quehacer universitario. Emergencias que implican un desplazamiento radical en los contenidos respecto a la agenda neoliberal-privatizadora. Este conjunto de circunstancias transversaliza las búsquedas y los desafíos para contribuir a edificar una Universidad plural, crítica y socialista.

Para ese momento, las políticas educativas, con lo que implica la complejidad en las estructuras y las distintas dinámicas que se venían presentando, tuvieron un desarrollo histórico en donde se mezclaron las funciones sociales en la transmisión y reelaboración de la cultura, con la cualificación personal y profesional de la ciudadanía. Pero, es a partir de allí que el sistema educativo se enfrentó a los “nuevos” retos que le marcó la misma racionalidad neoliberal.

En la actualidad nos encontramos inmersos en una sociedad en donde se ha trabajado sobre la reorientación de las universidades hacia la dinámica del mercado laboral y de los intereses económicos dominantes. Esto, lógicamente ligado a reformas laborales, curriculares y de organización, que permiten contribuir a formar nuevos “sujetos sociales” que son potenciales clientes para el gran mercado educacional, lo que genera inevitablemente ambientes de exclusión social.

En este sentido, los universitarios necesariamente deben sentar las bases para lograr desde las Universidades espacios para la defensa de la autonomía, la dignidad humana y académica, la solidaridad y una democracia real. La universidad es el punto de referencia para generar una oposición crítico-constructiva para la transformación del país.

Por supuesto, un proceso de esta índole en países con una elevada inequidad social, educativa y cultural, significa que la actuación de la Universidad en el contexto de la sociedad global, amplía la brecha existente, contradice su función sociocultural y acentúa la condición de dependencia al reproducir y difundir conocimientos vinculados a los centros de poder y no al desarrollo del talento humano al servicio de las necesidades de las grandes mayorías.

En Venezuela, a pesar de que se han ido introduciendo algunos cambios en los planes de estudios, tipos y enfoques investigativos, se redujeron sustancialmente los contenidos sociopolíticos de los currículos, se generó un creciente rechazo por las carreras humanistas, un incremento en los mecanismos de selectividad en el acceso y una tendencia hacia los planes de formación en el exterior, que en muchos casos, generó la formación de gran cantidad de estudiantes fuera del contexto nacional y de las reales necesidades de las comunidades.

En consecuencia, se hace evidente la necesidad de transformar estas realidades universitarias, considerando opciones originales y socialmente comprometidas con la construcción de una nueva universidad al servicio del país y de los sectores tradicionalmente excluidos basados en el fortalecimiento de una cosmovisión centrada en los principios de igualdad, justicia, solidaridad y participación popular ..., que permita apuntar a nuevos derroteros en todos los ámbitos de la vida nacional, particularmente en la educación. (Alves y Capote, 2007)

Se requiere entonces, de una educación inexcusable para el logro de una democracia participativa y protagónica, que vaya dirigida a la reivindicación del sujeto como constructor de su propio destino, éticamente responsable de sus decisiones y acciones, comprometido y solidario con su comunidad y con la nación. Por lo tanto, se hace necesario integrar los esfuerzos colectivos en un proyecto común y avanzar en el camino de realización de una sociedad justa, en donde la Universidad se convierta en parte del proyecto integral de país que queremos construir.

El sistema educativo que se pretende construir, nos conduce imperiosamente a formar nuevas generaciones

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