Entrevista desgravada "La escuela pública igualaba"

Trabajo domiciliario de Cultura, comunicación y educación

Alumno: Garnica, Patricio F.

Profesor: Osorio, Ileana.

Curso: 2º E.P, T.M.

Año: 2018

Consigna

1. Leer el texto.

1. Elegir dos mitos. Por ejemplo:  El mito: "La escuela pública igualaba".

Guiar la entrevista mediante estas preguntas posibles.

¿La escuela a la que asistías era pública? ¿Recordás a tus compañeros? ¿Sus papás a que se dedicaban? ¿En la escuela se hacían visibles las diferencias si tendrías que compararla con la escuela de hoy? Hay un mito que circula en la sociedad que dice que la escuela pública antes igualaba ¿estás de acuerdo?

3) Seguís con el otro mito. Una vez que te respondió todo le contas. "Sabes que hay un Sociólogo especializado en educación que investigó si estos dichos son ciertos e investigando llega a la conclusión que. ..... y ahí le explicás. Podés preguntarle qué piensa, si está de acuerdo con Fanfani o no. Para darle la oportunidad de reflexionar.

4) Desgrabás la entrevista. Cuando se nombra a la persona es solo por el nombre nunca el apellido. Haces una breve introducción y después copias el diálogo. Si el entrevistado es confuso o repite onomatopeyas lo reformulás para que tenga sentido.

Introducción

La entrevista fue realizada a un hombre de 60 años, docente jubilado que colaboró con mucho gusto a responder, contribuyendo con sus respuestas como alumno y como profesional de la educación que fue. No hubo mayores dificultades a la hora de establecer el clima de entrevista debido a que nos conocemos desde hace mucho tiempo, nos encontramos en un lugar neutral y se respetó una planificación previa de las preguntas antes de comenzar. Por todo lo mencionado consideré pertinente elegir a esta persona para poder responder al trabajo, conociendo una perspectiva más completa y sincera sobre los mitos en la educación argentina.

Entrevista desgravada

"La escuela pública igualaba".

Patricio: - ¿A qué escuela ibas? ¿Era pública?

Marcelo: - La escuela a la que asistí era una escuela pública, la N.º 68 de Villa Ballester “Gabriela Mistral”.
Patricio: - ¿La distribución de los contenidos era igual que ahora?
Marcelo: - Cuando estaba en primero superior, al año siguiente se vino una reforma y en lugar de pasar a 2º, pasamos a 3º. El cambio contemplaba ahora terminar en 7º y no en 6º como se venía haciendo. En realidad eran 7 grados igualmente distribuidos de otra forma.

Patricio: - ¿Te acordás de alguno de tus compañeros? ¿Sabés si trabajaban además de estudiar ¿A qué se dedicaban sus padres?

Marcelo: Recuerdo perfectamente a mis compañeros, aunque nunca supe a qué se dedicaban muchos de ellos. Tengo presente la familia de Celia, su padre tenía una vidriería, los de Beatriz tenían un comercio en Villa Adelina, los de Horacio tenían un camión con el que hacían transportes, otros eran dueños de un taller mecánico, algunos sé que sus padres eran operarios en alguna fábrica, la mama de Isabel cosía, en mi familia mi papá trabajaba en un taller de chapa y pintura y mi mama ama de casa.

Patricio: - Comparando con la educación de hoy ¿pensás que se marcaban más o menos las diferencias?

Marcelo: - Las diferencias eran visibles para todos los chicos, imagino que los grandes también lo percibían. Se notaba en cómo iba vestido cada uno, el calzado, hasta el mismo guardapolvo que se suponía igualador tenía distinta apariencia. Lo que creo que pasaba era que los docentes no las señalaban, los chicos sí.

Patricio: - Hay un mito que circula en la sociedad que dice que la escuela pública antes igualaba ¿qué pensás?

Marcelo: - La idea de transmitir a todos un patrimonio cultural común estaba presente, y se asumía a la población escolar como si fuera homogénea, pero esto no existe, no pasaba antes, tampoco ahora. Los que no podían seguir la clase de los docentes, repetían y a veces abandonaban. Si por igualar entendemos trasmitir a todos lo mismo, así era, pero no todos podían alcanzarlo, en los resultados no era igualadora.

“Antes había orden y disciplina”

Patricio: - ¿Cómo era la relación alumno-docente y docente-familia cuando estudiabas?

Marcelo: - Creo que había una relación distinta de las familias con la escuela. Recuerdo a una maestra de 3º grado que le dio un cachetazo a un compañero y le dejó la mano marcada, sin por eso recibir ninguna sanción, como tampoco vi la presencia de los padres quejándose. Me parece que los padres respetaban más a los docentes, o les hacían más caso, en general, las familias se ponían del lado de los docentes.

Patricio: - ¿Cuáles eran los comportamientos que más se sancionaban y de qué forma se buscaba corregirlos? ¿Cómo actuaban ustedes como alumnos?

Marcelo: - La disciplina era un poco distinta, trabajábamos en equipo, pero creo que los alumnos hablábamos menos. Respecto al orden insistían mucho en la metáfora orgánica, el que se portaba mal era considerado la manzana que descomponía al resto. En este caso puedo decir que el orden tenía otros presupuestos, creo que hoy se contemplan un poco más las diferencias individuales. Recuerdo que había una preocupación por los aspectos formales, la formación en el patio para saludar a la bandera y a las autoridades. El orden en la fila era de menor a mayor para que la docente pudiera tener a la vista a todos y ejercer un mayor control, los brazos a los costados del cuerpo en posición de firmes, tomando distancia, mirando al frente, sin moverse y sin hablar.

Patricio: - ¿Las llamadas de atención eran cuestiones aisladas o cada cuánto había castigos?

Marcelo: - Esto ocurría todos los días y se acentuaba durante los actos escolares. Eran rituales cotidianos.

Patricio: - Mucho de lo que me mencionás con respecto a la disciplina tiene que ver con lo actitudinal, pero con respecto a los conocimientos ¿había alguna clase de sanción? ¿Cómo se enseñaba?

Marcelo: - Recuerdo tener que estudiar las tablas de multiplicar de memoria, de forma salteada, aprender poesías también de memoria, el Martín Fierro, recuerdo perfectamente casi todas las que nos enseñaron. En general todo era muy así. Todo lo que escribíamos en los exámenes al otro día nos lo olvidábamos y, la verdad, aprendíamos más en la calle o trabajando que en el aula. Había cosas que me acordaba más porque me gustaban más que otras, pero por lo demás…

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