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Complejidad De Los Impuestos


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2013  •  2.230 Palabras (9 Páginas)  •  367 Visitas

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PROFESOR:

LIC. SATURNINO DOMINGUEZ JUAREZ

MATERIA:

AUDITORÍA FINANCIERA

TRABAJO:

ENSAYO

CARRERA:

LIC. EN CONTADURÍA

TURNO:

VESPERTINO

SEMESTRE: VIII GRUPO: B

ALUMNA:

 Marilú montejo Rodríguez

DICTAMEN CON OPINIÓN LIMPIA O FAVORABLE

Si, como resultado de la auditoria, el auditor encuentra conformidad en relación con el cumplimiento de los principios de contabilidad y llega al convencimiento de la razonabilidad de los estados financieros examinados, debe preparar un dictamen con opinión limpia o estándar, expresando que tales estados presentan razonablemente la situación financiera de la empresa auditada, los resultados de sus operaciones y los cambios de su situación financiera

DICTAMEN CON SALVEDADES DE OPINIÓN.

Existen cuatro razones básicas para que el auditor califique su opinión:

• Desviación de los principios de contabilidad general menta aceptados.

• Falta de consistencia o uniformidad en las aplicaciones los PLGA de un periodo a otro.

• Limitaciones en el alcance del trabajo del auditor.

• Incertidumbres no resueltas que afecten los estados financieros.

Para formular una opinión con salvedad edades, es necesario definir la forma del dictamen de acuerdo con la clase de salvedad de que se trate. En todo caso siempre deberá indicarse claramente la razón y el efecto de la salvedad.

DICTAMEN CON OPINIÓN ADVERSA O NEGATIVA

Cuando los estados financieros no presentan razonablemente la situación financiera de la organización del auditor a obtenida evidencia suficiente, deberá preparar un dictamen con opinión adversa

DICTAMEN CON ABSTENCIÓN DE OPINIÓN

Cuando el auditor no ha podido obtener evidencia en relación con estados financieros sometidos a examen por causas atribuibles a la empresa misma, debe abstenerse de opinar sobre ellos y, en consecuencia, el dictamen se reducirá a una carta en la cual se expondrá que debido a las limitaciones encontradas no ha sido posible llegar a establecer se los estados financieros presentan razonablemente o no la situación financiera de la empresa y los resultados de sus operaciones.

Cuando la imposibilidad de obtener videncia se presenta con grave deficiencia de control interno, el auditor, sin perjuicio de abstenerse de opinar, deberá preparar recomendaciones de control interno con el fin de que, luego de solucionar las deficiencias, sea posible practicar la auditoria.

Aun que la abstención de opinión es una forma de dictamen, el auditor debe tratar de recurrir a todos los medios a su alcance, aplicando las pruebas y procedimientos que le permite formarse una opinión sobré la razonabilidad de los estados financieros.

EL BALANCE GENERAL

El balance general es el estado financiero de una empresa en un momento determinado. Para poder reflejar dicho estado, el balance muestra contablemente los activos (lo que organización posee), los pasivos (sus deudas) y la diferencia entre estos (el patrimonio neto).

El balance general, por lo tanto, es una especie de fotografía que retrata la situación contable de la empresa en una cierta fecha. Gracias a este documento, el empresario accede a información vital sobre su negocio, como la disponibilidad de dinero y el estado de sus deudas.

El activo de la empresa está formado por el dinero que tiene en caja y en los bancos, las cuentas por cobrar, las materias primas, las máquinas, los vehículos, los edificios y los terrenos.

En el caso de los activos tenemos que subrayar que estos se suelen clasificarse en tres tipos claramente delimitados:

Activos corrientes. Entre los mismos se encuentran aquellos elementos que son capaces de convertirse fácilmente en dinero efectivo. De ahí que dentro de esta tipología se hallen el dinero que hay en el banco y el que existe disponible en la propia empresa, las cuentas que quedan por cobrar de clientes, los cheques que hay que cobrar y lo que son los bienes inventariados (materias primas, productos terminados, productos en proceso de elaboración…).

Activos fijos. Bajo dicha denominación incluyen todos los inmuebles y los bienes muebles que la empresa en cuestión tiene y que le son básicos para el desempeño de su actividad. De esta manera, ejemplos de activos de este tipo son los vehículos, los muebles, los terrenos, las construcciones o la maquinaría, entre otros. Es importante saber que estos activos están sometidos a lo que se conoce por el nombre de depreciación, es decir, al desgaste que sufren por el uso.

Otros activos. En esta clasificación se incluyen los activos que no pertenecen a ninguna de las dos categorías anteriormente citados. Ejemplos de aquellos serían los gastos que son abonados de manera anticipada.

El pasivo, en cambio, se compone por las deudas, las obligaciones bancarias y los impuestos por pagar, entre otras cuestiones.

En el caso de los pasivos estos también pueden clasificarse en tres categorías:

• Pasivos a largo plazo. Son los que la empresa debe abonar en el plazo superior a un año.

• Pasivos corrientes. Son los que la industria debe pagar en el plazo menor a un año: prestaciones, sobregiros, créditos…

• Otros pasivos. Son los que no se incluyen en ninguna de las dos anteriores clasificaciones.

Cabe destacar que el balance general también se conoce como estado de situación patrimonial. El documento suele presentar distintas columnas, que organizan los valores según sean activos o pasivos. La diferencia entre estos es el patrimonio neto,

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