Una Introduccion A La Etica En Los Negocios
marcela82Tutorial15 de Octubre de 2013
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Revista Libertas 33 (Octubre 2000)
Instituto Universitario ESEADE
www.eseade.edu.ar
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UNA INTRODUCCION A LA ETICA EN LOS NEGOCIOS(*)
Tibor R. Machan
La actividad empresaria no siempre ha disfrutado de la mejor reputación. Un gran éxito en los negocios trae aparejada una gran riqueza, pero esto no es todo. Jesús nos ha dicho que es “más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un hombre rico entre al reino de Dios”(1), lo cual ha sido interpretado de muy diversas maneras. En otro orden de cosas y más recientemente leemos de August Bebel que “la naturaleza de los negocios es una estafa”.(2) Thorsten Veblen nos dice que “Toda sagacidad en los negocios en último análisis significa un uso juicioso del sabotaje”.(3) Estos dos últimos mensajes coinciden con la serie televisiva tan popular en Estados Unidos que se refería a los hombres vinculados al petróleo en Texas, serie titulada “Dallas” (1979-1991) donde se presentaban personajes inescrupulosos. Este programa televisivo mostraba que para extraer petróleo del suelo y distribuirlo en los mercados se necesita mucho soborno y mucha puñalada por la espalda. En los diarios de hoy podemos ver las críticas vehementes a Microsoft que son atribuidas a una combinación de actitudes poco recomendables en donde Bill Gates asume el rol del villano. En la mente de muchos el concepto de lucro empresario equivale a robo.
Esta hostilidad hacia el mundo de los negocios no parece haber afectado el campo de la ética en los negocios ya que se piensa que la maldad congénita de los negocios requiere importar principios morales desde afuera. Cuando algunos escritores argumentan que el comportamiento moral puede ocurrir en el contexto de los intereses personales propios del mundo de los negocios, el análisis suele basarse en la teoría de los juegos como una estrategia en lugar de una perspectiva basada en términos de lo que es correcto y lo que es incorrecto. Nuestro sentido más profundo de los valores morales generalmente no se incluye en este tipo de discusiones. En la obra de Eric Posner las obligaciones morales son meramente “regularidades del comportamiento” que se adoptan puramente por razones estratégicas.(4) Peter A. Danielson del Centro de Etica Aplicada de Canadá considera que es posible imaginar “como una empresa puede ser moral aun si [!] comenzara como un ente maximizador”, como si estuviera haciendo aparecer un conejo de la galera.(5) Otros no son tan generosos y creen que los negocios deben ser sometidos y regulados en todos los casos ya que no permiten ningún supuesto de inocencia.
Iniciativas empresarias vs. ética en los negocios
¿Por qué es que muchas de las reflexiones sobre ética en los negocios se pueden resumir en el castigo a la empresa como si el negocio per se fuera una actividad sospechosa? Parte de la respuesta es filosófica. En la antigua Grecia se consideraba la prudencia como
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una virtud moral básica. La llamaban “sabiduría práctica” y era caracterizada por Aristóteles como “una capacidad razonada y verdadera para actuar en dirección al bien”.(6) Aristóteles también nos dice que “se considera que es la característica del hombre de sabiduría práctica el ser capaz de deliberar correctamente sobre lo que es bueno para si mismo, no sobre algún asunto particular, es decir, sobre qué tipo de cosas conduce a la salud o a la fortaleza, sino sobre las cosas que conducen a una buena vida en general”.(7)
Desde los escritos de Immanuel Kant, la virtud de la prudencia -el ejercicio de la sabiduría práctica para el bienestar individual- ha sido cuestionada. Fue convertida inicialmente por Hobbes de una virtud moral a una tendencia natural (caracterizada como el fin del lucro, el interés personal o el instinto de la auto preservación). Los economistas inclinados a adoptar el capitalismo encontraron prudente defender el sistema sobre una base distinta de la hospitalidad hacia la virtud de la prudencia. En lugar de eso, defendieron el capitalismo sobre la base de una inclinación innata a la búsqueda del lucro, lo cual, a su turno, promueve el bien social. El capitalismo, en esta visión, es el camino más suave y con el mínimo de fricciones para obtener la satisfacción de cada uno y el bienestar general, es decir, “el óptimo de Pareto”.
Los críticos del capitalismo por tanto criticaron al mercado en base a principios morales. Hoy vemos los resultados: si hablamos de moral, tendemos a pensar que las acciones deben ser altruistas. La ética en los negocios es así tratada principalmente por economistas, administradores de empresas o especialistas en procesos de mercado más bien que por parte de filósofos morales como tales. Para el mundo de los negocios esto quiere decir que mientras es permisible buscar el lucro, el gobierno debe regular la actividad de modo que no se salga del carril. De otro modo el afán de ganar dinero producirá efectos nocivos sobre la comunidad.
Pero el hecho de hacer negocios, después de todo, es el tipo de actividad que aparece directamente vinculada al bienestar de cada uno; abastece de productos y servicios al mercado para ayudarnos a sobrevivir y gozar de la vida, por ende parece algo bueno en si mismo y digno de aplauso.
Abordaremos el tema de la ética de los negocios sin prejuicios y veamos qué surge. Después de que arribemos a algunas conclusiones fundamentales vamos a considerar la relevancia de áreas controversiales como la del empleo y la publicidad. Finalmente examinaremos varias teorías de la naturaleza de la empresa y sus obligaciones morales. Finalmente, debemos considerar si se justifica o no la regulación de los negocios.
¿Qué es la ética?
La ética es una ciencia de la elección humana. La ética o la moral está interesada en las guías básicas de cómo deberíamos vivir nuestras vidas. Contesta la pregunta “¿Cómo debería vivir?”.
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La investigación ética presupone que somos libres para elegir como conduciremos nuestras vidas, esto es, que podemos ser honestos o deshonestos, actuar con coraje o con cobardía, con prudencia o no. Sin libre albedrío, la ética no tendría sentido, tanto como una doctrina o como un consejo. Si no se puede elegir como actuar, tiene poco sentido que se crea que se deba actuar en tal o cual sentido. Simplemente uno hace lo que estaría determinado a hacer.(8)
Es cierto que hay diversas respuestas o propuestas a la forma en que uno debe conducir su vida, pero el hecho que haya desacuerdos no significa que no se pueda descubrir verdades en esta área, aunque aquellas verdades eventualmente pueden pulirse y corregirse a medida que se incorpora nuevo conocimiento.
La interpretación de la ética que parece más fértil es la naturalista que heredamos de Aristóteles. Sostiene que la vida que él conduce al bien implica actuar conforme a la naturaleza humana. Esto lo podemos generalizar a todo lo que tiene vida. Algunas condiciones son buenas y otras resultan malas. Para cada organismo viviente, para que sobreviva, deben existir ciertas necesidades que deben ser satisfechas, ciertos peligros que deben ser obviados y, de una manera u otra, cada organismo busca estas necesidades y evita aquellos daños. Para las rocas, para las gotas de agua que no tienen vida que perder no tiene sentido aludir a algo bueno o algo malo, pero para un árbol o para un pájaro esto resulta posible.
Y no sólo se trata de condiciones externas sino también de condiciones internas del organismo que pueden juzgarse buenas o malas y juzgarse en referencia a su respectiva naturaleza. Pensemos el ejemplo de un supermercado. El que juzguemos las manzanas en una góndola buenas, mediocres o malas tiene que ver con lo mucho que se acerquen o no a su naturaleza de manzana. Lo mismo es aplicable cuando juzgamos un bosque, una planta o un animal. Hacemos los mismos juicios en medicina cuando evaluamos un corazón o los riñones de alguien. ¿Cumple las funciones en su naturaleza o está lesionado y por lo tanto es destructivo para el organismo?
Cuando hablamos de la vida humana aparece una nueva dimensión, esto es el que tengamos influencia sobre nuestras propias conductas. De modo que lo que es bueno, mediocre o malo en el caso de los humanos en parte depende de nosotros. Nuestras elecciones se dirigirán hacia el bien o hacia el mal. Podemos actualizar la potencialidad de nuestra naturaleza de un modo tal que alimente nuestras vidas o podemos abandonar esta obligación. Y acá es cuando aparece la moral o la ética. Aquí es precisamente donde la bondad o la maldad asociada con el ser humano está íntimamente vinculada a nuestra elección porque somos moralmente responsables. Y también necesitamos principios fundamentales que guíen nuestras acciones, esto es, necesitamos de la ética.
¿Qué es la ética de los negocios?(9)
Si nuestra vida vale la pena ser sostenida, es un requerimiento moral el que nos ocupemos de vivir bien y prosperar. Si bien es posible prosperar de muchas maneras, una forma es
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obtener algún nivel de bienes materiales (aun muchos de nosotros que no estamos especialmente inclinados a interesarnos por el éxito económico, dependemos de muchas maneras en los esfuerzos de otros que sí están interesados en esta dirección). Lograr el progreso económico quiere decir vincularse en el comercio y en el desarrollo de la profesión empresarial.
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