Tema: LA MUJER EN LA SOCIEDAD

“¿Progreso o seudo-progreso?”

Durante siglos hemos vivido en una sociedad machista, la cual ha perdurado a pesar de los grandes cambios que se han experimentado en la humanidad.    Esto se debe a las distintas concepciones que se tienen de la mujer, un ejemplo de esto es el marianismo, nombre que proviene de la Virgen María, dando a entender que las féminas son vistas como una santidad, siendo asociadas con un carácter pasivo, incluyendo emociones como la tristeza, la melancolía, la humildad y el sacrificio, siendo aquellas que rezan por la redención de los hombres y su mundo, y son concebidas para la procreación. En cambio los hombres son contemplados por sus dotes de guerrilleros, por su fuerza, vigor y valentía. Siendo considerados líderes de comunidades y jefes de familia desde los tiempos de las tribus.

A pesar de estas circunstancias, la mujer ha sabido imponerse dentro de la sociedad de manera gradual, pues ha logrado una mayor autonomía, ha luchado y ganado por sus intereses, como el poder estudiar y obtener profesión, ha conseguido trabajar en lugares no referentes al hogar, entre otros. Sin embargo, considerando los logros y esfuerzos de las mujeres, estas no han surgido significativamente en el ámbito gubernamental.

En Latinoamérica, específicamente en Chile, dentro de los años 1900-1930 la parte económica avanzaba de buena forma, puesto que se tenía el modelo basado en importación-exportación, haciendo que países produjesen y exportasen sus mercancías. Por otra parte se encontraba el ámbito social, que cada vez se iba desarrollando más, ya que nuevos estratos sociales iban apareciendo, junto con inmigrantes que venían arribando. Aunque ambos aspectos iban progresando, afectaban al medio político, ya que las clases sociales trabajadoras no consiguieron mucho poder, y las mujeres tenían muchas menos opciones de hacerlo. A estas se le preparaba para aprender los modales correspondientes a una dama, saber las labores de mano, capacitarlas para el matrimonio, entre otros; pero no eran consideradas para escribir o traducir libros, para estudiar, ni mucho menos para las labores cívicas, por lo que cuando los partidos políticos diseñaron carreras gubernamentales, fueron sólo para hombres. Es más, “Crearon carreras para que los hombres pudieran dedicar toda su vida adulta a conseguir el poder político” (SKIDMORE & SMITH, 1992), pero esto tenía sentido, ya que a las damas se les prohibió explícitamente su partición en este ámbito, sobretodo en el año 1884, cuando se dictó una ley, en donde en el artículo N°40 impedía el voto femenino. Así pues queda demostrado que la participación de la mujer era nula en el marco político, siendo que este se desarrollaba y avanzaba, pero sin las féminas.

En el siglo XX, durante el gobierno de Gabriel González Videla, específicamente en el año 1949, el presidente promulgó la ley n°9.292, la cual declaraba que la mujer tenía derecho a sufragio y a ser electas en las votaciones parlamentarias y presidenciales. Se pensaba que esta sería la puerta de apertura al ámbito político, pero esto no fue así. Podemos comprobarlo con las estadísticas entregadas por la biblioteca del congreso nacional de Chile, que nos muestra que entre los años 1990-2014, solo 79 mujeres fueron elegidas diputadas, correspondiente al 20,16%, y que solo 17 fueron elegidas senadoras, es decir el 6,66%. Pero no solo encontramos esto a nivel de Chile, sino que como podemos ver en los datos entregados el año 2015 por la Unión Interparlamentaria (UIP),nos indica que a nivel mundial solo el 22,9 % de los diputados son féminas, y a nivel Americano el 27,4 %. Al hablar de senadores nos dice que mundialmente solo el 20,6% lo constituyen mujeres, y en América un 26,3 %. Por lo que se comprueba que más del 70 % de las cámaras están compuestas por varones.

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