Abuso Sexual (marco Teorico)

ABUSO SEXUAL

El abuso sexual es un conjunto de actitudes y comportamientos que realiza una persona sobre otra, sin su consentimiento o conocimiento y para su propia satisfacción sexual.

Cabe aclarar que el abuso sexual no es sólo penetración o agresión física. Abarca desde el contacto físico, (tocamientos, masturbación, sexo oral, etc.), hasta la ausencia de contacto (exhibicionismo, erotización con relatos de historias sexuales, vídeos, películas, fotografías, etc.).

El comportamiento comúnmente utilizado para lograrlo va desde la amenaza al engaño, la seducción y/o confusión. No obstante, se pueden presentar técnicas más “sutiles” por ejemplo se puede valer de la confianza depositada en el adolescente en una relación afectiva cercana y así introducir elementos eróticos.

Tristemente, en la mayor parte de los casos el abuso sexual infantil suele ser cometido por familiares (padres, hermanos mayores, tíos, abuelos, etc.) o por personas relacionadas con la víctima (profesores, entrenadores, vecinos, etc.).

El escenario habitual incestuoso suele ser el siguiente: un comienzo con caricias; un paso posterior a la masturbación y al contacto buco genital; y una evolución al coito vaginal, que puede ser más tardío.

Las consecuencias son diferentes si la persona abusadora es un familiar, un extraño u otro adolescente mayor que él o ella. También difieren si la relación sexual ha sido violenta o no.

Los adolescentes presentan la sensación intensa de estrés, sufrimiento o dolor al recordar o revivir los hechos, y suelen sufrir daños físicos y psicológicos a corto y largo plazo, que afectan su capacidad de aprender y de relacionarse socialmente.

Las consecuencias a corto plazo se dividen en:

• físicas (pesadillas y problemas de sueño, cambios de hábitos de comida, pérdida de control de esfínteres, entre otras);

• conductuales (consumo de drogas y alcohol, fugas, conductas auto lesivas o suicidas, hiperactividad, baja del rendimiento académico);

• emocionales (miedo generalizado, agresividad, culpa y vergüenza, ansiedad, depresión, baja autoestima, rechazo al propio cuerpo);

• sexuales (conocimiento sexual precoz e impropio a su edad, masturbación compulsiva, exhibicionismo, problemas de identidad sexual);

• sociales (aislamiento, déficit en habilidades sociales, retraimiento social, conductas antisociales).

De igual manera las consecuencias a largo plazo se dividen en las siguientes características:

• físicas (dolores crónicos generales, hipocondría o trastornos psicosomáticos, alteraciones del sueño y pesadillas constantes, problemas gastrointestinales, desorden alimentario.);

• conductuales (intento de suicidio, consumo de drogas y alcohol, trastorno de identidad.);

• emocionales (Depresión, ansiedad, baja autoestima, dificultad para expresar sentimientos.);

• sexuales (fobias sexuales, disfunciones sexuales, falta de satisfacción o incapacidad para el orgasmo, alteraciones de la motivación sexual, mayor probabilidad de sufrir violaciones y de entrar en la prostitución, dificultad para establecer relaciones sexuales.);

• sociales (problemas de relación interpersonal, aislamiento, dificultades de vinculación afectiva con los hijos.).

Los efectos de la agresión son múltiples, y se expresan en las áreas más importantes del adolescente. Se vive como un suceso traumático el cual se intenta olvidar. Sin embargo estas conductas tienden a expresarse o a repetirse, de manera activa, violenta o abusando de otros. Por otro lado también se presenta la evasión de la sexualidad. Afectando así las relaciones interpersonales y, en un futuro, la intimidad con la pareja.

Las secuelas ocasionadas por el abuso sexual en los niños y adolescentes se pueden manifestar de diversas formas. Estas señales de alarma son las que denominamos indicadores, los cuales deben valorarse de forma conjunta ya que uno sólo no basta para afirmar que nos encontremos ante un caso abuso sexual. Estos factores deben tenerse muy en cuenta para en cuanto se detecte un problema buscar de inmediato la ayuda necesaria con profesionales capacitados.

• Se autolastima (cortes, quemaduras)

• Higiene personal deficiente

• Abuso de drogas y alcohol

• Promiscuidad sexual

• Huye del hogar

• Depresión, ansiedad

• Intentos de suicidios

• Miedo a la intimidad o a la cercanía

• Dieta o ingesta compulsiva

• Fantasías o conductas regresivas (chuparse el dedo, orinarse en la cama, etc.)

• Dolor, golpes, quemaduras o heridas en la zona genital o anal

• Comportamiento seductivo manifiesto.

• Agresión sexual de un menor hacia otros menores.

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