Testimonio personal

UN DÍA INESPERADO EN MI CIUDAD

(Testimonio personal)

Hace dos años atrás ocurrió una tragedia en mi ciudad, eso hizo sentirme muy triste.

Recordando esta tragedia:

Era un miércoles 15 de agosto, las 6:45 pm., cuando la tierra comenzó a temblar, era escalofriante porque tuvo una duración de tres minutos aproximadamente, al medio minuto ya no había luz eléctrica, la gente comenzó a exclamar:

-¡Dios por que nos castigas de esa manera!

Algunos niños se habían extraviado, y gritando decían:

-¡Auxilio! -¡Ayúdenme! ¿Has visto a mi mamá? – Me preguntaban llorando, lamentablemente no lo sabía, en ese momento pensé en mis primitos, en mis padres, y en todos mis familiares; y en ese instante comencé a llorar, era un dolor que lo llevo hasta ahora.

Afortunadamente llego mi papá Miguel, yo me encontraba en mi colegio; él llego llorando pensando que yo ya no existía, porque vio casi todas las casas caídas y a la multitud llorando en busca de sus parientes o familiares, dí al encuentro con mi papá y me abrazó muy fuerte como yo a él; como mi papá también hace movilidad escolar, tenía que recoger a Rocío, una compañera del colegio en donde yo estudio, desgraciadamente ella estaba dentro del colegio, desesperados los dos fuimos en busca de Rocío, y no la encontramos, después de dos minutos apareció llorando y dijo que se había perdido; por lo mismo que no había luz pero eso no importaba; lo importante es que estábamos bien de salud, y no nos había ocurrido nada.

Luego nos fuimos; mi papá tenía que llevar a Rocío donde sus padres; no podíamos salir de ese desastre, cualquier lugar que pasábamos estaba destruido, por lo cual ello produjo mucho dolor en mí, no resistí y aumento el llanto en mí.

Al ver a toda la gente haciendo la señal de alto a todas la movilidades desesperadas por salir de ese lugar y llegar donde sus seres mas queridos; pensé en mis tíos que estaban viajando hacia Lima, como pasamos por la iglesia de San Francisco, me santigüé y suplicando le pedí a todos los santos que todos mis parientes estén con vida cuando llegue a verlos.

Llegamos a la casa de Rocío y desafortunadamente sus padres no se encontraban, solo estaba presente su primo Cristian, sus padres fueron a mi casa a preguntar por ella, pero todavía no habíamos llegado a casa.

Al ir a mi casa nos encontramos con los padres de Rocío, ellos hicieron el alto y preguntaron :

-¿Cómo esta mi hija por favor? ¡Dígame que está bien!-

¡Claro que esta bien su hija! – Dijo mi padre, así fuimos a mi casa, y encontramos a mi madre llorando desesperadamente

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