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Émile Zola Vida

kkienes31 de Agosto de 2011

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Émile Zola nació en París, hijo de un ingeniero italiano naturalizado y de madre francesa. Su familia se trasladó a Aix-en-Provence y tuvo graves problemas económicos a la muerte temprana del padre. Tuvo como compañero de colegio a Paul Cézanne con quien mantendría una larga y fraternal amistad. Volvió a París en 1858. En 1859, Émile Zola suspendió dos veces el examen de bachillerato. Como no quiso seguir siendo una carga para su madre, abandonó los estudios con el fin de buscar trabajo. Se casó en 1870 con Alexandrine Mélay. A partir de 1873, se relacionó con Gustave Flaubert y Alphonse Daudet. Conoció a Joris-Karl Huysmans, Paul Alexis, Léon Hennique y Guy de Maupassant que llegaron a ser habituales de las veladas de Médan, un lugar cerca de Poissy donde Zola tenía una casita de campo desde 1878. Se convirtió en el líder de los naturalistes. El volumen colectivo de esas Veladas apareció dos años después.En 1886, Zola se peleó con Paul Cézanne (a quien quizá se puede reconocer en el personaje de Claude Lantier, el pintor fracasado de La obra). Criticó habitualmente los criterios utilizados en las exposiciones de arte oficiales del siglo XIX, en las que se rechazaba de forma continuada las nuevas obras impresionistas. La publicación de La tierra levantó polémica: el «Manifiesto de los cinco» marcó la crítica de escritores naturalistas jóvenes. Se hace amante de Jeanne Rozerot en 1888, con la que tendrá dos hijos. En 1890, se rechazó su entrada en la Academia francesa.

Estuvo seis años enterrado en el Cementerio de Montmartre, en París, pero sus cenizas fueron trasladadas al Panteón el 4 de junio de 1908, máximo honor a un escritor francés.Se rehabilitó tardíamente a Alfred Dreyfus en 1906.

Obras

Cuentos y novelas aparte de las series:

• Contes à Ninon (1864). Trad.: Cuentos a Ninon, Editors, 1990

• La Confession de Claude (1865). Trad.: La confesión de Claude (novela autobiográfica)

• Le Vœu d’une morte 1866.

• Les Mystères de Marseille 1867.

• Thérèse Raquin, (1867). Trad. de María Teresa Gallego Urrutia: Thérèse Raquin , Alba editorial, 2002

• Madeleine Férat 1868.

• Nouveaux Contes à Ninon, 1874

• Nantas, 1878

• Les Soirées de Médan (1880), con Guy de Maupassant, Joris-Karl Huysmans, Henri Céard y Paul Alexis, 1880. Trad.: Las veladas de Médan

• Jacques Damour 1880.

• Madame Sourdis, 1880

• Le Capitaine Burle 1882, relatos.

• Naïs Micoulin 1884, relatos.

• La Mort d’Olivier Bécaille, 1884

Serie de Los Cuatro Evangelios:

• Fécondité. Fecundidad (1899)

• Travail. Trabajo (1901)

• Vérité. Verdad (publicada póstumamente en 1903)

• Justice, sólo notas preparatorias.

Ensayos:

• La novela experimental (1880)

• La escuela naturalista (1881). Trad.: El naturalismo, Península, 1998.

• El naturalismo en el teatro (1881)

• J'accuse. Carta abierta al presidente de la República Francesa en el diario parisino L'Aurore (13-01-1898). Trad.: Yo acuso, Visión, 2002.

"La taberna" es la historia de estas gentes sin futuro a las que, una circunstancia azarosa, trastoca el sentido de su existencia. Han nacido en un entorno social desfavorecido y serán incapaces de huir de él. El toque cruel está ahí, el que siempre fue en Zola. Cuando se habla del autor francés como exagerado, a veces lo comparo (salvando las distancias) con Shakespeare, en el sentido en el que los personajes son incapaces de escapar del trágico destino que les está preparado. Hamlet es como Gervasia, ambos son incapaces de escapar de las incidentes, pese a las diatribas de uno u otro (bien distintas en patrones). Se pelean en una lavandería y son objeto de las burlas de sus "iguales". Pero hay otro punto que une a estos dos escritores: el respeto y admiración que éstos llegan a sentir para con sus personajes. Shakespeare siente lástima de Hamlet, como Zola lo hace de Gervasia (mujer sin la cultura del primero). Ninguno de los dos son héroes en el sentido clásico del término, pero sí desde ese punto de vista (tan moderno) que convierte este sentido del trabajo, tan democrático, en un valor. Cuando Cupeau pierde este valor, su vida se desmorona, como se desmorona la conciencia de Hamlet al ver el trono de su padre usurpado por la conspiración. El desenlace es el mismo en ambos casos.

Ambos autores comparten también el sentido de globalidad para con sus personajes. Tratan con igual esmero al mezquino que al "héroe" y, así, podemos comprender a Yago y entender la estupidez de Lantier (que abandona a Gervasia por sueños más burgueses).

Las novelas de Zola son un retrato de la vida en el mismo sentido que los cuadros impresionistas (lean "Naná", una maravilla desde la primera página) pero van más allá del sentido pictórico, como sucede en el caso de Victor Hugo (siempre me lo recordará en algunas descripciones y en la manera de presentar a los personajes). Ambos guardan el sentido del equilibrio y ese regusto moralizante (que hacen a veces las novelas de Zola un tanto anticuadas). Leamos a Zola desde la perspectiva del tiempo, de esos movimientos sociales en nacimiento... un tiempo en que aún se creía en la libertad del individuo y en la que el escritor estaba llamado a abogar y denunciar estos hechos.

Y es que... puede que la única grandeza de algunos sea haber nacido, o la única grandeza de otros sea el poder pintar con pluma suave, tal vez fuerte, con trazo seguro o con espíritu inquieto. Las paredes de la taberna destilan al aroma a ajenjo, licor barato de moda por el alto precio del vino... Las mujeres se tiran de los pelos y las habladurías circulan, sí... es el momento de hablar de los héroes y de las prostitutas, de esos proxenetas y de esas lavanderas... Es el momento de preguntarnos porqué hemos nacido.

Desde el comienzo de su novela, la crueldad de la vida de los personajes, las injusticias, las esperanzas y sueños de estos y en definitiva el retrato de la realidad social de una época gris, te hace pensar en un libro difícil de asimilar. Pero después de su lectura, Gorki me ha inspirado profundos deseos de vivir, disfrutar y sobre todo luchar por la razón, luchar por el corazón y por los sueños, aunque estén muy lejanos merece la pena porque sólo nuestros miedos son los verdaderos enemigos y es en este momento en el que el nombre de Pelagia aparece. Sentimientos difusos y contradicciones en sus pensamientos que experimenta la valerosa protagonista se trasladan al espectador de esta magnifica novela.

A partir de un vocabulario sencillo y preciso, la historia de los Vlassov comienza bajo el sonido de la sirena de la fábrica, el humo de las máquinas y la taberna, única escapatoria de una realidad vacía de sentido. Formaban parte de la masa uniforme de los obreros, cuyas vidas aplastadas por una fuerza constante no tenía visos de mejoría. Tal era la vida de Michel Vlassov, un ser sombrío y detestable que muere, que revienta del hastío por una hernia, dejando a su mujer Pelagia y a su prometedor hijo Paul liberados del yugo familiar opresor que tanto les había hecho sufrir durante sus vidas.

Esa circunstancia cambia progresivamente la vida de los Vlassov. El joven Paul comienza su particular búsqueda de la verdad, leyendo libros prohibidos, reuniéndose y hablando con revolucionarios socialdemócratas hasta convertirse con el paso del tiempo en un miembro respetado y pieza fundamental de este movimiento perseguido con la tortura, la cárcel y el destierro.

La perspectiva de la madre, diferente, debido a su inocencia e ignorancia le hace ver las acciones de Paul bajo el peligro real que corre y no entiende, no comprende las motivaciones e intenciones que llevan a este grupo de jóvenes en su mayoría, a luchar contra el poder, contra el Zar y en consecuencia con la policía. Pero poco a poco Pelagia, a pesar de desconfiar de los razonamientos de su hijo y sus camaradas, adopta progresivamente una aptitud abierta ante su nueva vida, también hacia los amigos de Paul que conoce en su casa empieza a verlos como a sus propios hijos, se siente la madre de la revolución dentro de su propia casa; El Pequeño Ruso, Rybine, Vessovchikov, Theo, Sandrina, Samoilov, entre otros muchos, le hacen la vida agradable, la tratan con mucha dulzura, afecto, cariño, incluso le transmiten la energía y la alegría que ella jamás había vuelto a experimentar desde su infancia. Tras una profunda reflexión de fe y la primera encarcelación de Paul, La Madre se suma a la causa de la verdad.

Pasajes formidables como la manifestación en la fábrica por los Kopek, más tarde la introducción de hojas y folletos en la fábrica bajo las faldas de Pelagia, la distribución por las aldeas y pueblos de folletos y libros prohibidos impresos bajo el acecho de los espías de la policía, la manifestación del primero de Mayo (para mí el mejor pasaje del libro), la detención de Rybine y su coraje, los sufridos registros y detenciones, el juicio del destierro o la muerte de Iegor y su entierro con ataque brutal de sables, hasta la detención de La Madre en la estación de trenes dispuesta a distribuir el magnífico discurso de Paul, son muy brillantes. Y no es un final trágico, Pelagia por fin deja de tener miedo por la causa, deja de sufrir por su hijo, ya en el destierro, empieza a creer de verdad, olvidando por fin su pasado, y es feliz porque es libre, de pensamiento y sentimiento, porque por fin va a cumplir otro de sus deseos: saber a Paul junto a su amor Sandrina.

.............No se puede

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