El Vinculo Y Su Relacion Con La Naturaleza

Los niños y su vínculo con la naturaleza

Para todos los niños el estar al aire libre les es muy emocionante ya que ellos inventan posibilidades ilimitadas de juegos que les permiten aprender explorando, descubriendo, inventando y resolviendo problemas mientras juegan; es por eso que decimos que la interacción que los niños tengan con la naturaleza es de vital importancia para su desarrollo. No olvidemos que los niños tienen su propia visión del mundo completamente diferente a los adultos, ya que ellos necesitan que su entorno y sus estímulos sean correspondidos conforme a su desarrollo, su interés, sus habilidades y a su estilo de aprendizaje, porque ellos son por naturaleza aprendices activos que aprenden más y mejor cuando tienen la posibilidad de interactuar y recolectar conocimiento de los demás.

“ Los niños tienen sus propios modos de ver, pensar y sentir y no hay nada más loco que intentar sustituir los suyos por los nuestros”, escribió Jean Rousseau, lo cual quiere decir que los adultos y los niños perciben el estar en la naturaleza de manera diferente pues para la mayoría de los adultos la naturaleza es el espacio donde transcurren y realizan sus actividades diarias, pero para los niños no sólo es eso, sino es una fuente donde encuentran estímulos y un espacio a descubrir que les ofrece la experiencia sensorial más completa, a través del tacto, el olor, los sonidos y las imágenes, así mismo logran obtener lo que es el aprendizaje significativo donde Ausubel menciona que toda experiencia que el niño retome será de gran ayuda para la construcción del conocimiento.

Pero hoy en día hemos transformado el contacto con la naturaleza, pues para ver un árbol ya no es necesario salir a la calle y verlo, existen muchos otros medios por donde el niño o los adultos pueden conocer un árbol y no uno, sino, varias especies de árboles, claro todo esto con ayuda de la tecnología.

Es cierto, es de muchísima ayuda, es un avance tecnológico, pero en mi punto de vista es un retroceso físico, ¿por qué? Simple, yo recuerdo mi infancia donde si veía un charco de agua era feliz brincando en él, hoy los niños lloran porque no quieren cruzar el charco de agua, con la excusa de que se mojaran o porque su mamá lo regaña si se moja. ¿Qué cosas no? Hasta donde hemos llegado, toda esta tecnología puede entorpecer nuestra acción física pues estar todo el día sentado viendo la tele, jugando video juegos, chateando en la computadora impiden que tengamos las ganas de salir a la calle a jugar, a respirar aire fresco a movilizar nuestros cuerpos.

Esta situación era demasiado diferente años atrás compruébenlo ustedes mismos, recuerda cuando jugar a las escondidas en el bosque era divertido, pues ahora nos preguntamos jugar a las escondidas es divertido, la respuestas de varios niños han sido: ¿Qué es eso?, ¿Para qué si puedo jugar con mi wii en casa?, no porque mi mamá no me deja salir de casa, etc. Son ejemplos de cómo la tecnología y la vida tan aprisa de los adultos no permite una interacción con la naturaleza.

Hagámoslo más sencillo, pregúntese usted mismo, ¿Qué hice el día de hoy? Su respuesta automáticamente seria, me levante me aliste para ir al trabajo, deje mis hijos en el colegio, tuve un día estresante en el trabajo, el tráfico imposible de evitar, llegue a casa cene, realice algunos pendientes del hogar y a dormir. ¿Y el contacto con la naturaleza? Detengámonos a observar nuestro alrededor y apreciar a la naturaleza, pues el estar en contacto con ella nos llena de vitalidad, de energías positivas y de felicidad, no queramos separarnos de ella pues siempre estaremos relacionados el uno con el otro.

Tras el paso del tiempo hemos tenido la capacidad de cambiar o transformar, por gusto o necesidad todo lo que se nos sea posible alcanzar, hagamos uso de esas nuevas transformaciones para poderlas adaptar con nuestro mundo natural, combinemos lo mejor de las dos partes para ser aún mejores, no nos quedemos con la idea de que uno de los conceptos es mejor o peor. La finalidad de todo esto es permitirles a los niños la oportunidad de convivir con la naturaleza, de respetarla y de ayudarla, pues es de vital importancia enseñarles desde chiquititos el amor y el cuidado hacia ella. No tengamos miedo de dejar que nuestros hijos jueguen con ella; imaginemos como es un niño que esta todo el día encerrado en casa, en mi opinión son niños que están reprimidos, buscan que hacer todo el día, enfadados viendo la tele, fomentándose la flojera, la inactividad física, comiendo todo el día, dejando que su cuerpo sea inactivo provocando que algunos órganos del cuerpo sean menos eficientes para su funcionamiento, que sean niños hiperactivos, desesperados, temerosos, etc.

Cambiemos, transformemos esa manera de vivir, ahí que regalarles vida a nuestros niños, no dejemos que sean esclavos de una tecnología que muchas veces lo hecha a perder por su mal uso, así mismo tomemos nosotros también un respiro de todas esas presiones que nos agobian y que no nos dejan en paz.

Pero no sólo enfrentamos el problema anterior de vivir la vida a prisa la cual nos quita la oportunidad de establecer un vínculo más fuerte con la naturaleza, también se enfrenta el problema del miedo que tienen las madres y padres al dejar que sus hijos jueguen de manera libre y natural, es muy cierto, y los padres caemos en un hecho contradictorio, el cual es que nosotros sabemos de las ventajas que el contacto con la naturaleza le atrae al niño a su desarrollo, sabemos de antemano que el niño se divierte, que aprende explorando, desarrolla su creatividad, le ayuda en la socialización, hace uso de su energía, se desestresa, le ayuda físicamente y sobre todo a que no mal gaste su tiempo en cosas absurdas como ver todo el día la tele o jugar videojuegos, sin embargo la realidad es que cada día hay más niños viendo televisión, películas, jugando video juegos, jugando en la computadora o bien navegando por internet de una manera muy habitual en vez de salir a explorar el medio ambiente, esto muchas veces se debe a que los que somos padres de familia acumulamos ese temor de que a nuestros hijos les pase algo, y en realidad para la inseguridad que hoy en día estamos viviendo, no es para menos, se ha perdido la confianza en la sociedad y un lazo muy importante con la naturaleza, por lo tanto es que hoy en día haciendo frente a los nuevos obstáculos inconscientemente o de alguna manera parcial elegimos hacer uso de los juegos estructurados o simplemente teniendo a los hijos vigilados en casa más si aunada a esta situación disponen de tiempo limitado para convivir con ellos.

Así que debemos de buscar por otro lado la manera más apta para tener un equilibrio en nuestras vidas, no descuidar nuestras ocupaciones pero brindarle tiempo de calidad a nuestra familia pues recordemos que los padres de familia son los primeros y principales maestros en la vida de los hijos y que por lo tanto la naturaleza puede preveer un excelente salón de clases para enseñar valores y recursos útiles para el éxito en su vida futura, ya que si le preguntamos a los niños que es lo que prefieren jugar en casa o jugar afuera, con una respuesta mayoritaria los niños responderán jugar afuera, es su naturaleza, porque cayendo en lo mismo ellos mismos son naturaleza y no suframos en ir en contra de ella, ya que siempre estará de la mano con nosotros.

Ya que como lo menciona Petar Radic psicólogo y psicoanalista “Puede parecer una moda, pero no lo es. El cuidado del medio ambiente y la cultura ecológica obedece a una necesidad de encontrar el verdadero alma de nuestro ser”.

Por otro lado la naturaleza sólo es vista desde la urbanización o ciudad como un recurso de explotación ilimitado, olvidándonos que es vulnerable al consumo indiscriminado. Con esta devastación se va destruyendo una cadena de ciclos y poniendo en peligro real la existencia del planeta y he aquí una contradicción a la inteligencia del hombre. Colectivamente, tenemos un inconsciente destructor poco consecuente con la realidad, sumado a esto un empobrecimiento de nuestra inteligencia emocional ecológica. Hemos llegado a sentir que la naturaleza está para servirnos y no para disfrutar de ella, perdiendo la capacidad de reflexionar y de sentir que somos parte de la naturaleza, por eso mismo es conveniente que el niño al ir creciendo valla desarrollando su capacidad de reflexión y de razonamiento sobre los cuidados que la naturaleza necesita, pues si es ella quien nos brinda los recursos necesarios para poder sobrevivir, es necesario que desde muy pequeños aprendamos que nosotros le debemos respeto, pues debemos hacer conciencia y ver el proceso del deterioro que le estamos ocasionando a la naturaleza, así como las consecuencias de los abusos que hacemos al utilizar los recursos naturales. La gran mayoría de la gente tiene la idea de que nosotros no podemos hacer nada para ayudar a nuestro planeta y que sólo la gente con mayor recurso económico es quien puede llegar a lograr hacer algo por él, pero no es así, nosotros también podemos contribuir en esa ayuda ya que existen variadas acciones que podemos realizar día a día para poder conservar y tener una mejor relación equilibrada con la naturaleza.

Desde una primera alternativa de conclusión personal me atrevo a decir que al estar analizando lo que es la naturaleza y ese contacto que los niños tienen con ella, puedo decir que gracias a que tengo un hogar he podido darme cuenta de muchas cosas que antes ignoraba, por mencionar alguna diré que cuando era niña mis ansias por salir a jugar eran tantas que al caer la noche no quería regresar a mi hogar, quería seguir jugando a las escondidas, trepar árboles, mojarme con agua, jugar con la tierra, jugar a quien contaba más estrellas, correr y correr para que mi pelo volara con el viento, pero era horrible tener que escuchar los gritos de mi madre diciendo ¡Estefanía, ya es noche, metete! Era el grito del verdugo que acababa con toda mi diversión pues odiaba el hecho de tener que entrar a casa y hacer tarea, renegaba, cruzaba mis brazos y le decía a mi mamá ¡según tú quieres que sea feliz, pero ya me di cuenta que no es cierto, porque me quieres tener encerrada sin nada que hacer! Por lo tanto ya que muchas veces le dije a mi mamá lo mismo y no funcionaba, todas las noches le pedía a Diosito poderme hacer invisible para escaparme de casa sin que nadie me viera o que nunca se acabara la hora de jugar lo que fuera más fácil, según en mis pensamientos cuando era más chica, y es que disfrutaba tanto salir a jugar y sentarme con todas mis amigas y amigos debajo de un árbol a contar cuentos de terror en la noche, buscar la explicación de por qué todas las noches en el árbol de una de las visionas había un gato trepado llorando como bebé y aun que las piernitas se nos hacían como sopa aguada era emocionante como todos juntos nos tomábamos de las manos y nos armábamos de valor decididos a buscar a ese gato que hacia como bebé, pues pensábamos que era un bebé abandonado que en realidad era un gato que maullaba porque estaba en celo o esa fue la explicación que uno de los adultos ahí presentes nos dio.

Entonces es ahora que puedo decir que al estar tanto tiempo en casa me aburría, prefería salir a explorar y jugar con todos mis sentidos vitales, quería saber lo que era oler una flor, ver todas las plantas y animales, escuchar los sonidos de la naturaleza, sentir las diferentes texturas que existen en ella y así como moverme de un lado a otro buscando algo nuevo que me emocionará y me sorprendiera; por lo tanto en lo personal siento que el contacto con la naturaleza me lleno de muchas experiencias vivenciales que dejaron marcada mi infancia y que gracias a ello hoy puedo recordar con gran satisfacción y alegría, igual pienso que si a mí cuando era pequeña me ayudo bastante ese contacto a los demás niños con mayor razón, así que no hay que perder ese lazo con la naturaleza es emociónate y maravilloso crear ese lazo.

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