Competencia Comunicativa

Competencia Comunicativa

Se denomina competencia comunicativa a la capacidad de realizar correctamente el proceso de comunicación usando los conectores adecuados para entender, elaborar e interpretar los diversos sucesos comunicativos, teniendo en cuenta no sólo su significado explícito o literal, lo que se dice, sino también las implicaciones, el sentido explícito o intencional, lo que el emisor quiere decir o lo que el destinatario quiere entender.

El término se refiere a las reglas sociales, culturales y psicológicas que determinan el uso particular del lenguaje en un momento dado. La palabra competencia proviene del griego agón, que da origen a agonistes, personas que competían en los juegos olímpicos con el fin de ganar. El origen del concepto alude a enfrentamiento, a medir fuerzas, a poder, pero también estuvo relacionado con el saber, es decir, con la cantidad de conocimiento acumulado. Es importante insistir en que una competencia no se manifiesta sólo por la cantidad de conocimientos acumulados, o por la capacidad de retención de esos conocimientos.

En la actualidad, la sociedad demanda profesionales que sean capaces de convivir en situaciones comunicativas diversas, con un lenguaje claro, sencillo, variado, coherente y adecuado a múltiples escenarios de comunicación; debes saber cuando callar, cuando

hablar y cuando escuchar a los demás y saber expresarte de manera oral y escrita. El profesional del siglo XXl debe de saber que cuando se comunica lo hace tanto con palabras como gestos, postura corporal, manos, etc. Por esto mismo, el profesional actual, debe ser capaz de construir significados y transmitirlos a los demás. La competencia comunicativa es una habilidad que se adquiere y se desarrolla a través del tiempo, con constancia y disposición.

La expresión se creó para oponerla a la noción de competencia lingüística, propia de la gramática generativa. Según el enfoque funcional, esta no basta para poder emitir un mensaje de forma adecuada. Ya que para transmitir un mensaje se necesita más que solo decirlo o escribirlo, necesitamos ponernos a la altura de nuestro receptor y captar su atención para que el pueda procesar los mensajes y las conductas que le han sido transmitidas, así mismo nosotros como emisores o transmisores debemos crear y transmitir el mensaje usando señales verbales y no verbales.

La competencia comunicativa es la habilidad del que utiliza la lengua para negociar, intercambiar e interpretar significados con un modo de actuación adecuado.

Siempre será diferente el tipo de comunicación que usemos pues depende de nuestro receptor. La vida social afecta no sólo la actuación externa, sino

también la competencia interna. Por lo tanto, los factores sociales deben ser incluidos dentro de la concepción del fenómeno del lenguaje.

No es igual que yo hable con alguien de mi edad a que hable con una persona mayor o menor. Igual sucede con las culturas, las clases sociales, nivel de estudio, etc. Hay muchas variantes. Las competencias comunicativas establecen interacciones con otras personas así como con su entorno como es en los ámbitos familiares, escolares, sociales e institucionales.

Como ocurre en cualquier otra actividad compartida, el primer requisito es que dos o más personas quieran conversar. Lo más normal es iniciar con saludos, mas sin embargo las preguntas y las exclamaciones son otro recurso habitual muy utilizado para iniciar una conversación.

Para mantener la conversación los participantes deben cooperar para que la interacción se desarrolle con éxito. Esto significa que deberán estar de acuerdo en: mantener o cambiar el tema, el tono, las finalidades del discurso, etc. Acabar la conversación es una tarea delicada, una buena parte del éxito de una conversación radica en que tenga buen final.

El lenguaje nos ha permitido desarrollar

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