COMPETENCIAS COMUNICATIVAS.

Kristine Newball Figueroa

COMPETENCIAS COMUNICATIVAS II

NRC 3030

PROFESORA Nelsy Perea Guarnizo

Barranquilla, 17 Noviembre de 2015

La intolerancia es, quizá, el rasgo más relevante de la cultura colombiana. Estas palabras fueron dichas por la señora Elsa Blair en 1993, situación que no ha cambiado demasiado desde aquel tiempo. A pesar que hoy la sociedad se ha vuelto más permisiva y tolerante, la comunidad LGBTI aún es víctima de discriminación.. A pesar de los avances en leyes que promueven la NO discriminación, actualmente podemos ver la intolerancia que aún sigue siendo base de nuestra cultura, la discriminación a las minorías hace que las personas que hacen parte de este selecto grupo sean maltratadas no solo físicamente sino psicológicamente.

Las personas que tienen una preferencia u orientación sexual diferente de la heterosexual sufren discriminación porque existe una tendencia homogeneizante que defiende la heterosexualidad como sexualidad dominante y, a partir de ella, se califican todas las demás orientaciones o manifestaciones. El resto de las formas de sexualidad aparecen como incompletas, perversas y, en algunos casos, como patológicas, criminales e inmorales. Lo anterior provoca una respuesta de temor al riesgo imaginado desde el prejuicio dogmático e intolerante, que en última instancia se traduce en desprecio, odio y rechazo. La discriminación contra las personas que tienen una preferencia homosexual o cualquier otra distinta a la heterosexual se denomina homofobia (rechazo hacia las orientaciones, preferencias sexuales, identidades o expresiones de género, distintas de aquellas propias de la corriente social normal).

La Universidad Nacional de Colombia(año )reporta que el país sufre de niveles muy altos de homofobia y que la agresión, la discriminación y la exclusión de la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgeneristas e intersexuales) es amplia y continuada, el 83% de los integrantes de este esta comunidad han recibido agresiones verbales y físicas, y en un alarmante 21% de los casos se reportó como responsables de la violencia a uniformados de la Policía Nacional y organismos de seguridad del Estado. Aunque la sociedad es más tolerante y liberal, la discriminación y maltrato por orientación sexual e identidad de género en Colombia es una vergonzosa realidad contra la cual debemos luchar.

Los resultados generales de la Encuesta Nacional sobre discriminación en México (ENADIS, 2010) señala que: “La discriminación por motivos de preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género incluye toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en la orientación sexual o la identidad de género que tenga por objeto o por resultado la anulación o la disminución de la igualdad ante la ley o del reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.”

Discriminación puede definirse como el trato desigual o distinto hacia una persona debido a su orientación sexual de manera que represente una desventaja para esa persona. Es también contra la ley incitar a otros a practicar la discriminación por causas de orientación sexual o identidad de género en todas las esferas y espacios de la sociedad, incluyendo el día a día, las escuelas y universidades, las empresas y las instituciones del Estado.

Colombia Diversa, una organización que defiende los derechos de la comunidad LGBTI, en su informe del 2006 al 2007 sobre los derechos humanos en Colombia explica que la discriminación se puede manifestar como la negación de empleo, el despido, la negación de ascensos, el acoso, las bromas indeseables, las ofensas verbales indirectas, la difamación, la intimidación, el hostigamiento, las falsas acusaciones, etc. El problema principal es el hecho que seguimos manteniendo una cultura de la intolerancia y una falta de lucha contra la discriminación. Aún son cada día más las personas que se unen a velar por la igualdad de género; más sin embargo estamos tan acostumbrados a la intolerancia hacia las minorías que a pesar de que cada vez son más quienes se atreven a marchar por la igualdad y el respeto a la diferencia para enfrentarse al dolor y la destrucción que causa este tipo de discriminación, Colombia parece estar lejos de garantizar igualdad para las personas con sexualidades no normativas.

“Todos los deberes, pocos los derechos”

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