Vida y nutricion

La forma de los hábitos alimentaros de los seres vivos hoy en día es omnívoro, ya que nos alimentamos tanto de plantas como de animales. En la prehistoria los hombres primitivos se mostraban como cazadores y recolectores, el alimento estaba al alcance de la mano. Algunos estudios muestran que en esta época el conseguir el alimento no era una tarea sencilla para nuestros antepasados. La forma de alimentación más antigua se dice que fue herbívora, por la semejanza que tienen con ciertas agrupaciones de monos vegetarianos actuales. Los hábitos de comer carne se adquirieron rápidamente, ya que algunos restos humanos más antiguos se hallaron asociados con huesos rotos de animales. En la sociedad primitiva los primeros hombres probaban continuamente nuevas formas de alimentación, preferían o rechazaban algunas por su sabor, textura, olor o incluso por su color. El descubrimiento del fuego ayudo al hombre a capturar animales y a la preparación de diferentes alimentos. El fuego volvió a las proteínas más asimilables y más digeribles los gránulos de almidón, dio acceso al hombre a alimentos que, crudos le resultaban desagradables o tóxicos.

La agricultura parece haber surgido independientemente y al mismo tiempo en varios lugares. El hombre cambio de una dieta rica en carne a otra rica en cereales compuestos básicamente de carbohidratos. Al volverse menos variada su dieta, empezaron a padecer enfermedades nutricionales, ya que los cereales carecen de algunos nutrientes importantes para el ser humano. En la antigua Grecia, Hipócrates el médico, aconsejaba a sus pacientes ciertas dietas para curar algunos padecimientos y en el siglo XVIII Lavoisier fundó la ciencia de la nutrición, en esta época se entendió que es una buena alimentación. En el siglo XX la humanidad padece enormes problemas nutricionales, algunos provienen de costumbres alimenticias o cultura. En este siglo, el hambre y la malnutrición permanecen entre los principales problemas de la humanidad.

Desde que nacemos conocemos la sensación de hambre, es una sensación muy compleja que proviene de cambios en el estado energético de nuestro cuerpo. Nuestra conducta alimentaria, es una actividad motriz organizada por el sistema nervioso central que inicia con las sensaciones llamadas, apetito y saciedad, dependen del ambiente en el que comemos, de nuestros hábitos, costumbres, educación y cultura.

Nuestra alimentación es controlada por el cerebro en una zona llamada “centro del apetito y de la saciedad”, están situados en el hipotálamo, región cerebral que también controla la producción de varias hormonas y que regula a través del sistema nervioso autónomo muchas de las funciones vegetativas del cuerpo. Si el hombre llega a tener alteraciones en su alimentación causa enfermedades o lesiones en el hipotálamo.

La alimentación es una actividad rítmica que depende de centros de control cerebral.

Nuestro estomago cuando nos sentimos hambrientos se contrae, las contracciones constituyen señales de vacío estomacal para los centros nerviosos, dichos movimientos cesan, cuando el estómago empieza a recibir el alimento.

Una pequeña dosis de insulina, hormona que disminuye la concentración de glucosa en la sangre, nos hace sentir hambrientos. Los niveles bajos de glucosa en la sangre actúan como señal respecto al centro de la alimentación.

Meyer, un investigador de la universidad de Harvard, supuso que los receptores nerviosos del hipotálamo son activados por la glucosa sanguínea. La glucosa es un azúcar que solo puede cruzar libremente las paredes celulares se recibe ayuda de otras sustancias, como la insulina. Esta teoría se comprobó con la alimentación puede influir en la función cerebral, la dieta produce cambios en las neuronas de la zona cerebral llamada Raphé, estas neuronas sintetizan y almacenan gran parte del neurotransmisor serotonina. Una dieta rica en proteínas determina que las neuronas del núcleo de Raphé liberen cantidades mínimas de serotonina. Una dieta rica en carbohidratos, determinará la liberación abundante del neurotransmisor. La presencia de insulina en la sangre produce un efecto semejante al de los carbohidratos.

A menudo sentimos hambre cuando hace frío y perdemos el apetito cuando hace calor. Una temperatura sanguínea elevada estimula los centros de saciedad y, en cambio una temperatura baja estimula los centros del hambre, es decir, comemos para calentarnos.

La palabra caloría para muchos, es una especie de enemigo. Las calorías, son el motivo de preocupación para muchas personas que desean alcanzar el peso ideal. En realidad, las calorías sin la medida de la energía presente en los alimentos y la razón de ser del metabolismo energético, es una rama de la ciencia de la nutrición. Hay cinco formas básicas de energía: solar, química, mecánica, térmica y eléctrica. Estas formas son cuantitativamente intercambiables, entre plantas y animales. La energía no puede crearse ni destruirse, solo se transforma. Los animales difieren de los vegetales verdes en que no pueden usar la energía solar directamente para producir sus alimentos; los vegetales verdes son capaces de sintetizar sustancias orgánicas complicadas como carbohidratos, proteínas y grasas. Este proceso es llamado fotosíntesis, las plantas utilizan energía solar transformándolo en energía química que queda almacenada en las plantas. Las plantas son los únicos seres vivos independientes. Los animales obtienen del alimento energía en forma química, que se deriva directa o indirectamente de las plantas. Ésta está presente en moléculas de carbohidratos proteínas y grasas. Le energía de los alimentos se emplea para hacer trabajo mecánico, para crecer y para conservar sus tejidos del cuerpo. El hombre puede convertir el 25% de energía de sus alimentos en trabajo mecánico. La energía requerida para el mantenimiento del cuerpo, menos del 10% se usa para el trabajo mecánico interno, y más del 90% se emplea en los procesos celulares activos o en la síntesis de proteínas u otras macromoléculas. Parte de la energía que proporcionan los alimentos se pierde como calor.

Todo tipo de energía puede medirse mediante una unidad llamada joule, que representa la energía que se emplea cuando se mueve un kilogramo de materia en unos distancia de un metro con la fuerza de un newton. Los nutriólogos calculo en el contenido de energía de los alimentos. Como los contenidos suelen ser altos los resultados cómo trabajarlo con una unidad mil veces mayor, que es el kilojoule. La caloría como la cantidad de energía en forma de calor que está disponible en los alimentos, esta unidad debe ser llamada kilocaloría, es mil veces mayor que la caloría unitaria usada por los físicos, la cual se define como la energía calorífica necesaria para elevar

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