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Bouzat Presidencialismo

tomk9028 de Junio de 2014

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PODER PRESIDENCIAL Y CRISIS POLÍTICA EN LA ARGENTINA

Gabriel Bouzat – Universidad de Buenos Aires

1. INTRODUCCIÓN:

La relación entre crisis y poder presidencial que plantea el tema del panel es compleja. La cultura

política argentina identifica al presidente como el centro a partir del cual se ejerce el poder político.

Ello determina que el presidente sea considerado el máximo responsable de las crisis y que se

concentren en la presidencia todas las demandas para superar esas crisis. En el caso de la Argentina,

la pregunta sobre el papel que debe jugar el presidente frente a las crisis no puede ser respondida sin

reflexionar sobre cómo el sistema presidencial contribuye a la generación de esas crisis. El objetivo

de este trabajo se limita a analizar esta última cuestión.

A partir de 1930 la Argentina ha sido incapaz de consolidar una democracia estable a pesar de haber

alcanzado en esos años parámetros económicos, políticos y sociales equiparables a los de los países

más desarrollados.1 La historia política posterior a esa década se caracteriza por los golpes de estado,

las dictaduras militares, el fraude electoral, las proscripciones, la violación de los derechos humanos

y los traumáticos enfrentamientos entre distintos sectores.

Desde el restablecimiento de la democracia en 1983 uno solo de los presidentes elegidos por el voto

popular pudo completar su mandato. A fines del 2001 se produjo una grave crisis que concluyó con

1 La Argentina sancionó su constitución a mediados del siglo XIX. Entre 1860 y 1930 el país incorporó a millones

de inmigrantes, estableció el sufragio universal, obligatorio y secreto (masculino) y llegó a alcanzar el 5º puesto

mundial en cuanto a ingreso por habitante.

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la renuncia del Presidente de la Rúa. Se sucedieron en pocos días 4 presidentes y el último de ellos

(Duhalde), elegido por el Congreso para completar el mandato, no logró hacerlo y se vio obligado a

llamar a elecciones anticipadamente.

Sobre las causas de la inestabilidad política en la Argentina se han ensayado distinto tipo de

explicaciones. Algunas posturas sostienen que las crisis responden a factores económicos tales como

el pobre crecimiento económico, la enorme desigualdad social y las graves y reiteradas crisis

económicas.2 Otras posiciones hacen hincapié en las prácticas políticas, en especial en el

caudillismo, el carácter faccioso de los sectores políticos y el papel antidemocrático jugado por

diversos sectores tales como los militares y las corporaciones. También se ha hecho referencia a

ciertos rasgos culturales como la falta de respeto por el estado de derecho y el cumplimiento de la

ley 3.

A pesar de tan amplio abanico de explicaciones son pocos los estudios que prestan atención a la

manera en que el sistema presidencial contribuyó a las reiteradas crisis políticas. La tesis que voy a

defender es que el sistema presidencial genera problemas de gobernabilidad que favorece a la

inestabilidad política de la Argentina. Esta idea no supone que la causa de la inestabilidad política

esté dada por el sistema presidencial. Cualquier intento de reducir la multicausalidad de un proceso

histórico tan complejo es equivocado. Sin embargo, para comprender los factores que contribuyeron

a las reiteradas crisis políticas, es necesario analizar ciertas características perniciosas del sistema

2 En varias oportunidades la Argentina ha pasado por procesos hiper-inflacionarios, recesiones, el default de la

deuda pública y privada, el congelamiento de depósitos bancarios y la ruptura generalizada del sistema de contratos.

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presidencial argentino. Me refiero a la enorme concentración de poderes en el presidente, las fuertes

polarizaciones electorales, el antagonismo entre los partidos políticos, la dificultad para formar

coaliciones estables, las oposiciones salvajes y desleales, las obstrucciones y bloqueos entre los

distintos poderes del Estado, los abusos de poder presidencial y la dificultad para consolidar

instituciones fuertes. Señalaré también que la reforma constitucional de 1994 no logró superar los

principales defectos del sistema presidencial y que la desconcentración de las atribuciones

presidenciales no fue suficiente para modificar las prácticas políticas originadas en la fuerte

tradición presidencial.

2. LAS CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA PRESIDENCIAL ARGENTINO:

Analizaré el sistema presidencial argentino teniendo en cuenta dos modelos de institucionalización

de los sistemas democráticos. El objetivo es mostrar una suerte de contradicción interna que presenta

el sistema. Los modelos están inspirados en los modelos de democracia mayoritaria y democracia

consensual formulados por Lipjhart 4.

A. El modelo mayoritario:

La característica central del modelo mayoritario es el dominio absoluto de la regla de la mayoría. El

gobierno lo ejerce los representantes de la mayoría del pueblo. Toda otra alternativa, como un

sistema de pesos y contrapesos o la exigencia de mayorías calificadas, supone en la lógica de este

modelo, el dominio de la minoría, o al menos, el veto de la minoría.

3 Ver, G. Bouzat, “El Sistema Político-Institucional Argentino. Algunas notas distintivas”, Centro de Estudios

Constitucionales, Madrid 1990.

4 Ver, A. Liphart, "Las Democracias Contemporáneas", Ariel, Barcelona, 1987.

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El tipo ideal del sistema mayoritario es aquel que está organizado de forma tal que todos sus

elementos promueven el principio de la regla de la mayoría. Ello exige la concentración del poder

ejecutivo en gobiernos de un solo partido, que dependan completamente del respaldo del poder

legislativo que es considerado que representa la soberanía del pueblo. Este debe ser unicameral o

cuasi-unicameral 5. El sistema electoral debe ser de simple mayoría. Ello implica que el ganador es

quien obtiene más votos, ya sea mayoría absoluta o relativa, y no hay segundas vueltas. El Estado

debe estar centralizado y los gobiernos locales deben ser dependientes del gobierno central. No debe

establecer el control judicial de la constitucionalidad de la leyes y la democracia debe ser

exclusivamente representativa.

En virtud de la dinámica que generan estos elementos, el modelo funciona como un juego suma

cero. Esto es así porque el partido ganador de las elecciones obtiene todos los resortes del gobierno

y el que pierde queda excluido del gobierno y actúa solo como oposición. Liphart 6 sostiene que hay

dos situaciones en las que el modelo mayoritario promueve la estabilidad y la creencia generalizada

en la legitimidad del sistema: cuando las mayorías y minorías se alternan en el gobierno y en el caso

de sociedades muy homogéneas, social y políticamente, en las que está suficientemente garantizado

que los intereses fundamentales de las minorías serán salvaguardados por el gobierno de la mayoría.

5 Se entiende por sistema cuasi-unicameral o bicameralismo asimétrico aquel en el que aunque existan dos cámaras

legislativas sólo una de ellas concentra el poder político como sucede en Gran Bretaña con la Cámara de los Comunes.

6 Ver, A. Liphart, obra antes citada.

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B. El modelo consensual:

El modelo consensual busca acentuar el consenso, incluyendo más que excluyendo a la oposición, y

ampliar la mayoría gobernante en vez de considerar suficiente una estricta mayoría. El modelo

permite evitar las situaciones de juego suma cero en las que la mayoría gana todo y la minoría pierde

todo, incorporando elementos de cooperación que producen resultados de suma positiva. Se

considera que este modelo es apto para sociedades con fuertes diferenciaciones étnicas, lingüísticas

o culturales 7.

El modelo consensual se caracteriza por: i) la participación de los partidos importantes en una

amplia coalición en el gobierno, ii) la separación estricta entre los poderes legislativo y ejecutivo y el

bicameralismo equilibrado, iii) el sistema pluripartidista y la representación proporcional, iv) la

descentralización y el federalismo y v) la Constitución escrita y el veto de la minoría a través del

control judicial de constitucionalidad.

C. El sistema presidencial argentino:

Tomando como parámetro el modelo consensual se puede observar que con la excepción de la "gran

coalición", el sistema presidencial argentino cuenta con todos los otros elementos de ese modelo.

1. Separación de Poderes: El sistema se caracteriza por la existencia de una estricta separación entre

los poderes legislativo y ejecutivo. El poder legislativo está compuesto por dos cámaras y el poder

7 Ver A. Liphart, "Democratización y Modelos Democráticos Alternativos” publicado en “Presidencialismo vs.

Parlamentarismo” EUDEBA. 1988.

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ejecutivo está en manos del presidente elegido por sufragio popular. No existe la responsabilidad

parlamentaria del presidente y cada poder es considerado soberano en la órbita de sus funciones.

2. Bicameralismo y Representación

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