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Ensayo; Reto Al Cambio


Enviado por   •  2 de Agosto de 2011  •  4.532 Palabras (19 Páginas)  •  1.802 Visitas

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I. La aceptación del cambio

Lo único constante es el cambio. Cada día es una nueva oportunidad de crecer y disfrutar que se puede observar y aprovechar o se puede dejar pasar, pero a veces se tiene la miopía que le impide observar e integrar su proceso de cambio.

Cada día es una nueva oportunidad para aprender con la posibilidad de mejorar, primero conociendo las circunstancias de nuestra realidad y, en segundo, aceptando la inercia del cambió universal.

Cambiamos porque la realidad nos obliga y también porque deseamos y planeamos intervenir en la realidad.

II. El motor de la vida es el cambio

Cambiamos aunque no nos lo propongamos, nuestra edad, talla, peso, nuestro metabolismo, nuestro estado civil, situación económica; nuestras amistades, lugares de trabajo, etc. ¿por qué cambian las cosas? Algunas veces las cosas cambian para mejorar y algunas otras para empeorar, algunas veces cambian para aparecer y otras para desaparecer y no vuelven jamás, no debemos ser observadores pasivos y tristes. Es importante reconocer los procesos de cambio que existen a nuestro alrededor para que no nos tomen por sorpresa, para que seamos parte de ellos, parte del momento presente como agentes de cambio y dejar nuestra huella en el futuro.

El camino hacia la salida es el conocimiento del problema y el ímpetu y el convencimiento para resolverlo. Conocer primero e intervenir, no debe ser solo un conocimiento que parta del análisis del problema, si no un conocimiento y evaluación de mi mismo, como reaccionar ante los problemas, cuánto van a afectarme y cuáles de mis emociones y reacciones pueden entorpecer mi proceso de adaptación, conocer mis posibles reacciones para planear una estrategia.

El ser humano, si se ama, debe apreciar sus raíces y amar a las personas que han influido en él por todo lo que le han dado, no debe aferrarse a las tradiciones del pasado, ‘la tradición no es una cómoda butaca que sirve para sentarnos a contemplar las glorias del pasado, es más bien un trampolín para lanzarnos a la conquista del futuro’.

El futuro se construye en el presente, la calidad de lo que seamos como producto terminal se fabrica en el tiempo presente, la realidad es algo presente que nos ofrece la oportunidad de transformar y transformarnos, ‘no hay nada permanente excepto el cambio’.

Cada uno está enfrentando un problema del presente pero vive atormentado por problemas del pasado, lleva sobrepeso que le impide transitar con ligereza.

III. Dejar ir

No podemos disponer de todos nuestros recursos en el presente, cuando tenemos permanentemente ocupado cierto porcentaje de nuestra energía mental en y emocional en las cosas que pertenecen al pasado, cambiar presupone en el mejor de los casos crecer, y crecer significa comprometernos con la creación de nuestro propio futuro y no ser un simple espectador.

Un cambio es como soltar algo que nos ancla a costumbre y hábitos que limitan nuestra capacidad de aprendizaje en el presente. Muchas personas viven una existencia de desesperación y aburrimiento por el miedo de entrar en aguas no conocidas, por no soltar lo que conocen aunque ya no están satisfechas con lo que tienen ‘más vale malo por conocido que bueno por conocer’, este dicho mata el espíritu de descubrimiento y por otra parte alienta a la mediocridad y la inseguridad.

Esta resistencia no está tanto en la dificultad de adaptarse a cosas nuevas si no en separarnos de lo conocido.

El que no quiere dejar ir puede estar sumergido en un proceso de inseguridad y pesimismo, aunque puede encontrar ayuda en amigos, familiares y la sociedad, tendrá que aparecer algún valiente que esté dispuesto a enfrentar las represalias emocionales de quien aparente querer recibir consejos, sin permitirlo en el fondo.

Dejar ir es apertura al camino para mejorar, aunque signifique enfrentarse a una pequeña perdida y requiere tiempo para asimilarla.

IV. Suspendido en el aire

No es fácil vivir cambios importantes y quedarnos como si no pasara nada, no es fácil enfrentar los cambios de la vida sin estar preparado para hacerlo y tampoco es fácil aceptar los cambios si nos oponemos.

Hay un largo camino entre el inicio y el final de la transición, a nadie le gustaría quedarse a la mitad, y sin embargo hacemos esto con frecuencia, no terminamos los cambios que han sido iniciados por nosotros o por nuestras circunstancias.

Lo que pasa con los cambios fuertes es que hay un periodo de ajuste. Es un espacio entre un pasado que ya no es, y un futuro que todavía no acogemos pro completo; Es una suspensión sin tierra firme en la cual el ser humano debe tener la disposición de perdurar a pesar de esos sentimientos de lo contrario fracasara.

Puede ser una fracción de tiempo o meses inclusive años, los seres humanos nos sentimos desubicados, algo así como suspendidos en el aire, cuando uno logra sostenerse en el aire el tiempo necesario termina el corte con el pasado y se voltea con naturalidad hacia el futuro.

Algunas veces las personas apresuran el cambio, escuchan solo a su parte racional y se olvidan de sus emociones. Un cambio es un cambio, se debe planear, anticipar, gobernar, sentir, disfrutar y obviamente terminar.

Cambiar significa cambiar, y una vez que se ha determinado hacerlo, la persona madura ha de ir hasta el final.

V. Sentimientos que asustan

En los cambios que son buscados intencionalmente pueden surgir sentimientos positivos, ilusión, expectativas positivas, esperanza. .. Sin embargo también pueden experimentarse sentimientos de de enojo, rencor, depresión, frustración, desilusión, desubicación, perdida, soledad, miedo duelo por lo perdido, culpa, arrepentimiento etc. Sin embargo algunas veces acompañan al proceso de cambio.

En ocasiones nosotros no elegimos el cambio, si no, que somos víctimas de él.

Y a veces sumidos en la depresión de no haber participado en el inicio de un cambio, los seres humanos pensamos que se acaba el mundo, que se terminan las opciones, que no servimos para nada más. Lo cierto es que impedimos con esa actitud el curso natural del cambio. Obstaculizamos su sentido y al hacerlo corremos el peligro de quedarnos atrás, o al menos de no cambiar lo suficiente para que el cambio se torne positivo.

Claro que no siempre los cambios deben ser necesariamente mejores que los de antes. De lo que se trata es determinar la transición y experimentar una nueva etapa. Esta puede ser un poco peor, a veces tenemos que volver

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