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Ensayo: El Manifiesto Comunista. Bases Teóricas y Epistemológicas para el Trabajo Social.


Enviado por   •  3 de Octubre de 2016  •  Ensayos  •  3.114 Palabras (13 Páginas)  •  517 Visitas

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Ensayo: El Manifiesto Comunista.

Bases Teóricas y Epistemológicas para el Trabajo Social.

Mª Jesús DOMINGO RUIZ

Inmaculada FERNÁNDEZ APARICIO

Línea 1 - Grupo 13

2º Grado en Trabajo Social

Universidad Pablo de Olavide

7-V-15

El tema a tratar es El Manifiesto Comunista (1848, Londres) de Karl Marx y Friedrich Engels, cuyo fin era el de concienciar a la clase obrera acerca de su sometida situación y adentrarlos en el partido comunista. En consecuencia, el problema a abordar es la situación derivada de la Revolución Industrial y, por tanto, de lo que generó la acumulación y posesión de bienes en las personas, es decir, del aburguesamiento; y en contraposición, del proletariado, el explotador y el explotado, el opresor y el oprimido, el empresario y el trabajador.

De esta forma, comprobaremos los paralelismos, en la conclusión que realizaremos en la parte final de este texto, entre la realidad cotidiana del s. XIX, tal y como las describían entonces mencionados autores, y la actualidad, pues tres siglos después parece continuar vigente este modelo de sociedsad (la división de clases basada en la explotación del otro, el capitalismo, la cultura del exceso, etc.). Así, desde una perspectiva de lo social, procedemos a plasmar nuestro punto de vista personal acerca del panfleto más difundido de la historia.

Para ello, a continuación un resumen de cada una de las cuatro partes en las que se divide el libro, abarcando todo aquello que defiende, por qué lo ampara, su procedencia histórica y su respectiva argumentación a ser aplicado como forma de organización ideológica y política.

En su preámbulo, esta obra comienza contextualizando y situando a sus lectores y lectoras en la situación en la que se hallan: la Europa del siglo XIX donde el comunismo es entendido como fenómeno contra el que se ha de luchar, pues es considerado enemigo común por las fuerzas de los principales gobiernos europeos. Ello es reacción de ser considerado una potencia, lo que queda comprobado con su exitosa difusión a través de este panfleto, fruto de la unión de las más diversas nacionalidades.

Primera parte. Burgueses y proletarios.

Éste comienza con la historia del comunismo, la cual empieza como reacción a la vigente lucha de clases producida con el inicio de la Revolución Industrial y lo que ello implica (nuevos mercados, manufactura, clase media industrial y división del trabajo de cada taller), donde la burguesía se corresponde con la clase opresora y el proletariado con la oprimida. De esta forma, la colonización americana, la navegación por África, el mercado de China y las Indias Orientales, así como el comercio, navegación, industria, etc. dan lugar al ascenso revolucionario de la burguesía como clase dominante y elemento supletorio a la sociedad feudal, pues cada nueva etapa de la burguesía significa una nueva etapa de progreso político, cuya única libertad es la ilimitada de comerciar. Esto último propicia la importación y la exportación, así como el satisfacer necesidades nacionales e internacionales creando una red de comercio internacional y relaciones de interdependencia a través del imperialismo, obligando a instaurar la civilización, a hacer el mundo a su imagen y semejanza.

Asimismo, crea grandes ciudades: aglomera población, centraliza los medios de producción y concentra en manos de unos cuantos la propiedad; lo que implica centralización política, pues los territorios se asocian y refunden en una nación única, bajo un Gobierno, una ley, un interés nacional de clase y una sola línea aduanera. Ello, acarrea crisis comerciales en las que se destruyen productos y fuerzas productivas consecuencia de la epidemia social de la superproducción y del exceso de la sociedad en cuanto a civilización, recursos, industria y comercio.

Para ello, previamente la burguesía hubo de derribar al feudalismo, aunque lucha incesantemente contra: la aristocracia, sectores de la burguesía con intereses que chocan contra los progresos de la industria y la burguesía de los demás países. Sin embargo, algunos burgueses y los intelectuales abrazan la causa revolucionaria.

Así, para librar estos combates les proporcionan armas al proletariado, las mismas que se acaban volviendo en su contra, pues éste está sujeto a las fluctuaciones del mercado y es considerado un engranaje más de la maquinaria y de la división del trabajo, reduciendo su salario a lo mínimo de lo que necesita para vivir y perpetuar su raza, donde la única distinción entre mujeres, hombres y niños es la salarial, siendo el lucro el único fin de este despotismo burgués.

En respuesta y en defensa de sus salarios, la clase obrera crea organizaciones permanentes, pues algunas veces se producen revueltas y sublevaciones, con el objetivo de extender y consolidar la unión obrera. Gracias a los medios de comunicación, las acciones locales se convierten en movimiento nacional, en una lucha de clases, y toda lucha de clases es una acción política, siendo cada vez más firme y fuerte, y venciendo algunas batallas como la aprobación de la ley de la jornada de las diez horas en Inglaterra.

Igualmente, las clases medias, el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el labriego, el artesano luchan contra la burguesía para salvarse como clases, buscando un retroceso en lo referente a la historia.

El proletariado carece de bienes y considera religión, leyes y moral prejuicios burgueses tras los que anidan sus intereses, en cuyas manos se concentra la riqueza y contra lo que crea, por primera vez, un movimiento de la mayoría a interés de la mayoría, es decir, del proletariado, para destruir la sociedad oficial. Y así, al desarrollarse la gran industria, se tambalean las bases de la burguesía, cavándose, a la par que avanza, su fosa y criando a sus enterradores.

Segunda parte. Proletarios y comunistas.

En esta parte, se tratan las características, diferencias y similitudes de los comunistas respecto de los proletarios.

Una de sus primeras afirmaciones es la coincidencia de intereses generales entre ambos, diferenciándose en que los comunistas destacan y reivindican siempre, en todas las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, siendo un movimiento decidido y enfocado al conjunto.

Así, los comunistas tienen el mismo objetivo que el resto de los partidos proletarios: formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar al régimen burgués y llevar al proletariado a la conquista del Poder.

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