EDUCACION INCLUSIVA

EDUCACIÓN INCLUSIVA: UNA NECESIDAD

Las sociedades por naturaleza están caracterizadas por la heterogeneidad, ya sea por aspectos económicos, políticos, sociales, culturales, lingüísticos, etc., sin duda dichas diferencias desde tiempos remotos han servido para la creación de estereotipos y prejuicios en contra de aquellas personas que de acuerdo al resto de la sociedad es diferente.

Luchar contra los procesos de segregación y discriminación que se viven diariamente en todos los contextos es una tarea complicada, ya que los medios de comunicación, principalmente la televisión y más alarmante aún la familia son los principales promotores de estereotipos y prejuicios que obstaculizan una respetuosa y sana convivencia entre los seres humanos.

Aun considerando lo difícil que es luchar contra ello, es indispensable que dicha tarea se realice en la sociedad, por ello al considerar a la escuela como la institución primordial y de mayor relevancia en la sociedad es en la cual desde hace dos décadas se han realizado una serie de políticas nacionales e internacionales que regulen su funcionamiento en busca de una educación inclusiva.

Entre las políticas internaciones a la cuales se hace alusión encontramos: la Declaración Mundial sobre Educación para todos celebrada en Jomtien en 1990, la Declaración de Salamanca en 1994, el foro Mundial sobre Educación celebrado en Dakar en el 2000 y más recientemente el programa Mesoamericano de Cooperación de los Países de América Latina en el 2004.

Las políticas y los programas mencionados están estrechamente ligados, pues en común pugnan para que todas las personas independientemente de sus características físicas, intelectuales, de su situación cultural, religiosa, económica, étnica o lingüística tengan acceso a la educación y con ello satisfagan sus necesidades básicas de aprendizaje que les permita mejorar su calidad de vida. Para ello es necesario que en cada país la inversión educativa en el nivel básico aumente, se reestructuren los programas hacia un enfoque inclusivo, se atienda el desarrollo profesional y se incremente en las aulas la participación de la familia y la comunidad.

Bajo este panorama, es en el docente en quién recae gran parte de la tarea, al ser el actor directo que convive con alumnos, padres y comunidad y que con su quehacer diario puede incidir en el cambio de actitud de las personas y más aún ser el promotor principal en la inclusión de todas las personas, tomando la diversidad como un recurso pedagógico que favorece el proceso de aprendizaje y enseñanza.

Dicha tarea implica un gran reto, pues para lograrlo es necesario que se identifiquen las barreras para el aprendizaje y la participación; es decir, los obstáculos que se presentan en los contextos en donde interactúan los alumnos por ejemplo, la escuela, el aula, la comunidad y la familia.

Como

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