Comunicación política, redes sociales y democracia
ESTENOSEEnsayo6 de Mayo de 2021
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Comunicación política, redes sociales y democracia.
Hoy día la política en México pasa por un momento de mucha participación como lo demuestran las últimas elecciones cuando en 2006 votaron 71 millones de mexicanos, en 2012 fueron 79 millones y en 2018 alrededor de 89.1 millones de votantes (Redacción Animal Político, 2019). Sin embargo, este aumento de interés tiene su contraparte al ver que las decisiones democráticas no son siempre las más acertadas, puesto que, hace no mucho se dejó a consulta ciudadana la cancelación de un proyecto nacional como fue el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y fue cancelado. Pero, en un país donde el promedio de personas con educación superior acabada es de 2 de cada 10 ¿realmente está listo y capacitado de tomar estas decisiones? (Moreno, 2017).
La respuesta es no, la cancelación de este aeropuerto costó 71 mil millones de pesos sin mencionar la pérdida de confianza de inversionistas, acción que afecta a la economía del país ya sea directa o indirectamente (Redacción Animal Político, 2019) (Redacción El Financiero, 2018).
Esto ya nos deja ver un poco, que la democracia no es del todo útil con un pueblo que no tiene idea de que está decidiendo.
La comunicación política puede definirse como la manera en que se difunde y recibe la información en materia de política. Esta ha sido parte fundamental del crecimiento del interés por la política en los últimos años.
Las redes sociales han influido en el público al que llega la política, sobre todo en los de menor edad, la mayoría de jóvenes llegan a estas noticias por medio de las redes sociales, no obstante, al ser de acceso tan fácil permite la falsificación de noticias y la falta de fiabilidad de lo que se pueda ver en éstas, sobre todo con la falta de referencias y la falta de interés por éstas (Molina, 2017).
Esta cantidad de noticias falsas desencadena una falta de seriedad alarmante a la política y a la democracia, provoca que los jóvenes e incluso algunos adultos tomen este tema como broma o algo sin importancia, tratándose de uno de los aspectos más importantes a la hora de decidir por el país. En los últimos años el uso del término ´´Fake News´´ ha aumentado un 365%. La investigación ´´I Estudio sobre el impacto de las ‘fake news’ en España´´ dice, que al menos en España 8 de cada 10 personas no saben distinguir entre una noticia real y una falsa. A esto hay que añadir, que el 4% de la población crea noticias falsas, entonces podemos decir, que cada vez es más complejo diferenciar una noticia falsa de una real por lo que debemos exigir con más fuerza referencias y veracidad (Torres & Lorenzo, 2018).
Actualmente, confiar en algún artículo de política es sumamente complejo por el hecho de las noticias falsas, y esto empeora con la reputación de los políticos en México.
La comunicación política está dejando de ser útil, no porque los discursos sean pobres, que en muchas ocasiones lo son, sino porque las acciones de estos resultan contradictorias a sus palabras y las redes sociales han sido un medio para crucificar las acciones de los políticos.
Entonces, si tenemos un pueblo que no está capacitado ni siquiera para diferenciar una noticia real de una falsa, ya que, se siguen difundiendo noticias falsas ¿puede realmente elegir un gobernante? Caer en engaños y demagogia es sumamente sencillo, en estos tiempos las redes sociales, están contribuyendo a hacer mayor este mal manipulando la información a su conveniencia.
La democracia está siendo destruida por la desinformación, el desinterés y las mismas personas que crean noticias falsas, que dificultan cada vez más el identificar la información veraz a los ciudadanos.
Prueba de este desinterés, es que las personas tienden a aceptar con mayor facilidad la información, que favorece sus predisposiciones partidistas, y en el caso de que su preferencia no esté favorecida, tienden a creer que el estudio está mal realizado, por consecuencia le restan credibilidad. Podemos decir, que quieren lo que se acomoda a las ideas que tienen, sin analizar de manera crítica e informándose respecto al tema (Castro, 2018).
En palabras simples, no hemos difundido una cultura de la información donde se consulten las referencias y se informe más acerca de un tema antes de negar, refutar o difundir información.
Gran cantidad de políticos han puesto una parte de su campaña en las redes sociales, Donald Trump usó twitter la mayor parte de su campaña como estrategia política, al contar con anterioridad con millones de seguidores, sin embargo, una vez resultó electo esto jugó en su contra, ya que, el presidente Trump bloqueaba a sus críticos de sus redes sociales y, de acuerdo con la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, no permite a un funcionario público, que utiliza una cuenta en redes sociales para todo tipo de fines oficiales, excluir a personas de un diálogo online, que de otra manera sería abierto porque estas personas expresen visiones con la que no está de acuerdo el funcionario.
Esto prueba, que las redes sociales son completamente un arma de doble filo, ya vimos la cantidad de noticias falsas que se distribuyen, pero dándoles un buen uso son un arma de poder informativo en contra de aquellos, que hayan querido censurar a los demás.
La censura en redes sociales ahora solo tiene el límite de la realidad y la ficción. Puesto que, estamos en el momento donde la libertad de expresión pasa por el mejor de sus tiempos, la censura es castigada (cuando se descubre) y cada ciudadano tiene derecho a saber qué ocurre en su país.
Esto no quiere decir, que ya no exista la censura, solo que la expresión ha sido facilitada, aquellos que están en contra de la verdad y la justicia, pero se hacen llamar servidores públicos odian y desprecian ser expuestos.
De acuerdo con una entrevista realizada a 220 periodistas y defensores de los derechos humanos en 20 entidades. 8 de cada 10 de ellos denuncia, que fue intimidado o acosado en al menos una ocasión por la publicación de alguna nota, entrevista o reportaje crítico que incomodó a alguien. El 65% de estos reporteros además, dice haber sido amenazado, un 34% sufrió violencia física y un 29% de este total fue privado de su libertad. Los temas más censurados de acuerdo al 73% de periodistas son aquellos relacionados con gobierno, actores políticos, o funcionarios públicos.
Se creó el informe Casede para analizar, qué tan efectivas eran dos herramientas creadas para proteger periodistas y defensores de los derechos humanos, estas dos herramientas son: el Mecanismo de Protección, creado en junio de 2012, y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), que fue creada en julio de 2010. Se reporta que en 2012 había 685 personas, que buscaron protección del estado, el 54% de los casos reportaba amenazas, 25% agresiones físicas y 21% haber sido privado de su libertad.
Durante 2012 y 2018 se entregaron 4 mil 523 medidas de seguridad, de las cuales 1 de cada 4 fue un botón de pánico y otra medida recurrente fueron los patrullajes de policía. Sin embargo, en los últimos 4 años, 156 personas sufrieron agresiones a pesar de contar con la protección del Estado.
Sara Mendiola, directora de CIC-Propuesta Cívica organización civil que participó en la presentación del informe, señaló “Los botones de pánico muchas veces no funcionan, o a veces quien debe responder el llamado de emergencia no contesta, o simplemente las patrullas de policía nunca llegan al lugar”.
A esto hay que añadir, que el presupuesto para este mecanismo fue reducido de 120 millones de pesos en 2013 a 89 millones de pesos en 2016, que a su vez se redujo a 15 millones en 2017, reduciendo un 84% en comparación del anterior y para 2018 se inició el mecanismo con un presupuesto de 75 millones de pesos (Ureste, 2018).
Entonces tenemos un programa de protección cuya utilidad es bastante cuestionable y su presupuesto es altamente inestable, como si esto se hiciera a propósito por los mismos criminales de cuello blanco, que son expuestos por estas personas que arriesgan sus vidas día con día para llevar la verdad al pueblo y que buscan que se haga justicia.
Podemos ver con esto que la censura sigue siendo parte de la prensa y que el anonimato, que pueden ofrecer las redes sociales es una propuesta tentadora para escribir artículos de manera más segura.
Entonces, debido a que el periodismo convencional es mucho más riesgoso, las redes sociales son una nueva manera de llevar la información a las personas, pero, debido a la cantidad de noticias falsas, problemas con las referencias y falta de seriedad a estos temas es que fuera de hacer un buen impacto en la democracia, crean una imagen difusa de la realidad y ficción.
Por consecuencia tenemos, que es completamente reprobable acudir con mayor fuerza a las redes sociales para tomar una decisión que implica a todo el país, sin embargo, es indiscutible su utilidad en la difusión de mensajes reales de información veraz y oportuna, sobre todo en los más jóvenes.
Estas también, han sido una manera de demostrar el tipo de personas que dirigen el país, a las que les confiamos el rumbo de la nación, un ejemplo es la senadora Luz María Beristain, que en dos ocasiones ha tenido un comportamiento prepotente e irrespetuoso hacia otras personas. En el primer caso se trató de una empleada de una aerolínea (UNIVISION, 2013). En el segundo no se trató de un civil, si no de otra autoridad, la senadora se vio con una actitud soberbia y arrogante ante un oficial de policía, interrumpiéndolo constantemente mientras trataba de dirigirse a la acompañante de la senadora e incluso hizo amenazas acerca de hacer alguna llamada para que la sacaran de esa situación, como si su cargo la dejara impune de las leyes de nuestro país (Caballero, 2013).
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