Desercion Escolar
XdemonioX19 de Septiembre de 2012
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CAPÍTULO I
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
1.1. ANTECEDENTES DEL PROBLEMA.
Existen diferentes opiniones sobre el problema del Trabajo Infantil en El Salvador; no obstante el índice de niños y niñas que trabajan en edad escolar va en aumento, abandonando las aulas escolares para dedicarse a labores propias de los adultos: trabajos agrícolas, ventas informales de golosinas, hortalizas, legumbres, pan, entre otras, así como quienes deambulan por las calles, ubicándose en las esquinas de los semáforos, para ofrecer sus productos, a fin de llevar ayuda económica a sus familias, olvidándose por completo de su niñez y de su identidad que como niños y niñas les corresponde, violentándose algunos de sus derechos, particularmente el que se refiere a educación.
Con el objetivo de garantizar la atención que requiere la niñez, se llevó a cabo el 26 de enero y 27 de abril de 1990, la firma y ratificación del documento “Convención sobre Derechos del Niño”, obligándose al Estado procurar para los menores una mejor protección desde el punto de vista legal, psicológico, económico y médico.
De estas jornadas surgieron muchos esfuerzos encaminados a la eliminación del trabajo infantil en El Salvador; en donde entidades gubernamentales y no gubernamentales han ejecutado extensos trabajos 1de investigación en las diferentes zonas del país, tal es el caso del “Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil”, conocido por sus siglas en inglés “IPEC”, como una iniciativa de cooperación técnica de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), creada en 1992 para prevenir y combatir exclusivamente el trabajo en niños y niñas.
Para 1995, la Cooperación Española decidió colaborar con la OIT para hacer extensivo el programa de IPEC a América Latina, entre los cuales fue tomado en cuenta El Salvador, que ya disponía con una regulación en la ley primaria promulgada a partir de 1983, que establece en la Sección Tercera “Educación, Ciencia y Cultura” “Todos los habitantes de la República tienen el derecho y el deber de recibir educación parvularia y básica que los capacite para desempeñarse como ciudadanos útiles. El Estado promoverá la formación de centros de educación especial. La educación parvularia, básica y especial será gratuita cuando la imparta el Estado”.
El artículo hace referencia a la obligación que tiene el Estado de cubrir la necesidad de educación especialmente para niños y niñas en edad escolar, de manera que para darle cumplimiento ha creado una serie de instrumentos legales con el objetivo de enfrentar la problemática en torno a la niñez, especialmente la que se encuentra en riesgo.
ASAMBLEA CONSTITUYENTE
“Constitución de la República de El Salvador”. Diario Oficial, Tomo 81. 1983.
Art. 56, Pág. 18.
Para ello se cuenta con disposiciones legales secundarias, entre ellas, la Ley del Instituto Salvadoreño de Protección al Menor, vigente desde marzo de 1993, estableciéndose las políticas nacionales de atención al menor.
Además de la ley en referencia, el Código de Familia (1994), constituyó un importante avance de la legislación nacional, pues supera las regulaciones tradicionales contenidas en el Código Civil de 1860.
En ella se hace la fundamentación teórica donde se integran y armonizan los Tratados y Convenciones Internacionales ratificados por El Salvador en lo referente a la familia y menores de edad.
La Ley Procesal de Familia del mismo año (1994) en su artículo 1º. Plasma como objetivo fundamental establecer los procedimientos para hacer efectivos los derechos y deberes regulados en el Código de Familia y otras leyes similares.
La Ley del Menor Infractor (1994), regula a niños y niñas mayores de 12 y menores de 18 años, estableciendo que los y las menores de 12 años de edad que presentan comportamientos antisociales, no estarán sujetos a ningún régimen jurídico especial o común, correspondiéndole al Instituto de Protección al Menor actualmente Instituto Salvadoreño de Atención a la Niñez y Adolescencia “ISNA”, la protección integral.
Aún contando con estas regulaciones legales en la Constitución y leyes secundarias, ha sido difícil la erradicación del trabajo infantil, por la falta de un presupuesto especial asignado al área social, específicamente para este problema, factor que ha incidido en la deserción escolar, prevaleciendo en la población en referencia un índice significativo de niños/niñas que han tenido que abandonar sus estudios de acuerdo a consultas efectuadas en los Centros Escolares del Distrito Sur del departamento de San Salvador.
Quienes están dedicados a realizar labores de tipo productivas, ya sea por iniciativa propia o inducidos por padres/madres u otros familiares con quienes conviven.
1.2.- SITUACIÓN PROBLEMÁTICA.
En el marco histórico de El Salvador, niños y niñas han sido utilizados como fuerza laboral no remunerada dentro del núcleo familiar, especialmente en el área rural y en menor escala en el sector urbano; fenómeno que se hace efectivo sobre todo en aquellas familias de menores ingresos económicos.
Independientemente que sea correcto o no, este fenómeno está tan arraigado culturalmente en la sociedad salvadoreña, específicamente en el área rural, donde las familias perciben el trabajo infantil como algo necesario e indispensable dadas las condiciones económicas precarias, así como pobreza y extrema pobreza; condición que permite inducir algunos niveles de responsabilidad familiar que deben asumir niños y niñas en su vida de adultos, aunque existe el agravante de la situación, por los excesos con que algunas familias delegan en sus hijos e hijas responsabilidades, tareas, quehaceres domésticos y labores de adultos propiamente dichas.
En la década de los `80, en el conflicto armando que vivió El Salvador, se agudizó una profunda crisis económica, dando como resultado emigraciones masivas del campo a las ciudades, incrementando la explotación infantil para el sostenimiento familiar, convirtiéndose los niños y niñas en una fuerza laboral obligada, donde padres y madres no tienen la posibilidad de desempeñar un empleo, dada la carestía de fuentes laborales.
A inicios de los años ´90, el trabajo infantil se vuelve una realidad generalizada en casi todas las ciudades del país, pasando a ser un fenómeno socio-económico trascendental, debido a sus repercusiones psico-sociales y físicas negativas, tanto para el presente y el futuro de la niñez por su alto riesgo y peligrosidad, determinado por las condiciones de cómo, dónde y en qué trabajan, como también la forma de supervivencia en la calle. Para septiembre de 1994, El Salvador suscribe y ratifica el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo, donde se establece la edad mínima de empleo entre 14 y 18 años de edad, previa autorización del Ministerio de Trabajo; sin embargo la mayoría de niños y niñas no lo hacen en el sector formal, sino en los mercados laborales informales de baja remuneración.
Con ello sobreviene el abandono parcial o total de las aulas de clase de estos niños y niñas, dedicándose por completo a sus labores en los mercados así como a otras actividades productivas de naturaleza 5precaria como reciclar materiales en los botaderos municipales (basureros), perdiendo la oportunidad de educarse o formarse; pasando a una vida de adulto/a y una tasa más alta de analfabetismo, por lo que su vida se vuelve un ciclo vicioso, dado que esas mismas condiciones las heredan sus descendientes.
El trabajo infantil obstaculiza el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes, por lo tanto es una violación a sus derechos humanos, entre ellos la educación, la salud, la recreación y gozar de una vida digna. Además de exponerlos a sufrir trastornos psicológicos, producto de una vida sin infancia y una socialización en ambientes desfavorables, violentos e inseguros, tal como lo plantean algunos estudios realizados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a través del
Programa Internacional para la Erracadicación del Trabajo Infantil (IPEC) en el año 2004, donde se establece que no solo la salud física de niños y niñas se pone en riesgo al convertirse en fuerza laboral, sino que la salud mental también se ve seriamente afectada, llegando a sufrir depresión y falta de autoestima, entre otros.
El problema del trabajo infantil es consecuencia directa de la condición económica de las familias a las que pertenecen niños y niñas, como también a otros factores de naturaleza endógena y exógena, de esta última sobresale la poca o nula gestión del Estado, que en el rubro de educación ha sido objeto de múltiples análisis críticos debido a la consideración de no cumplir con los objetivos para los cuales ha sido diseñado, principalmente por la exagerada influencia política en manos del aparato de gobierno, quien formula de acuerdo a sus intereses los fines, políticas y objetivos generales que tienen como propósito definir el perfil del hombre que ha de formarse; sin embargo, aún con esas limitantes, debe destacarse el papel preponderante que desempeña la educación, de manera que se estiman las diferentes perspectivas que la hacen funcional, de acuerdo al siguiente enfoque:
“La educación es considerada como parte imprescindible de la transformación
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