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El Trabajo Social En America Latina

esthermarisol4 de Agosto de 2013

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El presente trabajo, contribuye a la reflexión del colectivo profesional, sobre

la situación del Trabajo Social en el contexto latinoamericano en los umbrales del

siglo XXI.

Busca estimular el análisis, la reflexión y el debate sobre el estado actual

del Trabajo Social, sus condicionantes macrosociales y los cambios que han

representado para la profesión dentro de las nuevas tendencias de cambio

mundial.

En la primera parte del trabajo, se sitúa adecuadamente el contexto en el

cual debe analizarse a la profesión abordando aspectos sociopolíticos y

económicos que hacen referencia al proceso de mundialización llamado también

globalización, señalando la repercusión que el mismo tiene en América Latina, sin

pretender una profundización exhaustiva, pero identificando la cuestión social

como el entorno que determina histórica y socialmente a la profesión y su práctica.

Seguidamente, se ubican algunos elementos relativos a la realidad diversa

del Trabajo Social Latinoamericano y sus significativas transformaciones a la luz

de los cambios que señala el proceso de homogeneización mundial a que asiste el

continente, tanto a nivel del estado y sus políticas sociales como de la sociedad

civil y sus agentes.

1-Profesora de la Carrera de Trabajo Social, Universidad de Costa Rica, Sede Regional de Occidente.

Presidenta de Alaets 1995-1998.

Documento elaborado para el Congreso Mundial Conjunto, de la Federación Internacional de Trabajadores

Sociales. Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social. Jerusalém, Israel 5-9 julio 1998.

En la última parte, se sugieren algunos ejes de reflexión y estrategias de

articulación regional y continental para enfrentar los cambios que impone el

sistema capitalista a la profesión, así como los principales desafíos que al Trabajo

Social avanzar hacia planteamientos epistemológicos claros, con sólidos y

renovados métodos de intervención, innovadoras estrategias de atención de las

personas y con máxima claridad sobre los lineamientos del modelo de desarrollo,

que le permita posicionarse estratégicamente frente a los agentes sociales, en el

conjunto de las profesiones, cuyo objeto de intervención es la cuestión social. Se

incluyen conclusiones que señalan algunas líneas de trabajo para articular las

especificidades de la región al trabajo continental.

TRABAJO SOCIAL EN AMERICA LATINA.

El conjunto de trasformaciones de la sociedad mundial, tiene el propósito de crear

un sistema fundamentado en una estructura social, económica, política y cultural que se

superpone nacional e internacionalmente, trastocando los conceptos y las realidades de

los estados nacionales, la soberanía, y la independencia de los países.

El proceso avanza más allá de la voluntad de las sociedades individuales , y

plantea el interés en una sociedad mundial sustentada en la concepción de que el

mercado de bienes y servicios es el modelo de organización más eficaz para aumentar la

riqueza individual y colectiva estableciendo propuestas que trastocan el rumbo de una

globalización a través del mutuo entendimiento, la comunicación, la solidaridad, la

fraternidad y el esfuerzo conjunto; por una competencia descarnada, y salvaje cuyo fin

último es la acumulación de capital, es decir la apropiación del excedente.

Se suma a esto el hecho de que la unificación mundial que posibilita el desarrollo

tecnológico, constituye un sistema mundial que afecta a las sociedades entre sí,

estableciendo nuevas reglas a la convivencia entre los estados. Estos ya no pueden

pensarse hacia dentro, como sociedades locales, es necesario verlas en función del

planeta en el cual se sitúan y sometidas a una dinámica estimulada y orientada por la

fuerza que establece el interés de fortalecer el capital internacional, redinamizando su

reproducción y fortaleciendo su desarrollo.

"El grupo de los siete, y el capitalismo central con unos 800 millones de habitantes,

controlan y hegemonizan más poder económico, tecnológico, informático y militar que el

resto de los aproximadamente 4 mil millones de personas que viven en Asia, África,

Europa Occidental y América Latina"...(op.cit.).

Asistimos a una serie de cambios significativos que revolucionan de manera

sorprendente el mundo del trabajo y la producción. Se observan hoy día, modificaciones

en los procesos de trabajo, los instrumentos de trabajo, los medios de trabajo, y la

materia prima: por ejemplo, el ciclo de acumulación de capital depende cada vez menos

de la intensidad de los recursos naturales y del trabajo. También requiere menos de la

intensidad del capital productivo porque su interés fundamental en los nuevos tiempos

está basado en la acumulación tecnológica centrada en la intensidad del conocimiento.

Se observa además, un significativo desplazamiento de la actividad del capital, hacia

aquellos espacios donde el capital improductivo se favorece, especialmente el financiero,

lo que está provocando cambios en el mundo, que ya empiezan a hacerse sentir al

desplazarse grandes masas de dicho capital, abandonando espacios del área del

productivo, lo que genera enormes contingentes de desempleados, cambios en el mapa

de la producción, e indiscutiblemente, pérdida de soberanía de los estados y las

sociedades nacionales que cada día se sujetan más a los designios del capital

transnacional.

Observamos también que los procesos de concentración y centralización del

conocimiento tecnológico son más intensos y monopólicos que las otras formas de

capital.(Gorostiaga,sf).Los países capitalistas desarrollados e industrializados, llevan la

vanguardia en establecer la división social del trabajo en la producción mundial,

induciendo incluso patrones de consumo y producción que beneficien sus intereses

colocando su producción, por encima de las necesidades sociales y la identidad cultural

que puedan conservar aún las naciones.

Asistimos a una destrucción de identidades colectivas alrededor de los valores

culturales provistos por los procesos históricos, que han permitido dotar de identidad

propia y diferenciada a las sociedades del mundo, presenciando con atónita preocupación

la conformación de "nuevas identidades" que se construyen o conforman en torno a las

necesidades del capital transnacional, ante las cuales sucumben aún muchos de los

sujetos sociales y políticos, que otrora constituyeron la vanguardia de posiciones

alternativas.

La nueva lógica del proceso, estimula la construcción de grandes masas de

sujetos que consuman valores culturales identificables con el "mundo desarrollado",

causando así un efecto de articulación social que les introyecta valores propios de una

sociedad a la cual, quizás solo se pueda aspirar a través de la imitación por la

incorporación de valores e identidades que nos suman a esa sociedad mundial.

En contraposición con el efecto cultural, se cae en la trampa de creer que se está

dentro, cuando la intencionalidad es más bien la excusión. Se consumen mercancías,

pero se está al márgen de las decisiones, de la participación cuidadana, de la posibilidad

de optar por un mundo en el que se privilegien los valores de una vida que respete por

encima de todo, la vida, la calidad de la vida del ser humano que puebla la tierra, a la que

que todas y todos tenemos derecho.

Presenciamos también, el fenómeno de la desmaterialización creciente de la

producción. El mismo hace que se requiera cada vez menos materias primas por unidad

de productos (el desarrollo del conocimiento permite que si antes se requerían x número

de páginas de papel para registrar una determinada cantidad de información, hoy día se

requiere un diskette que tiene la capacidad de almacenar mucha información ahorrando

materia prima de cierta naturaleza), lo que afecta significativamente a América Latina que

ha operado en la división internacional del trabajo como un continente proveedor de las

mismas.

Según datos de Gorostiaga(sf:pág 14) el ritmo de desmaterialización se incrementó

casi seis veces, pasando de -0,6% anual entre 1965 y 1976, a una reducción del uso de

materia prima/producto industrial superior al -3% a partir de 1980. El efecto de la

desmaterialización, se manifiesta en la tendencia a la caída de los precios reales de las

33 materia primas principales que en una buena cantidad son productos de exportación

de América Latina y el mundo excluido de las decisiones.

De otro lado, el mundo asiste a un acelerado proceso de automatización y

rebotización que provoca grandes cambios en el uso de la fuerza de trabajo. La

intensificación en la producción del conocimiento y su dominio, han permitido que se

establezcan cambios que inducen a la pérdida de valor relativo del trabajo frente al

capital, provocando un acelerado deterioro permanente y estructural del valor relativo de

las llamadas ventajas comparativas que los proveedores de materias

...

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