Breve Evaluación del Sistema Esucativo Mexicano

     Hablar de los modelos educativos que en su momento las autoridades competentes en funciones han implementado en el país; es sin duda motivo de debate y críticas muy fuertes de parte todos los implicados en el proceso enseñanza-aprendizaje, puesto que la educación en México no es precisamente el punto prioritario en la agenda nacional de los gobernantes. No obstante, la migración del modelo educativo 2011 al 2016 en educación básica, ha sido sin más, el peor fracaso en la historia de las políticas educativas en la nación que ya aterrizados en los centros escolares, se tradujeron en una carga administrativa más para el profesorado, lo cual contraviene lo establecido en la Ley General de Educación que señala que las autoridades educativas “revisarán permanentemente las disposiciones, los trámites y procedimientos, con objeto de simplificarlos, de reducir las cargas administrativas de los maestros, de alcanzar más horas efectivas de clase” (Educación, 2014). Por otra parte, en términos de evaluación educativa, son susceptibles de evaluación el Curriculum y los materiales educativos, el funcionamiento de las escuelas y/o instituciones educativas, las políticas y programas educativos, los aprendizajes de los estudiantes y el desempeño de los docentes y directivos. Aunado a lo antes dicho y considerando que el ensayo es un género literario que permite desarrollar un tema determinado de manera libre y personal, y ante la intención que persigo de escribir para manifestar mi opinión respecto de la evaluación educativa en razón de los videos analizados en clase:  Juzgando el modelo educativo y Como viven la evaluación los niños; en razón de ello y sin tener que preocuparme de conformar una estructura rígida de redacción o documentarlo exhaustivamente; trataré entonces este tema desde una perspectiva netamente política más que educativa. Lo importante es que en el vínculo escritor-lector haya comodidad con el tema, y que realmente se pueda expresar mi pensamiento acerca de éste de una forma clara.

     Primero: detrás del video juzgando al modelo educativo; literalmente se sienta en el banquillo de los acusados al sistema educativo, por aniquilar la creatividad, por no valorar el talento humano y las diferentes capacidades (inteligencias o áreas de oportunidad) de los niños y jóvenes, de tal manera que se juzga al pez por no poder trepar un árbol. Básicamente nuestra cruda realidad es que “tenemos escuelas del siglo XIX, docentes del siglo XX y alumnos del siglo XX” (Cordero, 2017), lo que en resumidas cuentas origina el gran problema estructural de la educación. En coincidencia con Prince Ea, en cien años la escuela, una de las instituciones más antiguas, no ha cambiado su método lineal o seriado aunque en el discurso podamos asegurar que hemos pasado de la escuela o método tradicional a la escuela activa, hasta llegar a la era de la sociedad del conocimiento y las tecnologías de la información y comunicación (TICs). Sin embargo, el propósito final que consagra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo Tercero, de que la educación “tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia” (Federación, Constitución Politica de los Estados Unidos Mexicanos, 2011), no se ha concretado cabalmente ya que las realidades de desigualdad y falta de equidad son palpables por todos lados en el sistema educativo. Nuestros alumnos en educación básica, prácticamente reciben una educación militarizada en la que tienen que permanecer sentados,  hacer las actividades en el tiempo y forma que dicta una planeación didáctica argumentada de los docentes que debe coincidir con un programa que dicta la autoridad educativa y donde la única posibilidad que existe para cambiar el currículo es la autonomía curricular y/o clubes; sin descartar la asignación numérica de una calificación que evidencia el matiz conductista de la educación en el país, donde el constructivismo y la formación holística es letra muerta.

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