EL CAMBIO UN RETO PARA EL EJECUTIVO

EL CAMBIO UN RETO PARA

EL EJECUTIVO

                                                                                   Por: Mario Gallegos Hencker

Hoy más que nunca vivimos en un mundo cambiante, el cambio es parte de nuestra vida diaria somos sujetos del cambio y si no queremos quedarnos atrás, debemos enfrentarlo, analizarlo, planearlo y predecirlo. Debemos estar preparados para responder ante lo inesperado, para vencer obstáculos imprevisibles, para tomar decisiones ágiles que permitan dar el viraje a tiempo y cambiar el rumbo salvando los escollos y maniobrando el timón en el momento exacto y en la dirección precisa. Las decisiones a veces no pueden esperar, el costo de no tomarlas o tomarlas cuando ya han sobrepasado el punto alfa*,  puede ser muy elevado o puede llevarnos al punto de no retorno -punto omega-.

El que una toma de decisiones nos coja por sorpresa y sin alternativas, es un riesgo demasiado alto que no debemos correr, la situación se presenta sin avisos premonitorios, controlables, o al menos manejables, sin que se nos permita demorar la decisión para hacer un análisis más profundo que nos garantice un no equivocarse, o disminuir dicha probabilidad.

Todo ello es parte integral de la inestabilidad en que se vive; económicamente vemos desplomarse las monedas que han sido tradicionalmente fuertes, los precios del petróleo, del carbón, del café, del oro fluctúan sin cesar, los bancos se estremecen y la inflación crece; políticamente hay más de un cuestionamiento, las relaciones entre partidos y dentro de los mismos no son serenas, ni estables, aún menos las relaciones  

__________________________________________________________________________________________

* Se considera el punto crítico de la decisión, en el cual existe la posibilidad de ganar todo lo que se puede ganar; es la oportunidad máxima del éxito en la toma de una decisión.

entre países o entre áreas geopolíticas. Socialmente los valores "nuevos" reemplazan a los tradicionales, los principios hasta ahora valederos se ponen en duda y las creencias toman rumbos diferentes.

La tecnología invade todos los campos con una fuerza arrolladora y la producción en serie es una meta. Hay muchas organizaciones que se ven enfrentadas a multinacionales con tecnologías universales, con estructuras variables y flexibles que se acomodan a las circunstancias sociales, políticas, técnicas, económicas de cada país con una rapidez extraordinaria. El cambio está en todas partes, no podemos ignorarlo, no podemos negar que todo avanza rápidamente: nuevos métodos, nuevos materiales, nuevos mercados y nuevas máquinas.

GERENTES DEL CAMBIO

Se necesitan hombres nuevos, que respondan al medio con agilidad, que posean destrezas especiales que les permitan sobrevivir, permanecer y trascender el cambio, porque el cambio que no se anticipa, que no se planea, que no se controla es la mejor ruta hacia el caos y hacia el fracaso. En el mundo de hoy sólo hay una alternativa de éxito y es aprender a manejar el cambio, de lo contrario sucumbiremos ante él.

No podemos seguir administrando por crisis y de espaldas al futuro; es necesario aprovechar toda nuestra capacidad gerencial para imaginar lo venidero, es necesario buscar desde ya las posibles soluciones a los problemas proyectados,  y hacer realizable el futuro que queremos.

Hacer un análisis del pasado y del presente nos permite diagnosticar nuestro estado actual; pero no debemos quedarnos allí, es necesario definir qué clase de organización, de área, de departamento, queremos y necesitamos para el mañana, y empezar desde ahora a gerenciar el futuro, nuestro futuro, el mío, el de mi empresa.

El reto de administrar el cambio, es el reto del ejecutivo actual, y la función de los cuadros directivos debe estar basada en una administración prospectiva.

El conocimiento del entorno, permitirá al ejecutivo, identificar a tiempo las fuerzas de cambio. El estar alerta a situaciones tales como el aumento de los costos, la escasez de recursos de toda índole (escasez a veces manipulada, creada e impuesta) la competencia, las reglamentaciones gubernamentales, las tasas de interés y los aconteceres internacionales e internamente sobre situaciones propias de la organización tales como efectividad, automatización, crecimiento, descontento laboral, etc., será sin duda un colchón de seguridad en la administración.  Sólo teniendo en cuenta todo lo anterior y siendo consciente de las características del cambio: independencia, celeridad, frecuencia, transitoriedad y drasticidad, podrá el gerente tener un mejor manejo de las áreas a él encomendadas.

Los directivos pueden vivir el cambio como una amenaza y entonces desarrollar actitudes negativas hacia él; negándose a reconocer su existencia u oponiendo resistencia, o pueden mirarlo como una oportunidad y como un reto de superación y de eficiencia; en el primer caso ello puede deberse a la renuncia a abandonar los beneficios logrados: poder, prestigio, beneficio, etc., a la incertidumbre respecto a las causas y efectos del cambio, al conocimiento de las debilidades de lo propuesto, al continuismo que da una aparente seguridad o sencillamente porque no les gusta cambiar.

En segundo caso, el gerente entiende que no puede haber progreso sin cambio, ni seguridad sin progreso. Para estos gerentes el cambio es la oportunidad para crear, para romper con el pasado; es la fuerza que impulsa a la conquista del futuro. Estos son los ganadores del pasado, del presente y del mañana.

El que no se adapte desaparecerá. ¿Consistirá la verdadera seguridad en permanecer en la rutina? El veterano no es el anciano intransigente, lo que cuenta es la actitud mental que determina la velocidad de nuestra marcha.

Nunca antes se había podido triunfar o fracasar tan rápidamente.

Si se piensa seguir en el negocio hay que hacer cambios deliberadamente, no se puede ir despacio si el mercado está listo, o se corre el riesgo de llegar tarde cuando se lanza un  producto o se ofrezca un servicio.

PROGRAMA DEL CAMBIO

De todas formas hacer cambios no es fácil - la resistencia al cambio es un denominador común contra el que hay que luchar. Para lograrlo es necesario establecer un plan definido y emplear las estrategias que nos garanticen su implementación.

...