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TEMAS ESPECIALES EN INGENIERÍA QUÍMICA: INNOVACIÓN ANÁLISIS DE GRUPO DE INVESTIGACIÓN


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2016  •  Ensayos  •  3.926 Palabras (16 Páginas)  •  268 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE INGENIERÍA

Departamento de Ingeniería Química y Ambiental

TEMAS ESPECIALES EN INGENIERÍA QUÍMICA: INNOVACIÓN

ANÁLISIS DE GRUPO DE INVESTIGACIÓN

INSTITUTO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE ALIMENTOS – ICTA

Presentado por: Sebastián David Vega Cristancho

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo fue hecho en el marco de la asignatura Temas Especiales en Ingeniería Química: Innovación en Ingeniería Química. Se presenta una descripción y análisis del ICTA como ente de investigación perteneciente a la  Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá. La reseña histórica que se consigna a continuación se escribe a partir de la información presentada en la página institucional del ICTA y de la entrevista realizada al profesor Carlos Fernando Novoa.

PERFIL DEL GRUPO DE INVESTIGACIÓN

El Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos – ICTA se concibe como un instituto interfacultades que congrega talento humano interdisciplinar con el fin de desarrollar proyectos de investigación, apoyar la docencia y la extensión universitaria en el área de alimentos. Cuenta con cuatro pilares denominados Unidades Básicas de Gestión Académico – Administrativa en las áreas de carnes, leches, vegetales y aseguramiento de la calidad.

Reseña histórica

  • Concepción de la idea

La Universidad Nacional de Colombia ha intentado a lo largo de su existencia ajustarse a las necesidades del país en sus diferentes momentos históricos. Prueba de lo anterior es que en la Reforma Patiño 1964-1966 ‘Integración para el Desarrollo’ se planteó la importancia de la educación universitaria tanto por su valor cultural como por su valor en el desarrollo económico, así como la pertinencia del enfoque de la investigación en el país (que debe ser buscar soluciones a problemas nacionales, propios y peculiares).

Dadas las anteriores premisas, en el año de 1972  se creó por medio del acuerdo 89 del Consejo Superior Universitario  el Instituto Interdisciplinario de Ciencia y Tecnología de Alimentos como un anexo a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Después, en el año de 1978 mediante el acuerdo 45 se creó el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTA), modificando la entidad existente, convirtiéndola en una unidad académica interfacultades (la primera de estas unidades), ya que se hizo evidente la necesidad de realizar trabajos de investigación conjunta entre diferentes facultades: los alimentos son un área transversal (entre otras) a la química, ingeniería química, ingeniería mecánica, veterinaria, zootecnia, agronomía, nutrición, etc.

Para la conformación en la década de los 70’s del Instituto, se contó con apoyo internacional proveniente de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Agencia de Desarrollo de Dinamarca, y la Agencia de Desarrollo de Canadá. Los recursos fueron destinados al diseño y construcción de plantas de procesamiento de alimentos: primero se instaló la planta de productos cárnicos, luego la de lácteos, y finalmente la de vegetales. Dada la anterior disposición de los recursos, la Facultad de Medicina  Veterinaria y Zootecnia tomo cierta ventaja sobre las demás Facultades involucradas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) envió expertos al ICTA para realizar los montajes de los equipos que harían parte de las plantas diseñadas, y para capacitar a los docentes interesados en vincularse al proyecto. Después, se costearían estudios a dichos docentes en países como Chile y Dinamarca con el fin de que pudiesen trabajar con pares internacionales.

El ICTA fue entonces concebido por la comunidad internacional como un centro de formación de recurso humano para la región de Latinoamérica, dado que su similar en Valdivia (Chile) no alcanzaba a cubrir en su totalidad la zona de los Andes.

  • Puesta en marcha de las plantas de producción. Acercamientos con la industria.

Las plantas construidas se diseñaron para satisfacer una ‘alta’ tasa de producción, ya que su enfoque fue el denominado ‘Formación – Producción’. La planta de cárnicos tenía capacidad para sacrificar diariamente hasta 100 novillos, 20 porcinos y 2000 aves; el director (profesor Carlos Rojas) llegó a contar con dos supervisores de planta y hasta 30 operarios (capacitados en corte de carnes por el SENA); se realizó un convenio de suministro de carnes con Almacenes Carulla, por lo que los productos debían cumplir ciertos estándares (lo cual disminuía la participación de estudiantes en los trabajos realizados en el Instituto: se limitarían en muchas ocasiones a observar cómo realizaban las labores los operarios).

Entre los años 1979 y 1986 en el Instituto se empezaron a dictar cursos de extensión por parte de un equipo de profesores conformado por pares internacionales (profesores mundialmente conocidos, como el caso de Axel Nielsen o Héctor Kovacevic),  y docentes de la Universidad (los cursos eran dictados por 2 profesores trabajando simultáneamente). Los cursos tenían duración de 24, 40 (en su mayoría) y hasta 80 horas (cursos de quesería). Los postulantes recibían el anuncio de apertura de convocatoria mediante la prensa (periódico El Tiempo) y realizaban las correspondientes diligencias. Gran cantidad de jefes de producción y jefes de calidad de empresas del sector del país se inscribió en los cursos ofrecidos, lo cual contribuyó a que el ICTA alcanzara buen renombre en el ámbito nacional. El acercamiento entre la Universidad y la industria fue evidente, a tal punto que empresas como Coca Cola y Kokoriko desarrollaron productos en el instituto, a cambio de pagos en efectivo o contraprestaciones (en el caso de Coca Cola se desarrolló la Fanta, y con Kokoriko se formularon los helados Chupolín a cambio de la compra de una máquina heladera para el Instituto).

  • Del  éxito al ‘fracaso’. Un nuevo enfoque.

A comienzos de los años 80’s, un profesor de la Facultad de Ingeniería sugirió que se debía empezar a trabajar en proyectos de investigación, sin dejar de lado las directrices de la Reforma Patiño, por lo que se propuso y se puso en marcha COOMULBOY (Cooperativa Multiactiva de Boyacá). A esta iniciativa se asociaron alrededor de 80 personas, y tuvo el respaldo de la Central de Cooperativas del sector Agropecuario – Cecora (desde donde incluso enviaron expertos en cooperativismo). Gracias a la puesta en marcha del proyecto se consolida el contrato de varios profesores (entre ellos el docente Carlos Novoa) con el Instituto. Con la cooperativa se hicieron trabajos conjuntos entre estudiantes y campesinos que resultaron en alrededor de 20 tesis de grado, que abarcaban temas de ciencias agronómicas, ganadería, y calidad de leche, entre otros.

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