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Crisis De Deuda Soberana

keymec16 de Octubre de 2013

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CRISIS DE DEUDA SOBERANA EUROPEA

La crisis de la deuda soberana europea, también llamada crisis del euro o crisis de la zona euro, es una crisis financiera actualmente en marcha que ha hecho difícil o imposible a algunos países en la zona euro refinanciar su deuda pública sin la asistencia de terceros.

Desde finales de 2007, el miedo a una crisis de deuda soberana comenzó a crecer entre los inversores como consecuencia del aumento de los niveles de deuda privada y pública en todo el mundo, al tiempo que se producía una ola de degradaciones en la calificación crediticia de la deuda gubernamental entre diferentes estados europeos. Las causas de la crisis eran diferentes según el país. En muchos de ellos, la deuda privada surgida como consecuencia de una burbuja en el precio de los activos inmobiliarios fue transferida hacia la deuda soberana, y ello como consecuencia del rescate público de los bancos quebrados y de las medidas de respuesta de los gobiernos a la debilidad económica post burbuja. La estructura de Eurozona como una unión monetaria (esto es, una unión cambiaria) sin unión fiscal (esto es, sin reglas fiscales ni sobre las pensiones) contribuyó a la crisis y tuvo un fuerte impacto sobre la capacidad de los líderes europeos para reaccionar. Los bancos europeos tienen en su propiedad cantidades considerables de deuda soberana, de modo que la preocupación sobre la solvencia de los sistemas bancarios europeos o sobre la solvencia de la deuda soberana se refuerzan negativamente.

Aunque la deuda soberana aumentó sustancialmente solo en algunos países europeos, se instaló la percepción de que el problema era compartido por la zona en su conjunto, lo que condujo a la especulación constante sobre la posibilidad de que la zona Euro se quebrara. No obstante, hacia mediados de noviembre de 2011, el Euro se intercambiaba por un precio incluso superior al del bloque de principales socios comerciales de la UE que antes de la crisis, antes de perder algo de terreno como durante los meses siguientes. Los tres países más afectados, Grecia, Irlanda y Portugal, colectivamente sumaban el 6% del Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona. En junio de 2012, también España se convirtió en objeto de preocupación, cuando el aumento de los tipos de interés comenzó a afectar su capacidad de acceder a los mercados de capitales, conduciendo a un rescate de sus bancos y a otras medidas.

La crisis ha tenido un gran impacto en la política de la UE, provocando cambios políticos en 8 países de los 17 que forman la eurozona, conduciendo a cambios de gobierno en Grecia, Irlanda, España, Eslovenia, Eslovaquia y Holanda.

CAUSAS:

La crisis de la deuda soberana europea surge como consecuencia de una combinación de factores complejos. Entre ellos están la globalización de las finanzas, las fáciles condiciones para acceder al crédito entre 2002 y 2008 que incentivaron prácticas de préstamo de alto riesgo, la crisis económica de 2008-2012, los desequilibrios en el comercio internacional, la existencia de diferentes burbujas en el sector inmobiliario que durante la crisis fueron pinchadas, la recesión global de 2008–2012, la política fiscal elegida en relación a los ingresos y gastos gubernamentales, y el acercamiento dado a la gestión del rescate de entidades bancarias y tenedores privados de obligaciones por los gestores públicos, asumiendo las deudas privadas y socializando las pérdidas.

Una explicación de las causas de la crisis comienza con el significativo aumento del ahorro disponible durante el período que va desde el año 2000 hasta 2008, cuando el importe de todos los activos en circulación en el mundo aumentaron desde alrededor de 36 billones de dólares hasta 70 billones en 2007. Esta "Gigantesca Reserva de Dinero", aumentó gracias a la entrada en los mercados de capitales globales de naciones en desarrollo de alto crecimiento. Diferentes inversores a la búsqueda de mayores rendimientos que los ofrecidos por los Bonos del Tesoro de EEUU buscaban alternativas globalmente.

Aumento de los niveles de endeudamiento de los hogares y gobiernos

En 1992, los miembros de la Unión Europea firmaron el Tratado de Maastricht, bajo el cual se comprometieron a limitar su déficit público y sus niveles de deuda. No obstante, un número de países miembros de la UE, entre los que están Grecia e Italia, fueron capaces de soslayar estas reglas y de enmascarar sus niveles de déficit y deuda gracias a la utilización de complejos instrumentos financieros, en particular derivados de crédito y de divisa

Desequilibrios en el comercio internacional

Algunos analistas como Martin Wolf han afirmado que la causa raíz de la crisis hay que buscarla en los desequilibrios en la balanza de pagos. Señala que en el período que llevó hasta la crisis, desde 1999 hasta 2007, Alemania tenía niveles de deuda y déficit públicos relativos a su PIB peores que los de algunos de los países más afectados por la crisis como España e Irlanda. Al mismo tiempo, durante ese período los países más afectados (Portugal, Irlanda, Italia y España) mantuvieron posiciones de su balance de pagos mucho peores que la de Alemania. Mientras que los superávit comerciales de Alemania aumentaron como proporción del PIB a partir de 1999, los déficits de Italia, Francia y España no hicieron sino empeorar.

Problema estructural del sistema de la Eurozona

Existe una contradicción estructural en el sistema del Euro: hay una unión monetaria (una divisa común) sin unión fiscal (esto es, sin impuestos, pensiones y funciones del Tesoro comunes.47 En el sistema de la eurozona, se requiere a los países miembros que sigan un patrón fiscal similares, pero no disponen de un Tesoro común para hacerlo valer. Esto es, países con el mismo sistema monetario tienen libertad en cuanto a sus políticas fiscales en materia de imposición y gasto.

Inflexibilidad de la política monetaria

Dado que la pertenencia a la eurozona implica una política monetaria común, los estados miembros individuales no pueden actuar de modo independiente, lo que les impide imprimir dinero para pagar a sus acreedores y relajar el riesgo de impago. Al "imprimir dinero", la divisa de un país se devalúa en comparación con sus socios comerciales de la eurozona, haciendo sus exportaciones más baratas, lo que conduce normalmente a una mejora de la balanza comercial, un aumento del PIB y mayores ingresos por impuestos en términos nominales.49 No obstante, los países afectados por la crisis en Europa no han tenido este tipo de herramientas de política económica a su disposición, siendo criticada la actitud del Banco Central Europeo, único detentador de la política monetaria en la eurozona, por su excesiva ortodoxia.

Pérdida de confianza

Antes del desarrollo de la crisis, se asumía tanto por los reguladores como por los bancos que la deuda soberana de la zona Euro era segura. Los bancos mantenían importantes carteras de bonos de países débiles como Grecia, que ofrecían una pequeña prima y parecían igualmente equilibrados a los más saneados. A medida que la crisis se desarrolló, se volvió obvio que los bonos de Grecia, y posiblemente los de otros países, ofrecían sustancialmente más riesgo. A la falta de información sobre el riesgo de la deuda soberana europea contribuyó el conflicto de interés entre diferentes bancos que estaban ganando importantes sumas al emitir los bonos. La pérdida de confianza se vio reflejada en el aumento de los precios de los CDS soberanos, indicativo de las expectativas del mercado sobre la capacidad de crédito de los países (véase el gráfico adjunto).

EFECTOS:

Problemas fiscales:

(i) déficit primario,

(ii) ratio de deuda pública,

(iii) coste de financiación,

(iv) potencial de crecimiento y

(v) asunción de deudas del sector privado.

En el ámbito de una unión monetaria habría que sumar un sexto factor: el sentimiento del mercado. La inexistencia de la opción de devaluar o estimular la inflación –posibilidades de las que carecen también los miembros de una unión monetaria– y la carencia de un banco central propio, capaz de actuar como prestamista de última instancia en situaciones extremas, conduce a que la desconfianza de los inversores y las consiguientes ventas de activos de un país miembro puedan generar una crisis de liquidez. El consiguiente aumento del coste de financiación acaba tornando en insolvente a un estado que, a priori, no lo era.

Todo ello explica que el mercado perciba de manera tan distinta las posiciones fiscales de, por ejemplo, EEUU o Reino Unido frente a España. Este factor es especialmente relevante cuando las necesidades de financiación externa son elevadas y la estructura de vencimientos de la deuda muestra periodos de elevada concentración.

EL PROBLEMA Y LA SOLUCIÓN:

El problema

La zona euro atraviesa el momento más crítico desde su constitución. Los diferenciales de la deuda soberana se están disparando hasta alcanzar las tasas más altas registradas desde el inicio de la crisis de la deuda europea, a pesar de las reformas emprendidas tanto a nivel nacional como de la Eurozona en su conjunto. Los mercados financieros están prácticamente cerrados al capital extranjero en muchos estados miembros que sufren un sudden stop sólo mitigado

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