Sujetos de la educación secundaria

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  Dividido entre niño y hombre, no era sin embargo ni lo uno ni lo otro, era cierto tercer término, era ante todo juventud, en él violenta, cortante, que le arrojaba la crueldad, a la brutalidad y la obediencia, le condenaba a la esclavitud y a la bajeza. Era bajo, porque era joven. Carnal, porque era joven. Destructor, porque era joven^[1]… Actualmente se habla mucho sobre la adolescencia, se dice “Los adolescentes de hoy son unos maleducados,” “los adolescentes no tienen respeto por el mayor”  “el adolescente solo quiere vivir de joda” “no tiene preocupaciones” y muchísimas otras críticas negativas. Esto me ha llevado a plantearme si el adolescente de hoy “está perdido”, ¿cómo era la adolescencia 40 años atrás?

El presente ensayo tiene como objetivo hacer una comparación entre el adolescente de hoy y el adolescente de hace 40 años. Tomando como referencias las entrevistas realizas y los textos abordados en clases.  

Claramente la adolescencia de hoy y la adolescencia de hace 40 años atrás, no es la misma. Muchas cosas cambiaron, entre ellas el rol que cumplen en la sociedad, las responsabilidades y las libertades. Prueba de esto son los testimonios recolectados en las entrevistas realizadas. Marcelo, adulto mayor de 60 años de edad, dice que en su época los padres eran muy autoritarios: “Mi madre era muy autoritaria, si no le gustaba algo te molía a palos”, también habla de que no tenían libertades, que no se juntaban con los amigos: “antes nos juntábamos solo por casualidad, y entre familiares. No es como ahora que se juntan de casa en casa o en la calle” también dice: “en caso de juntarnos, cosa que era muy difícil, tenías que volver a horario, de lo contrario no te volvían a dejar salir”.

Por otro lado, los adolescentes de ahora manifiestan que hay una falta comunicación con sus mayores, lo cual los hace sentirse excluidos. Brisa, adolescente de 14 años, expresa: “a veces siento que todos reciben amor y que yo soy la única que no”  y a su vez: “a veces me entiende, pero muy poco casi nunca les cuento lo que me pasa, o siento, casi nunca hablamos”. Considero que no existe un maltrato más destructivo que la falta de amor y comunicación de unos padres a un hijo. Muchos padres suelen confundir compensación con contención,  hay casos en los que padres se enteran que su hijo se siente frustrado o triste o enfadado porque algo no ha salido como él esperaba, y  tienden compensarle con un bien material en lugar de contenerlo. Esto ayuda a fomentar que el joven se sienta incomprendido. Podemos ver como en este caso los adolescentes sufren  en silencio por la falta de acompañamiento del familiar, la cual puede traer ciertos problemas al joven de hoy, como por ejemplo inseguridad, baja autoestima. También suelen manifestar bajo rendimiento escolar, ya que no cuentan con la motivación familiar, Brisa afirma: ”Me ponen límites con el celular cuando no estudio o bajo las notas, pero nada más que eso” como si esto no fuera poco, aparece una problemática aún mayor, que es la falta de un anhelo sobre un futuro debido a la falta del acompañamiento de la familia, Brisa manifiesta: “ no veo un futuro bueno en mí, me gustaría poder estudiar algo cuando termine la secundaria pero no tengo a nadie que me apoye”.

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