Sistematizacion De Experiencias
awinsy5 de Abril de 2014
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LA SISTEMATIZACION COMO PRODUCCION DE CONOCIMIEN¬TOS
María Mercedes Barnechea
Estela Gonzalez
María de la Luz Morgan
Taller Permanente de Sistematización-CEAAL-Perú
Lima, junio de 1994
Nuestra aproximación a la epistemología está condicionada por las pregun¬tas que nos surgen desde la práctica, y pretende encontrar respuestas que vuelvan a ella. Las reflexio¬nes que presentamos en este artículo se han ido generando en nuestra práctica de pensar la sistemati¬za¬ción, apoyar este tipo de procesos y realizarlos directamente. Es allí que hemos encontra¬do problemas que nos han llevado a una búsqueda de nuevos caminos y orientacio¬nes que ayuden a enfrentarlos y resolver-los exitosamente.
INTRODUCCION
La concepción de la sistematización como actividad de producción de conocimientos desde y para la práctica plantea una serie de retos aún insuficientemente enfrenta¬dos y, menos aún, resueltos. Uno de los principales, que abordaremos en este artículo, se refiere al tipo de conocimiento que se produce mediante ella y a la manera como éste se genera.
Al decir de Diego Palma las distintas vertientes en las cuales se ha desarro¬lla¬do la sistematización en América Latina tienen un sustrato teórico-epistemoló¬gico común (si bien no siempre explici¬tado): una concepción que entiende a las prácticas como fuente de conocimiento, en interrelación dialéctica con la teoría.
Sin embargo, esta comprensión es más un reto y una aspiración que una realidad. De un lado, la relación entre teoría y práctica -en tanto polos de una unidad dialéctica de contrarios- no está resuelta, y no sabemos cómo estable¬cerla adecuadamente. En algunos casos se recurre a una aplicación mecánica de la teoría a la práctica, y en otros se abandona lo teórico, asumiendo a la práctica como único criterio y fuente de verdad.
Por otra parte, las diferencias, coincidencias y relaciones entre conocimiento teórico y conoci-miento práctico (así como entre las maneras en que se producen) tampoco están claras, ni han sido suficiente¬mente abordadas.
Para la sistematización estos temas son sumamente vigentes, y la interpelan en su concepción misma, afectando también profundamente las posibilidades de realizarla. Esto último tiene que ver no sólo con las dimensiones teóricas y epistemológi¬cas, sino con las condiciones reales de quienes esperamos que sistematicen, cuya manera de pensar, reflexionar y conocer es indispensable explorar más.
Antes de continuar, queremos explicitar que todos los planteamientos que siguen se sustentan en una concepción de la sistematización como "proceso permanente y acumulativo de creación de conocimientos a partir de nuestra experiencia de intervención en una realidad social" . Pero esto no alude a cualquier forma de intervención, sino a la que se desarrolla en la promoción y la educación popular, que se realiza en articulación con grupos populares y que, junto con ellos, busca transformar la realidad. En consecuen¬cia, los sujetos a los cuales nos referimos -los sistematizadores potenciales- son un tipo específico de personas: aquellos que participan en proyectos de intervención en la realidad con una intencionalidad de transformación (en particular, pensamos en los promotores y educadores populares), a los que Donald Schön llama los "profesionales de la acción". Este tipo de profesionales se encuentra cotidiana¬mente ante una serie de situaciones inciertas y confusas, que deben ser capaces de enfrentar adecuada¬mente para llevar adelante sus objetivos transformadores. Para ello, deben desarrollar un proceso de reflexión-en-la-acción, que los lleva a compren¬der las situaciones, orientarse en ellas y actuar adecuada¬mente. Esta reflexión se sustenta en conocimientos y, a la vez, produce nuevos conocimientos, que refrendan o modifican lo que ya sabían, y que les permiten afrontar las nuevas situaciones desconocidas que se les presentan permanente¬mente en la práctica.
Este proceso, sin embargo, no siempre es consciente para el profesional mismo, ya que se da como respuesta a los problemas que surgen cotidianamente, y que generalmente exigen un enfrentamiento rápido e inmediato. En consecuencia, ni el conocimiento en que se sustenta la intervención, ni el nuevo conocimiento que se genera durante ella, dan lugar a un saber ordenado, fundamentado y, por lo tanto, transmisible. La sistematiza¬ción pretende, precisamente, orientar a los profesionales para darle orden y rigor al conocimien¬to que está en su práctica.
EL MUNDO DE LA PRACTICA
En un texto anterior, planteábamos: "La sistematización, como actividad de producción de conocimientos sobre la práctica, tiene a ésta como su referente principal, ya que es su sustento y, a la vez, lo que le da sentido y orientación. Sin práctica no hay sistematiza¬ción posible, y ésta tiene como finalidad principal volver a la práctica para reorientarla desde lo que ella misma enseña" .
Estamos entendiendo por práctica a una actividad intencionada, que se sustenta en un conoci¬miento previo y que se plantea lograr objetivos de transformación. Se trata de acciones desarrolladas por sujetos que, a partir de determinada lectura de la realidad, identifican algunos problemas sobre los cuales están en condiciones de actuar, con los recursos con que cuentan. En esa intervención, los promotores y educadores entran en diálogo con los sectores populares afectados por las situaciones-problema, se articulan con ellos y con sus propias formas de enfrentar¬las, y definen conjuntamente los objetivos y formas de acción .
El mundo en el cual se mueven y actúan estos profesionales tiene característi¬cas y especificidades que determinan su hacer y su conocer, o su "hacer-conociendo".
En primer lugar, al acercarse a la realidad, el profesional se ve enfrentado a situacio¬nes dinámicas, inestables, cambiantes, inciertas, que se le presentan de manera confusa y entremez¬clada, como un conjunto de situaciones problemáti¬cas que se condicionan e interactúan. Ante un mundo con estas características, el profesional se sitúa con un proyecto, una propuesta intencionada, que tiene objetivos de transforma¬ción. Este proyecto se sustenta en conocimientos que provienen tanto del campo formal, sistemá¬tico, teórico; como de lo que se sabe sobre la realidad en la que se va a intervenir, producto de un diagnóstico más o menos organizado y de un sentido común compartido en el equipo y la institución. Sin embargo, este conocimiento previo nunca será suficiente, ya que la realidad cambia a mayor velocidad que las interpreta¬ciones y comprensio¬nes que sobre ella se pueden construir.
Una segunda característica importante a considerar cuando nos referimos al mundo de la práctica, es que el profesional forma parte de la situación sobre la cual está interviniendo y que está conociendo. Esto significa que:
• la acción del profesional modifica la situación, requiriendo entonces que el proceso de conocimiento continúe indefinidamente, ya que la nueva situación producida no es la misma que motivó la intervención
• su acción no sólo está produciendo cambios en la situación, sino también en sí mismo, a la vez que le permite profundizar el conocimiento sobre la situación y sobre él.
Una tercera característica fundamental del mundo de la práctica es que no nos referimos a la acción de un sujeto.
La práctica se realiza articuladamente con otros actores, cuyas vivencias, visiones e intereses son diversos, como también sus formas de intervención y, obviamente, sus interpretacio¬nes sobre la práctica y sus efectos. En términos del conocimiento sobre la realidad, sus formas de generarlo también difieren, traduciéndose en productos distintos. Es por ello que, en la promoción y educación popular, se da un "diálogo de saberes" cuyas diferencias no deben llevar a considerar que unos son más o menos válidos que los otros. El conoci¬miento práctico producido por los profesionales de la acción es distinto a aquél producido por los investigadores, como también al de los sectores populares con los que interactúan en la práctica. Todos son importan¬tes y deben ser considerados para arribar a una comprensión más profunda y completa de la realidad.
EL CONOCIMIENTO PRACTICO: EL QUE SE PRODUCE EN LA PRACTICA
Como ya hemos dicho, la práctica se funda en conocimientos, pero también produce nuevos conocimientos. Cuando se interviene en la realidad, es posible obtener -si se reflexiona sobre ello- un conoci¬mien¬to rico y profundo sobre ésta, los sujetos con los cuales se interactúa, las estrategias de interven¬ción, y también sobre uno mismo.
Sin embargo, el sentido que tiene el conocimiento producido en y para la práctica y, por lo tanto, la manera en que se produce, son distintos a los de otro tipo de conocimientos.
Son los problemas, las situaciones imprevistas, los obstáculos que no conocía¬mos, que se presentan cotidianamente en la práctica y que nos impiden realizar lo que habíamos previsto, los que nos impulsan a buscar nuevas vías de acción, muchas veces intuitiva¬mente, hasta que encontra¬mos un camino que resulta exitoso. Estas nuevas vías se fundan en nuevos conocimientos, conseguidos sobre la marcha, y su validez se comprueba con el éxito de la acción. Es decir, en palabras de Usher y Bryant: "el juicio
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