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Uso De Medicamentos En Geriatría


Enviado por   •  1 de Marzo de 2014  •  2.172 Palabras (9 Páginas)  •  678 Visitas

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MEDICAMENTOS MÁS USADOS EN GERIATRÍA

El envejecimiento es un proceso fisiológico normal al que están expuestos todos los organismos vivos desde el mismo momento de su concepción. Esta etapa de la vida predispone al individuo a la aparición de enfermedades y al CONSUMO DE MEDICAMENTOS. Está demostrado que los pacientes mayores de 60 años consumen 2 o 3 veces más medicamentos que el promedio de la población en general. En esta etapa de la vida es importante hacer un uso estrictamente racional de los medicamentos, debe ser utilizado el menor número de fármacos, los más eficaces y de menores efectos secundarios, prestando especial atención en las posibles interacciones medicamentosas cuando son utilizados varios de forma simultánea. El consumo de fármacos constituye una señal de la prevalencia de problemas médicos. Además, los medicamentos constituyen una herramienta terapéutica esencial en todo acto médico, pero a la vez pueden convertirse en una peligrosa arma si son mal utilizados.

Al hablar de las prescripciones en medicina, y en especial en la medicina geriátrica, es imposible abarcar todas las presentaciones farmacéuticas que existen, pero al hablar de grupos de medicamentos es posible mencionar aquellos de mayor uso en la práctica geriátrica. Además, en general, la población anciana consume más fármacos que cualquier otro grupo poblacional lo que hace aún más difícil hablar de todas las presentaciones farmacéuticas.

Sobre el tema de los fármacos usados en geriatría, se han realizado ya varios estudios que nos permiten actualmente conocer estadísticas de aquellos medicamentos más utilizados. Hablando en términos de gasto, los sistemas de salud han reportado que la mayor parte es consumida por pensionados, hasta un 76% del total del gasto se realiza en medicamentos, lo que señala que la población senil consume gran cantidad de estos.

Un reciente estudio demostró que el 81% de los ancianos consumen algún fármaco y el motivo principal de prescripción son las afecciones cardiovasculares y los dolores articulares. La familia de fármacos más utilizada fue la de los ANALGÉSICOS, los ANTIINFLAMATORIOS, los ANTIPIRÉTICOS, y dentro de estos, la aspirina. En segundo lugar se encuentran los FÁRMACOS PSICOTRÓPICOS (Antipsicóticos, ansiolíticos, antidepresivos, hipnóticos, etc.) cuyo consumo está mucho más extendido en las personas mayores que el resto de la población, siendo también más elevado en los ancianos institucionalizados, finalmente, de los medicamentos no prescritos, el de uso más común son las VITAMINAS. Este estudio incluye también dentro de los fármacos más comunes en geriatría, los de acción cardiaca como DIGITAL, DIURÉTICOS, BLOQUEADORES BETA Y VASODILATADORES, otros como PROCINÉTICOS, ANTIÁCIDOS, LAXANTES y ANTICOAGULANTES.

Cabe mencionar que dentro de esta investigación, también se encontró que el 40 % de las prescripciones fueron hechas por el médico familiar, el 41 % por otros especialistas y el 19 % correspondieron a la automedicación, porque no hay que olvidar que muchos ancianos toman medicamentos de venta libre y productos de la herbolaria o naturistas, de los cuales muchas veces se desconocen los principios activos y las dosis recomendadas y, por lo tanto, surge la posibilidad de interacciones medicamentosas, reacciones adversas o ambas y de hecho, el 28% de los ingresos hospitalarios en los mayores de 70 años obedece a efectos adversos de los medicamentos, motivo por el cual el médico debe ser muy cuidadoso para la prescripción farmacológica.

Hablando de las conductas habituales de los ancianos, es muy frecuente también que intercambien medicamentos, tomen los que ellos consideran que les pueden ayudar, los que les recomendaron amigos o conocidos, los que encuentran anunciados en la prensa (revistas) o en la televisión, como ocurre con las vitaminas o aquellos que incrementan la potencia sexual, remedios contra el insomnio o medicamentos de uso tópico contra el dolor, por citar algunos, además de que muchos de ellos acuden con diferentes especialistas y cada médico prescribe un sinfín de medicamentos, y los pacientes no le refieren al especialista que además de los recomendados, están tomando otros.

Por lo anterior es primordial realizar el examen de la inseparable bolsa de medicamentos que todos los ancianos suelen llevar siempre a la consulta. Además, en este medio no es raro que acudan a los diferentes servicios con que cuenta el Sistema Nacional de Salud (ISSSTE, IMSS, Pemex, ISSEMYM, etcétera), y que en cada uno de ellos les den medicamentos genéricos con diferente nombre, de manera que los ancianos tomen dos y hasta tres productos idénticos en forma simultánea, como ocurre frecuentemente con los hipoglucemiantes, antihipertensivos, analgésicos y diuréticos. En Estados Unidos de Norteamérica, los ancianos toman medicamentos de la herbolaria como suplementos (ginkgo biloba, glucosamina, ginseng) , que tienen principios activos, pero que pueden interactuar con fármacos de patente, además de generar incremento de los costos de atención. Al hacer un análisis de las prescripciones se encuentra que la mayoría de ellas son inapropiadas para los ancianos, como se demostró en el consenso denominado Criterio Beers , tales como el empleo de benzodiacepinas de larga acción como el diazepam, hipoglucemiantes como la clorpropamida, antidepresivos con acción anticolinérgica como la amitriptilina, y el ciclandelato para las demencias.

Dicho criterio fue revisado en 1997 y se encontró que hay más de 33 terapéuticas inadecuadas para los ancianos, y fueron clasificados como FÁRMACOS QUE NO DEBEN EMPLEARSE, aquellos que rara vez se utilizarán y drogas que pueden ser usadas con vigilancia.

1. Fármacos que no deben ser utilizados: barbitúricos, clorpropamida.

2. Fármacos que deben ser utilizados ocasionalmente: diazepam, propoxifeno.

3. Fármacos que requieren vigilancia estrecha: oxibutinina, difenihildramina.

Sin embargo, a pesar de las recomendaciones se continúa empleando un sinnúmero de medicamentos que más que curativos resultan nocivos para la salud de los ancianos, como es el uso de hipoglucemiantes de larga acción, incluyendo la glibenclamida, que generan ingresos frecuentes por hipoglucemia.

Los medicamentos mencionados anteriormente, por ser los más usados, merecen un estudio detallado que sale de los horizontes de este ensayo, sin embargo, deben tomarse en cuenta varios puntos cruciales en el uso de cada medicamento.

Digital. Su empleo en la insuficiencia cardiaca sólo se justifica en el caso de disfunción sistólica; los ventrículos rígidos y la estenosis aórtica son muy frecuentes en los ancianos

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