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El psicoanalisis: Freud


Enviado por   •  11 de Julio de 2011  •  Monografías  •  3.532 Palabras (15 Páginas)  •  1.804 Visitas

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EL PSICOANÁLISIS:FREUD

El Psicoanálisis no es académico ni puro. Con sus raíces en el terreno de la clínica, constituye, tanto por su origen como por su propósito principal, un intento de realizar la curación del espíritu enfermo. Sigmund Freud se interesó por la fisiología del sistema nervioso, centrándose especialmente en el estudio de los desórdenes neuróticos, y fue en su trato con estos casos – en observaciones directas que abarcaron años de experiencia – como elaboró gradualmente la práctica y la teoría del psicoanálisis.

En 1885 Freud fue a París para estudiar bajo la dirección de Charcot, entonces la máxima autoridad de Europa en desórdenes mentales; de quien recibió una honda impresión y se interesó en particular por su tratamiento de la histeria. Charcot creía que la histeria y la hipnosis están íntimamente asociadas, que la verdadera hipnosis es, en verdad, un fenómeno esencialmente histérico y puede ser provocado tan sólo en pacientes histéricos. Cierta tarde, en una recepción, oyó a Charcot analizar un caso que se había presentado ese día en la clínica. Hablando con el mayor énfasis posible, Charcot declaró que en tales condiciones había siempre una complicación sexual. Freud se asombró, no sólo por el contenido de la afirmación, sino también por el hecho de que Charcot no hubiese revelado éste conocimiento, si es que lo poseía desde antes. Ulteriormente, cuando sus propias ideas le llevaron a elaborar la teoría de las bases sexuales de la neurosis, Freud recordó la declaración de Charcot, estimándola evidentemente como una opinión experta que corroboraba sus propios hallazgos.

Freud había concebido una idea que, al igual que la teoría de las bases sexuales de la neurosis, llegó a constituir unas de las doctrinas fundamentales del psicoanálisis; consideraba la “catarsis” como una liberación de la emoción reprimida, que se efectuaba haciéndole recordar y reproducir bajo estado de hipnosis la experiencia subyacente en su perturbación. Freud llamó a éste proceso conversión, y se refería a los síntomas como conversiones del efecto original.

El descubrimiento de que un incidente, inconsciente y por mucho tiempo olvidado, era sin embargo la fuente de trastornos manifiestos en la conducta, no sólo llamó la atención sobre la importancia de lo inconsciente; asimismo reveló la naturaleza pronunciadamente dinámica de lo inconsciente.

Según Freud, el verdadero psicoanálisis comienza a partir del momento en que se abandona la hipnosis. Sin embargo la práctica de la hipnosis junto al procedimiento catártico no arrojó los resultados esperados ya que muchos pacientes que fueron despedidos considerados como curados, volvieron a menudo con otros síntomas.

Posteriormente Freud junto a Breuer habían estado perfeccionando, aunque no formalmente, un método de la invención de Breuer: consistía en animar al paciente a confesarse ante el médico (procedimiento llamado del relato o de asociación libre). Se mantenía al paciente en estado normal de vigilia (no bajo hipnosis) y se lo incitaba a expresarse tan francamente como quisiese, a decir todo lo que se le ocurriese sin ocultar nada buscando hallar experiencias claves para resolver sus dificultades. Tal procedimiento fue el comienzo de la técnica psicoanalítica, descartándose la hipnosis por estimársela superficial.

El psicoanálisis evolucionó luego de haber vencido numerosas dificultades, pero esto resultó sumamente esclarecedor. A dos de ellas Freud consideró significativas. Denominó transferencia a la menor y se refiere al hecho de que el paciente durante las largas e íntimas conversaciones personales en que se exploran y excitan sus emociones, contrae un fuerte vínculo afectivo con el analista –enamorándose de él o asumiendo una actitud negativista y hostil- pero con la misma respuesta. La transferencia constituyó para Freud una nueva prueba de la naturaleza sexual de los trastornos del paciente. A su entender la transferencia constituíase en algo necesario al proceso, al punto de integrarse como uno de los aspectos distintivos del psicoanálisis genuino; pero aunque indispensable, esa condición es en verdad sólo temporaria. Forma parte de la tarea del analistaexperto desviar de sí ésa emoción y reconducirla por cauces apropiados, susceptibles de lograr la salud mental del paciente.

La otra dificultad era la resistencia que infaliblemente el paciente oponía. Tarde o temprano se alcanza un punto en el que el paciente no quiere o no puede continuar; no quiere porque ha arribado a algo demasiado doloroso, horrible u ofensivo para enfrentarlo o no puede porque su espíritu se ha vaciado y está en completa inactividad. Falta de voluntad e incapacidad de continuar no son sino dos grados de resistencia. Ambos son recursos de que el paciente se vale para protegerse del dolor, y la presencia del dolor denuncia que el análisis toca una verdadera herida. Por muy intensos que sean sus sufrimientos, el paciente tendrá que enfrentarse con una situación encubierta, eludida o deformada; y sólo podrá liberarse de sus emociones reprimidas cuando contemple la situación tal como es en realidad, con todas sus ocultas complicaciones, cuando reaccione a ella totalmente y sin errores.

El fin primordial del psicoanálisis es retrotraer a la experiencia consciente aquel contenido rechazado, para así cerrar la brecha abierta con su rechazo, y de este modo curar la herida que escinde a la personalidad. Esto sólo se consigue si el paciente considera conscientemente la situación en su franca desnudez. No hay otro medio de lograr una verdadera liberación.

El descubrimiento de la resistencia implicó el de la represión: una experiencia desagradable pero olvidada, sea un recuerdo o un deseo, se torna inconsciente no sólo porque caduca o se desliza pasivamente fuera de la conciencia, sino porque es expulsada de ella y mantenida aparte por la violencia, pues la experiencia reprimida no es un recuerdo o una idea en el sentido corriente del término, está cargada de emoción y deseos esencialmente impulsivos. El contenido reprimido continúa actuando en lo inconsciente, ejerciendo su influencia oculta, torciendo la conducta en las formas más insólitas. El yo consciente no puede ni anularlo ni paralizarlo.-

El psicoanálisis como técnica estaba ya bien encaminado y las líneas básicas de la teoría se hallaban tendidas. Como método, aceptaba la asociación libre, sobreentendiéndose la resistencia y su significación.. La penetración del paciente en su situación y la catarsis a través de la liberación emocional concomitante, se estimaban los recursos esenciales de la terapéutica.

Al tiempo que el concepto de represión acentuaba la actividad

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