Situación de la milicia dominicana en nuestra sociedad actual “El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con mayor inteligencia”

Situación de la milicia dominicana en nuestra sociedad actual

“El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con mayor inteligencia”

Henry Ford

Existen en nuestro país varios eventos, ideas, costumbres e instituciones que surgieron por primera vez hace cienes de años. Una de estas instituciones son nuestras fuerzas armadas, que fueron establecidas para la defensa del pueblo, pero poco a poco han ido evolucionando de tal manera que el 50% del personal militar activo es utilizado hoy en día para tareas no militares. Esta razón fue lo que me motivó a escoger este tema, ya que provengo de sociedades en donde la milicia es sinónimo de patriotismo y es casi imposible ver militares uniformados caminando por la calle como cualquier persona civil. La importancia de este tema es que como ciudadanos dominicanos que somos, todos tenemos derecho a una opinión sobre cualquier tema que afecte nuestra calidad de vida y la situación de nuestro país, pero antes de dar una opinión bien formulada debemos estar informados sobre la situación de la milicia dominicana en nuestra sociedad actual.

El ejército dominicano fue oficialmente denominado en el 1844 con el propósito de defender la integridad territorial del país. Hoy en día, el ejército es una de las ramas del Ministerio de Defensa de la República Dominicana, las otras dos siendo la Armada y la Fuerza Aérea. A pesar de las buenas acciones que realiza nuestro cuerpo militar, existen varios prejuicios en su contra debido a errores, negligencias y actividades cuestionables de parte de nuestra milicia. Esto lleva a una gran parte de nuestra población a pensar lo siguiente: la milicia en nuestra sociedad dominicana actual se encuentra en pésimas condiciones.

Uno de los factores que influye en la opinión popular es que, al contrario de las fuerzas armadas de países avanzados, no es un requisito haber terminado el bachillerato para entrar al ejército dominicano, lo que lleva a muchos ciudadanos dominicanos a pensar que nuestra milicia es sinónimo de falta de educación y que nuestros soldados son personas provenientes de campos, barrios y pobreza extrema optan unirse al cuerpo militar por necesidad y no por valores patrióticos.

 Otro factor negativo es que, debido al gran incremento en el tamaño de nuestras fuerzas armadas a través de los años, el gasto para financiarlas es cada vez mayor. En total, nuestras fuerzas armadas cuentan con un personal activo de más de 75,000 integrantes a pesar de que el Congreso sólo autoriza 44,000 integrantes. De acuerdo con el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (2015), mantener nuestro modelo militar tal y como está nos cuesta por encima de los $340,000,000 dólares ($16,082,000,000 RD) al año, dinero que podría ser mejor invertido en el desarrollo de nuestra sociedad y país.

Más aún, de acuerdo con el Ministerio de Defensa de la República Dominicana (2013), solamente un 50% de nuestra milicia realiza tareas militares que impactan directamente a nuestra sociedad. El otro 50% realiza tareas como vigilancia y seguridad para empresas privadas, cárceles, peajes, instalaciones no militares, trabajos forestales, entre otros. Este hecho lleva a varias personas a preguntarse, ¿Está verdaderamente justificada la existencia de nuestro cuerpo militar en su estado actual?

Por otro lado, Existen grandes incertidumbres entre los ciudadanos acerca de la integridad de nuestros soldados. Muchas personas predican la existencia de la corrupción en la milicia dominicana. Durante una de mis clases en el INTEC tuve el placer de entrevistar a varios ciudadanos, entre ellos una prostituta que me afirmó lo siguiente: “en los tiempos que estamos viviendo no se sabe si la persona que va a atracar a uno es un delincuente o un oficial, así que en cualquier situación de emergencia no buscaría ayuda de ningún oficial”. Tal vez todo esto se deba mayormente a los salarios de los soldados, que son extremadamente bajos y ante la necesidad estos ven mayor beneficio en escoger cualquier tipo de gratificación inmediata sin importar las consecuencias.

Se aprecia también que Existe una evidente desconfianza pública de nuestra eficiencia militar. De acuerdo con la Agencia Central de Inteligencia (2013), la eficiencia militar dominicana es valorada de manera pobre internacionalmente, ocupando el lugar número 61 dentro de las 70 milicias analizadas. Además de la poca valoración extranjera de nuestras fuerzas armadas, es muy común escuchar a personas decir “nuestros soldados no sirven para nada” o que “no hacen nada productivo”. Muchas personas parecen pensar que nuestras fuerzas armadas no poseen el entrenamiento necesario para ser eficientes en sus propias tareas y, peor aún, que no serían capaces de proteger al país contra un ataque de afuera, lo que derrota el objetivo de nuestra milicia completamente.

Por último, la razón más común ofrecida por soldados para justificar la existencia de nuestras fuerzas armadas es que estas protegen nuestro territorio, ya sea contra ataques terroristas o invasiones, pero si lo pensamos bien, nuestro ejército nos ha fallado ya en protegernos contra estas. La inmigración ilegal de haitianos ha escalado a tal nivel que se puede ya considerar una invasión a pesar de los “esfuerzos” del ejército dominicano.

Cuando era pequeño, Mi madre siempre me decía: “hijo, las cosas se hacen bien o simplemente no se hacen”. Ante la situación de nuestras fuerzas armadas, ¿Qué podríamos proponer para mejorarla? Algo de lo que muchas personas no están al tanto es de que existen varios países (como lo es Japón, un país líder en todos los ámbitos de la palabra) que en vez de poseer una milicia numerosa como la nuestra, poseen cuerpos paramilitares con menos personal pero mayor eficiencia debido a que se puede alocar y repartir de mejor forma el capital que se invierte en la milicia. Sinceramente, no es necesario para nosotros como país poseer una marina, un ejército y fuerzas aéreas si no cumplen con su obligación básica. ¿De qué sirve tener una marina cuando la emigración ilegal aumentan cada día más? ¿De qué sirve tener un ejército terrestre cuando la invasión ilegal haitiana es cada vez más pronunciada en nuestras ciudades? ¿De qué sirve tener fuerzas aéreas cuando el contrabando de armas y sustancias ilegales sigue rampante en nuestro país? Debemos restructurar nuestra milicia hasta que cumpla con el estándar. Si esto significa abolirla como lo han hecho decenas de países y crear cuerpos paramilitares que se encarguen del orden público y la defensa territorial, pues así debe ser, ya que la milicia en nuestra sociedad dominicana actual se encuentra en pésimas condiciones.

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