Trabajo De La Inmunidad
CACF10517 de Mayo de 2013
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¿QUE ES UN SISTEMA INMUNOLOGICO?
Todos los días de nuestra vida hay una lucha constante entre nuestros cuerpos y un gran número de microbios. Para las bacterias, lo virus y los hongos, muchos de los cuales causan enfermedades, el organismo humano representa un medio donde abundan los alimentos. Antes de que un microorganismo pueda penetrar, sin embargo, debe romper la primera línea de defensa del organismo. Esta primera línea de defensa, la más evidente es la piel, que forma una capa impermeable en casi todo el cuerpo. El sebo secretado por las glándulas sebáceas, que se encuentran bajo la piel, contiene una sustancia llamada lisozima también presente en las lágrimas y las mucosidades nasales que eliminan las bacterias y los virus. Las partes del cuerpo abiertas al exterior tienen sus propias defensas especializadas. Cualquier bacteria o virus inhalado puede quedar atrapado en las mucosidades producidas por las células que recubren los conductos que conducen a los pulmones. En estos tubos unos cilios del grosor de un pelo impulsan constantemente las mucosidades hacia la garganta, donde son expulsadas o tragadas. Si son tragadas, los ácidos de los jugos gástricos del estómago normalmente eliminarán cualquier microorganismo presente.
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DEFINICIÓN DE INMUNIDAD
Inmunidad es la habilidad del cuerpo para evitar que se desarrolle una infección al tener:
Anticuerpos contra el patógeno. Muchas enfermedades infecciosas confieren inmunidad
(Sarampión, escarlatina); en cambio en otras ésta es escasa (gripes y resfriados comunes). Las células del organismo humano tienen la habilidad para defenderse y atacar adecuadamente a un determinado microbio que penetre en el organismo.
¿QUE ES UN ANTIGENO?
ANTÍGENO
Un antígeno es cualquier sustancia que hace que el cuerpo cree anticuerpos. Es una sustancia capaz de inducir una respuesta inmune.
Originalmente se aplicó el término antígeno a cualquier molécula capaz de inducir la producción de anticuerpos específicos por parte de las células B (generador de anticuerpos). En la actualidad tiene un sentido mucho más amplio, y se aplica a cualquier molécula que pueda ser reconocida específicamente por cualquiera de los elementos del sistema inmunitario adaptativo, es decir, la células B, las células T o ambas.
Los antígenos tienen dos características importantes. La primera es inmunogenicidad, la capacidad para estimular la formación de anticuerpos específicos. La segunda es la reactividad, la capacidad para reaccionar de manera específica con los anticuerpos producidos. Un antígeno que tiene estas características es un antígeno completo.
Características: desde el punto de vista químico, la gran mayoría de antígenos son proteínas, nucleoproteínas (ácido nucleico + proteínas), lipoproteínas (lípido+ proteínas), glucoproteinas (carbohidratos + proteínas), y ciertos polisacáridos grandes. En general tienen pesos moleculares de 10.000 o más.
ANTICUERPOS:
Son sustancias químicas que ayudan a destruir los patógenos y neutralizar sus toxinas. Un anticuerpo es una proteína producida por el cuerpo como respuesta a la presencia de un antígeno y es capaz de combinarse de manera eficaz con el mismo. Ésta es esencialmente la definición complementaria de un antígeno. El ajuste específico del anticuerpo con el antígeno depende no sólo del tamaño y la forma del sitio determinante antigénico sino también del sitio correspondiente al anticuerpo, más parecido a la analogía de la cerradura y la llave. (Parecido a la unión específica de la enzima al sustrato). Un anticuerpo, al igual que un antígeno, también tiene una valencia. En tanto que la mayor parte de los antígenos son multivalentes, los anticuerpos son bivalentes o multivalentes. La mayor parte de los anticuerpos humanos son bivalentes.
Los anticuerpos pertenecen a un grupo de proteínas denominadas globulinas y por esta razón se conocen como inmunoglobinas, o Ig. Hay cinco tipos diferentes de inmunoglobinas en los humanos. Estas se denominan como IgG, IgA, IgM, IgD, e IgE. Cada una de las cuales tiene una estructura química distinta y un papel biológico específico. Los anticuerpos IgG son los anticuerpos más abundantes. Se encuentran en la sangre, en la linfa y en los intestinos. Desde el punto de vista funcional, protegen en contra de las bacterias y los virus favoreciendo la fagocitosis, neutralizando las toxinas y desencadenando el sistema de complemento. Los anticuerpos IgA se encuentran en las lágrimas, en la saliva, en el mocus o moco, en la leche, en las secreciones gastrointestinales, en la sangre y en la linfa y brindan protección localizada en las membranas mucosas. Los anticuerpos IgM son los primeros anticuerpos que aparecen después de la exposición inicial a cualquier antígeno. Se encuentran en la sangre, en la linfa, y en la superficie de las células B y son especialmente efectivas en contra de los microbios haciendo que se aglutinen y se lisen. Son los 671 anticuerpos predominantes en los que participan los grupos sanguíneos ABO. Los anticuerpos IgD se encuentran en la sangre, en la linfa y en la superficie de las células B y pueden participar en la estimulación de las células productoras de anticuerpos para fabricar los mismos. Los anticuerpos IgE están localizados en las células cebadas y las células basófilas y participan en las reacciones alérgicas. Es interesante destacar que durante el stress disminuyen las concentraciones de IgA. Dependiendo del individuo, esta disminución puede conducir tanto hasta provocar infección.
Estructura: Puesto que los anticuerpos son proteínas, consisten de cadenas polipeptídicas. La mayor parte de los anticuerpos contiene dos pares de cadenas polipeptídicas. Dos de las cadenas son idénticas entre sí y se denominan cadenas pesadas (H). Cada una de las cuales consiste de más de 400 aminoácidos. Las otras dos cadenas también son idénticas entre sí, se denominan cadenas ligeras (L), y cada una consiste de 200 aminoácidos. El anticuerpo consiste de mitades idénticas que se mantienen juntas por puentes de disulfuro. Cada mitad consiste de una cadena pesada y una ligera, también sostenidas por puentes de disulfuro (s-s). Sobretodo, las moléculas de anticuerpos en ocasiones toman la forma de una letra Y. En otras ocasiones, recuerdan a una letra T.
Recordemos que una respuesta inmunitaria consta de dos fases:
• 1- reconocimiento del antígeno, -2- reacción para erradicarlo.
En la respuesta inmunitarias adaptativas, las células encargadas de reconocer los antígenos son los linfocitos, y el proceso que hace esto posible es la selección clonal.
La selección consiste en la proliferación de las células que reconocen a un antígeno específico. Cada linfocito (ya sea una célula B o una célula T) está programada genéticamente para reconocer prácticamente de forma exclusiva a un único antígeno. El sistema inmunitario en conjunto puede reconocer específicamente miles de antígenos, de tal forma que los linfocitos que reconozcan a un antígeno determinado deben constituir una fracción minúscula del conjunto total de linfocitos. Por tanto, ¿cómo es posible crear una respuesta inmunitaria adecuada frente a un agente infeccioso? La respuesta es que, cuando un antígeno se une a las escasas células capaces de reconocerlo, dichas células inician un proceso de proliferación masiva. Al cabo de pocos días, su número es suficiente como para ejercer una respuesta inmunitaria eficaz. Es decir, el antígeno selecciona los clones de células que son capaces de unirse a él y promueven su proliferación, en un proceso denominado selección clonal. Esto ocurre tanto en el caso de las células B como en el caso de las células T. Cabe preguntarse cómo es posible que el sistema inmunitario “sepa” que anticuerpos específicos va a necesitar a lo largo de la vida de un individuo. En realidad, no lo sabe. El sistema inmunitario genera anticuerpos que pueden reconocer una enorme variedad de antígenos, incluso antes de encontrarse con los mismos. Muchos de ellos nunca serán utilizados para defender al individuo frente a una infección. Sin embargo, dado el gran número de organismos infecciosos y su capacidad para modificar sus antígenos mediante mutaciones, la presencia de todos estos anticuerpos es necesaria, aunque puede ser que nunca se utilicen.
El sistema inmunitario dispone de diversos mecanismos efectores para enfrentarse a la inmensa cantidad de patógenos diferentes. El sistema inmunitario puede destruir a los patógenos de diversas formas, cada una de las cuales se adapta al tipo de infección y a la fase del ciclo vital del organismo infectivo. Estos mecanismos de defensa se denominan sistemas efectores. Uno de ellos es la neutralización: sistema efector más sencillo, se basa en los anticuerpos que pueden destruir ciertos patógenos simplemente mediante la unión de los mismos. Otro sistema efector es la fagocitosis: Con más frecuencia, el papel principal de los anticuerpos es la activación del complemento, que promueven su ingestión por parte de la fagocitosis. Una vez que la célula fagocíticas se unen a un microbio opsonizado, lo rodean mediante la emisión de seudópodos. Éstos se unen finalmente entre sí, con lo que el microorganismo penetra en la célula fagocíticas (por endocitosis), queda confinado en el interior de un fagosoma. Otro sistema efector son las reacciones citotóxicas y apoptosis. Estas reacciones son sistemas efectores dirigidos contra células completas que suelen ser demasiado grandes para ser fagocitadas.
¿Que órgano o célula participan del Sistema Inmunológico?
Las
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