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Ensayo: “Drogas, Jóvenes y Trabajo Social

nynnaTrabajo10 de Noviembre de 2016

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Universidad de Buenos Aires         Facultad de Ciencias Sociales      Carrera de Trabajo Social.[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]

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Ensayo:

Drogas, Jóvenes y Trabajo Social

UN COCTEL EXPLOSIVO”

Taller III

Primer Cuatrimestre 2016

  • Centro de prácticas: Hospital General de agudos Bernardino Rivadavia

  • Profesora: Marcela Sosa Baudron.

  • Estudiante:   Fabiola Yanina Soria.

Fecha de entrega: 01/07/2016

 

Introducción

El siguiente ensayo fue construido en base a que presencié, a través de una conversación entre una joven y la trabajadora social del servicio social, del Hospital General de agudos Bernardino Rivadavia de capital Federal Buen Aires, institución en la que realizo mis prácticas pre-profesionales como estudiante de Trabajo Social, en el corriente.

         La conversación hacía referencia a un determinado tipo de droga, lo que  me llevó a reflexionar sobre el consumo de sustancias problemáticas en jóvenes, pero continuando la conversación la joven manifestó estar embarazada. Si bien son dos problemáticas en su magnitud muy amplias, mi mirada se dirige exclusivamente a los adolescentes con problemas de consumo discusión en la que se manifiesta tanto en el centro de práctica y sobre todo porque veo que cada día se manifiesta en el ámbito en el que transcurro.

 Los conceptos serán analizados teniendo en cuenta  los siguientes interrogantes.

  •  ¿Los hogares de barrios humildes son más propensos a volverse adictos al consumo de drogas?
  • ¿El ámbito familiar es un factor preventivo?
  • El Trabajo Social visto como nexo entre el joven que consume y las familias. ¿Qué papel que juega en la problemática en sus vidas?

La elaboración de mi trabajo tratará de contestar a estas preguntas, haciendo en primer lugar algunas definiciones sobre los diferentes tipos de drogas para luego vincular el papel que ocupan  la familia y finalizando manifestare el abordaje del trabajo social en la problemática de la drogadicción, poniendo especial énfasis en el consumo de aquellas drogas tomadas como ilegales.

Por último,  concluyo con una conclusión a la que llegare después de haber transitado por diferentes caminos en busca de alternativas que respondieran a mis interrogantes iníciales.

Distintos tipos de droga

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la droga como “toda sustancia, que poco tiempo después de ser incorporada en el organismo, produce una modificación de sus funciones”[1]. Desde esta  perspectiva entiendo  que son drogas no solamente las que habitualmente nombramos como tales, sino  también otros tipos de sustancias.

Desde este punto de vista, existen muchos tipos de droga. No solo nos encontramos con la cocaína, la marihuana, el LSD o el paco, sino que (siguiendo fielmente la definición) nos encontramos que también son drogas el alcohol, el tabaco (cigarrillo), las anfetaminas e, incluso, las pastillas para dormir. Todas ellas implican cambios en el organismo y hasta no necesariamente las drogas de origen sintético o artificial provocan mayores problemas al momento del consumo que las drogas de origen vegetal.

De acuerdo a la Dra. Irene Saccone y la Lic. Susana Ryan, la sociedad, haciendo uso del sentido común,  definen lo que ellas llaman una “clasificación social de las drogas”  por un lado están las drogas legales, socialmente aceptadas, que se comercializan legalmente, como el tabaco (cigarrillos), al alcohol y el café, pasando por la yerba mate. En este sentido, también se puede pensar en los medicamentos, con receta que muchos de ellos precisan para ser adquiridos en farmacias, con la debida autorización del profesional correspondiente.

Por otro lado, nos encontramos con las drogas ilegales, las que son las socialmente prohibidas. La producción y distribución de estas sustancias se realizan a través de un circuito ilegal clandestino. En nuestra cultura, por ejemplo, son drogas ilegales la marihuana, el paco, el éxtasis, la cocaína, el LSD, entre otras”[2].

Esta clasificación social de la drogas es una “clasificación cultural” por lo que la distinción entre drogas legales o ilegales, de hecho, no es algo universal. Drogas que son consideradas legales en una cultura no lo son en otra y viceversa. Para graficarlo, las autoras mencionadas, sostienen que en los países islámicos en los cuales fumar hachís (hierba, conocida como porro, muy superior a la marihuana) está consentido pero no así el consumo de alcohol, contrariamente a lo que sucede en la mayoría de las sociedades occidentales como la nuestra. Muchas veces pensamos que si una droga es legal ella no causa daños. Sin embargo, las drogas legales no siempre son inofensivas y hasta pueden ser muy dañinas dependiendo de la cantidad, la forma y las condiciones de consumo. Todas ellas, incluso las drogas de curso legal, pueden generar adicciones más o menos graves, mayor aun durante el embarazo no siempre se cuidan ya sea por el consumo generalizado de tabaco, alcohol, y otras, poniendo en riesgo la vida de la madre como la del el bebe con complicaciones médicas serias tanto sea legal como ilegal.

Es necesario decir que no solo existe una clasificación social de las drogas adjudicada por cada sociedad sino, además, una clasificación científica que se basa en los efectos que las sustancias producen en el organismo al momento de consumirlas.

Normalmente se acostumbra a identificar a la persona que consume una droga ilegal como un “adicto”. Sin embargo, el trabajo citado nos indica que hay diferentes “tipos de vínculos de las personas con las sustancias[3], pero no todos ellas son adicciones ni son necesariamente problemáticas. En este sentido, las autoras nos hacen ver que no hay una relación directa entre el consumo de drogas ilegales y las adicciones y por consiguiente y en este mismo sentido, el consumo de drogas legales puede llegar a ser adictivo o también causar situaciones problemáticas o graves para la salud y el entorno.

La adicción, entonces, se da cuando alguien siente o cree que no puede vivir sin una sustancia, y la utiliza en forma permanente y de manera compulsiva, sufre una adicción. Tienen adicción las personas que no pueden parar de consumir, que viven por y para las drogas. Existe drogadicción cuando se tiene la necesidad inevitable de consumir alguna sustancia y se depende física y/o psíquicamente de ella”[4]. Hay que tener en cuenta que se puede tener adicción tanto a drogas ilegales como legales.

De acuerdo a lo visto hasta ahora, se puede decir que todos somos  consumidores de sustancias pero solo algunos de estos consumos nos pueden llevar a situaciones problemáticas.

El problema de la adicción en jóvenes

        Ya focalizándome en el problema de la adicción en jóvenes, se puede afirmar que esta problemática, como cualquier tipo de adicción en general, es posible que se produzca por una diversidad de conflictos, sociales, familiares o de tipo personal. Según el trabajo citado, existen “factores predisponentes y factores desencadenantes”. Tampoco se puede hablar de un motivo único, ya que pueden incidir variados factores de riesgo. Pero en particular, lo que me interesa destacar aquí es que, independientemente de cuál sean esos factores de riesgo o “desencadenantes” o las problemáticas familiares o sociales que pueden llevar a una adicción, los más jóvenes y adolescentes son los que siempre están más en riesgo.

De esta manera, como bien apuntan las autoras, es necesario tomar conciencia de que “la adicción es la expresión de una conjunción de factores. Tenemos que poder entenderla como el síntoma visible que apunta a otra problemática”. [5]

Llegando a este punto y tratando de acercarme a uno de mis interrogantes, se puede decir que los jóvenes excluidos de los barrios de población más humilde o en situación de riesgo están atravesados por una serie de dificultades, como es la falta de oportunidad para la  inserción laboral, el vivir en un contexto de precariedad, la falta de proyección futura, la falta de contención familiar, un mal desempeño  escolar, la violencia familiar y otros factores que, incluso, pueden interrelacionarse entre sí. Son jóvenes vulnerables socialmente y muchas veces recaen en el uso y abuso de drogas, en los que los clasifican socialmente como la “delincuencia juvenil” o en las redes del narcotráfico, como lo demuestran los innumerables casos de la crónica cotidiana. En este sentido los medios de comunicación de masas, tienen hoy en día un rol central en la promoción de conductas dañinas para la salud, los mismos medios audiovisuales como la televisión, pueden fomentar que el uso de sustancias químicas sea en forma directa (a través de avisos promocionales) o indirecta (al mostrar a sus héroes, cantantes o actores famosos consumiendo alcohol o tabaco, y sugerir que son modelos dignos de ser imitados).

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