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Etica Investigacion Educativa

4 de Septiembre de 2012

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Introducción

Existe un incremento muy importante en los últimos diez años de bibliografía

que se refiere a la investigación en las ciencias humanas, especialmente a la

investigación educativa. Gran parte de ellos se perciben como una serie de

compilaciones de métodos y procedimientos prestados de otras ciencias. Son muy

pocas las publicaciones que tratan la problemática de la ética de la investigación. En

este sentido son varias las preocupaciones. ¿Cuál es la especificidad de la

investigación educativa? ¿Qué es lo educativo de la investigación educativa? ¿A dónde

va y de qué manera, la investigación educativa? Como cualquier acción humana ¿cuál

es su componente valoral? ¿Cuáles son los cuidados pertinentes a los seres humanos,

muchos de ellos vulnerables, como participantes en la investigación educativa?

Lo que distingue la investigación educativa de otro tipo de investigación, es

su uso y relevancia en la práctica educativa. De acuerdo con Nixon y Sikes, no es sólo

pensar en conocimiento útil y relevante sino que “lo educativo” requiere de una más

holística comprensión. “La investigación educativa está cimentada,

epistemológicamente, en los fundamentos morales de la práctica educativa. Son sus

propósitos epistemológicos y morales los que subrayan la utilidad y la relevancia de

la investigación educativa que importa” (2003:2) La utilidad y la relevancia no sólo

implican impacto e influencia, involucra una reconceptualización radical acerca de

lo que educativamente se define como útil y relevante, ya que es potencialmente

peligroso desarrollar fines que no valen la pena educativamente. La investigación

educativa, no es sobre educación, sino investigar con un propósito educativo,

requiere de preguntar a los prácticos que debe ser educativo de la investigación.

(Nixon y Sikes, 2003) No es sólo sobre la escuela donde sería necesario actuar, sino

preguntarse por la mejora de la sociedad en su conjunto, pero debe ser iluminada

por los trabajos de los investigadores. El triángulo: teoría, práctica e investigación.

(Olivé, 2003)

Carr (2003) argumenta que la investigación educativa está en crisis de dos

maneras. Una en saber para qué se hace la investigación educativa y cómo se

“miden” 1 sus logros; y, la ausencia innegable de un acuerdo interno de lo que la

investigación educativa es. Cualquier análisis del estado de la investigación educativa

requiere un nivel diferente de autoconciencia y vigilancia metodológica que permita

a los investigadores ser más críticos acerca de las preconcepciones que guían su

comprensión de lo que tratan de lograr.

El tipo de indagación educativa actual está constituida por una concepción

enfáticamente metodológica, es decir, una ciencia aplicada que contiene una visión

del cambio educativo como fin. Esto, menciona Carr (2003), trae como consecuencia

que la educación debe ser vista como una actividad moralmente deseable con fines

que lleven a la transformación cultural y social, por ende, la investigación educativa

debe volver a preguntarse sobre la sociedad que quiere constituir. Otra consecuencia

es la reorientación de la actual percepción de que la investigación educativa es

irrelevante con resultados frecuentemente contradictorios, buscando la posibilidad

de que integren en un todo que responda de manera significativa a las preguntas

sobre el papel de la educación en la nueva sociedad. Finalmente, otra consecuencia

es lograr cuestionar el rol de la investigación educativa actual en la educación

institucionalizada a través de la recuperación histórica, pensando en la

transformación del conocimiento práctico educativo.

1 Las comillas son de la autora, ya que Carr menciona el término “medir” de manera genérica. En el

sentido estricto los hechos educativos se conocen desde la perspectiva comprensiva y por lo tanto no

son susceptibles de ser medidos cuantitativamente.

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McCulloch (2003) refuerza la idea de Carr estableciendo que una historia de la

investigación educativa ayuda a cuestionar los supuestos y los valores que se han

incorporado en el discurso educativo contemporáneo. A través de esta recuperación y

sistematización de hechos, se lograría, en primer lugar, conformar la ciencia de la

educación necesaria, acumular el conocimiento. En segundo lugar, extender la idea

de que la investigación educativa es una inversión que se dirige a mejorar la cualidad

de la educación institucional. En tercer lugar incrementar investigaciones rigurosas y

relevantes; rigurosas para el logro de la teoría y el conocimiento y la relevancia

relacionada con la demanda de los prácticos en la mejora de los productos. Una

historia de la investigación educativa, permitiría, también, informar sobre el

desarrollo de la comunidad de investigadores más reflexiva, autocrítica conciente de

sus limitaciones a la luz de la experiencia, que responda a los retos y cambios

contemporáneos a través de la evaluación de las lecciones del pasado. “Una

comunidad como esa requiere conocer su propia historia para determinar sus metas

y propósitos para el futuro” (McCulloch, 2003:20)

La investigación educativa, como acción humana contiene un componente que

ala determina y este es el componente ético. “Ser ético es parte de un proceso de

planeación, tratamiento y evaluación inteligente y sensible, en el cual el investigador

busca maximizar los buenos productos y minimizar el riesgo y el daño” (Sieber,

2001:25) En este sentido, la investigación educativa puede considerarse como buena,

si las repercusiones producidas logran afectar la practica y se incrementa el

conocimiento en la teoría educativa.

La responsabilidad de los investigadores educativos, haciendo un símil con la

investigación psicológica (que incluye investigación educativa del ámbito psicológico)

puede clasificarse en cuatro grupos: responsabilidad hacia la ciencia (hacer

investigación que amplíe el conocimiento o profundice su entendimiento), con la

educación y a la sociedad (determinar como los resultados son difundidos y usados),

con los estudiantes en formación (contribuir a la educación de los aprendices o

asistentes en la investigación) y, con los participantes en la investigación. (Smith,

2001)

Distingue cinco principios morales que guían su propuesta ética: respeto por

las personas y su autonomía, beneficio y no su daño, justicia, confianza y, fidelidad e

integridad científica. Los investigadores respetan a los participantes como personas

valiosas que tienen el derecho autónomo de decisión sobre su inclusión o no en la

investigación. En cuanto al principio del beneficio, el investigador debe planear y

operar la investigación maximizando los beneficios para los participantes y minimizar

el posible riesgo, sobre todo asegurarse que no toma las decisiones pensando en su

beneficio sino en el de los participantes. Este principio es uno de los más complejos y

ambiguos en su aplicación, ya que el cálculo del costo-beneficio frecuentemente no

puede ser calculado previamente y a veces uno no es de la misma naturaleza que el

otro.

Desplegar esta problemática, comprenderla y tratar de generar posibles

cursos de acción son los propósitos de este texto, a partir de lo anterior se establece

el marco donde se ubican las presentes ideas. Las consideraciones éticas que aquí se

describen, aunque pueden ser usadas para la investigación educativa en general,

están pensadas más específicamente para la investigación cualitativa ya que la

ambigüedad y la incertidumbre en la que esta se mueve presenta mayores dilemas

éticos qué resolver. A diferencia de las ciencias naturales, en el ámbito de las

ciencias sociales y humanas se busca comprender las acciones, para lo cual se

requiere interpretar el significado de las acciones sociales en función de motivos

subjetivos o bien de reglas intersubjetivas. “Una de las características fundamentales

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de las metodologías comprensivas o hermenéuticas es que la descripción e

interpretación de las acciones y obras de los hombres necesariamente tiene que

hacerse desde el lenguaje, la cultura, las normas sociales y morales de las personas

bajo estudio. Este requisito plantea un serio problema ético con relación al respeto y

valoración de esa cultura y esa moralidad propia de las personas que estudiamos”.

(Velasco, 2003:257)

En general se pretende profundizar acerca del componente ético en la

investigación educativa. Es claro que “ningún documento puede anticiparse a todos

los asuntos éticos que se pueden presentar, tampoco hay maneras fáciles de

entender totalmente todas las implicaciones de un asunto ético dado.” (Sales and

Folkman, 2001:xii) 2 Sin embargo, el intento de recuperar y sistematizar las ideas que

las experiencias que en este rubro se encontraron van a permitir contar con un

documento útil que genere la discusión

...

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