Caso Oaxaca

Ensayo sobre la Ley Federal De Acceso A La Información Pública impulsada por el Grupo Oaxaca y el cómo esto opera para el control de medios.

Juan Francisco Escobedo en su ponencia para el I Congreso latinoamericano de Ciencia Política del año 2002, Movilización de opinión pública en México: el caso del grupo Oaxaca y de la Ley Federal De Acceso A La Información Pública, sostiene que la intervención del Grupo Oaxaca en cuanto a la iniciativa de una ley de acceso a la información abre un nuevo camino para la libertad de expresión y la incorporación del pluralismo en el discurso político oficial que dejaría de lado (paulatinamente) el control sobre las versiones oficiales de los hechos de carácter público.

En la ponencia, Escobedo hace un recuento del control de opinión que el sistema ofrece para evitar confrontaciones (y evidentemente un diálogo) con la ciudadanía en general, y señala que esto únicamente ha hecho que surjan grupos contestatarios a las formas clásicas de control del régimen que evidentemente resisten los embates del sistema que busca llevar a cabo sus intereses y que, en el ‘mejor de los casos’ lo único que hace el sistema es incorporar esta pluralidad de forma que sirva como paliativo a la ciudadanía que exige una respuesta precisa. Esto debido a que el sistema busca el controlar las voces y la participación para evitar el quiebre y ruptura de los mecanismos de poder. Junto a esto, el ponente señala el ejemplo del trágico suceso del 2 de Octubre de 1968 y la influencia que tuvieron los medios de comunicación para cegar la opinión pública al criminalizar las loables intenciones estudiantiles y justificar los actos fascistoides del gobierno de México durante ese sexenio, porque lo importante para el régimen era (es) el control de las voces y la participación.

Esto remarca lo anteriormente enunciado: el gobierno ataca los problemas de manera alterna con placebos y engaños (paliativos) para no hacer frente a las necesidades, operando de forma represora contra las voces que exigen una respuesta. Por esto, Escobedo señala con (ingenuo) optimismo el hecho del que el Grupo Oaxaca interviniera en la creación de la Ley Federal De Acceso A La Información Pública, ya que esto señalaría que el gobierno, a pesar de tener procedimientos similares a los priistas, con un ‘poco’ de presión ciudadana no violenta, cedería a crear un nuevo horizonte plural en el que los discursos oficiales se incorporan únicamente para dialogar.

Sin embargo, es evidente en la actualidad que dicho optimismo se ha quedado únicamente en esperanza, ya que la ley, como sucede en un Estado que raya en el fascismo y la dictadura, sólo sirve a intereses de la clase privilegiada que se ampara en ella para poder introducir su ideología fascistoide en la mente de las personas que consumen los mass media ya que tendrían como justificación que están tratando de llevar la información a las personas.

Doce años después es evidente que no hay un verdadero pluralismo en el México pseudo democrático, porque los poderes mediáticos siguen manteniendo una estrecha relación con los poderes oficiales que impiden la pluralidad de discursos: Juan Francisco Escobedo señalaba ya que el favorecimiento de los medios al PRI les restaba credibilidad, aunque creía vislumbrar una esperanza actualmente inexistente si se toma en cuenta la historia reciente en relación a las elecciones del 2006 y del 2012, donde los medios de comunicación han orquestado campañas de desprestigio contra la izquierda, violando, precisamente, la Ley Federal De Acceso A La Información Pública al presentar contenidos parciales e ideológicamente inclinados hacia la derecha (basta recordar la negativa de las televisoras públicas a transmitir el debate de los candidatos del 2012), mutilando así el acceso a información relevante para la nación.

Claramente, este retroceso que

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