Giddens
erisilvaroTesis22 de Agosto de 2013
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GIDDENS
INTRODUCCIÓN
El eje conductor de las corrientes de pensamiento social críticas del modelo Parsoniano era la preocupación por la “acción humana”, la acción provista de sentido es el objeto por excelencia de estas corrientes. Un poco esto era lo que le preocupaba a Weber que definía a la sociología como la ciencia de la acción social. Lo que sucede es que, a partir de los aportes de estas nuevas corrientes, el problema de la acción social comienza a complejizarse. ¿Qué es lo que motiva la acción? Se preguntaba Shultz. “El conocimiento” que los actores ponen en juego en la interacción comienza a ser pensado como un problema a tener en cuenta; esta es la propuesta de la etnometodología. “El lenguaje”, no solo como medio de la comunicación, sino también como algo por medio de lo cual se pueden hacer cosas. “la capacidad de reflexión” que tienen los actores que hace que la acción humana tenga particularidades diferentes. En síntesis, todo esto es lo que comparten estas corrientes interpretativas.
Cuando termina el reinado del estructural-funcionalismo la sociología pierde su unidad y ya no es posible hablar de “la sociología” sino que ahora se habla de “las sociologías”. Ya no hay un único sistema general de teoría sociológica, sino que muchas de estas corrientes que estaban oscurecidas por el imperio del estructural-funcionalismo comienzan a ser rescatadas del olvido; Giddens es una de lo que va a emprender el intento de síntesis de todas estas escuelas. Se puede decir entonces, que lo que caracteriza en la actualidad a la sociología es una “polifonía de voces” y los esfuerzos sintetizadores que intentan superar los dualismo que generó la caída de la “gran teoría”, entre objetivismo o estructuralismo por un lado y subjetivismo o escuelas interpretativas (comprensivistas) por el otro para resolver los problemas que estas corrientes no pudieron resolver por separado, en el caso del primero la anulación del actor y en el caso de las segundas la falta de explicación de funcionamiento de las instituciones. El énfasis en la contingencia y en la imprevisibilidad de la acción humana les impide pensar, según Giddens, en lo que permanece, en las regularidades, en el orden que hace posible la vida social en sí. Y este el proyecto intelectual de Giddens, su “teoría de la estructuración” va a ser el intento de superar el dualismo entre objetivismo y subjetivismo. Este es el punto de partida epistemológico de Giddens. Desde el punto de vista epistemológico, Giddens asume una perspectiva “interpretativa” que rescata la hermenéutica (como comprensión de lo social) y por lo tanto en el análisis de los social le va a interesar la inteligibilidad y la reflexividad propia de la acción humana; que los actores reflexionen, que puedan hacer inteligible su mundo, que puedan darle sentido e interpretarlo es un problema para las ciencias sociales y deben explicarlo. Es totalmente crítico del positivismo, que el llama naturalismo ya que representa el enfoque epistemológico típico de las ciencias naturales, porque para el las ciencias sociales no pueden estar moldeadas por las ciencias naturales ya que buscan dar cuenta de problemas totalmente diferentes. Otro ítem importante de la “teoría social” de Giddens es el de la “doble hermenéutica” que da cuenta de la imbricación, de la interpenetración que existe entre el saber científico y el “saber de sentido común”. Giddens critica la idea del positivismo que postula que el saber científico tiene la obligación de modificar y corregir las nociones del sentido común, por lo tanto que deben ser eliminadas de la explicación social porque la contaminan con sus inexactitudes, falacias y prejuicios. En contra de esto, Giddens va a modificar esta relación jerárquica entre el conocimiento común o profano y el conocimiento científico; para Giddens el conocimiento lego no contamina, sino que debe ser parte de las explicaciones científicas sobre lo social. El primero momento de la doble hermenéutica es el que realizan los actores legos, el mundo es ya un mundo interpretado por los actores; lo que hace la ciencia es introducir estas interpretaciones legas en los marcos de significación propios del pensamiento científico como un recurso posible. Giddens va a caracterizar a la conducta humana como algo activo y reflexivo mostrando su deuda con el “interaccionismo simbólico” (Luhman y Goffman); va a resaltar la importancia del lenguaje como un recurso que no puede ser olvidado por la sociología porque es indispensable para acceder a su tema de investigación, solo a través del discurso se accede a nuestro objeto de investigación porque, ¿cuál es el sentido del mundo?, el mundo solo tiene sentido porque es narrable. Si los problemas del sociólogo son el sentido de la acción, las intenciones, los motivos, los cursos de acción, los conocimientos que los actores ponen en juego cuando actúan, las consecuencias de sus acciones, ¿cómo puede acceder a su objeto?; el acceso está mediado por el lenguaje, solamente se puede acceder a un mundo con sentido porque este mundo es narrable, entonces los problemas del lenguaje tienen que ser puestos en juego. Si no hay un repensar sobre los efectos del lenguaje en la interacción y la acción humana, el sociólogo se queda sin un recurso importantísimo para abordar su objeto de estudio. Toda presentación que hacen los actores de sí mismos y de su mundo es una narración es un discurso. Este aspecto de la teoría de Giddens está claramente influenciado por “la filosofía del lenguaje” (el último Wittgenstein y Linch) y la etnometodología de Garfinkel. Giddens entiende que la tarea de la sociología es hermenéutica, que la teoría social debe estar informada hermenéuticamente y esto implica retomar la tradición alemana y especialmente a Weber, aunque ahora la “comprensión” ya no va a ser solamente un método sino que también va a estar implicada en el objeto de análisis de las ciencias sociales porque la comprensión es una “característica ontológica” da la vida social misma, es constituyente de lo social, es una condición necesaria para que lo social exista. Sin las facultades cognitivas de los actores es imposible el “mundo social”; si el mundo social es un mundo construido, interpretado y no solo dado, esto es así porque los actores, que son los constructores de lo social, tienen facultades cognitivas. Las facultades cognitivas importan si se quiere dar cuenta de lo social. Si el sociólogo no se para en una postura positivista en donde lo social está dado y lo problemático es la estructura y su funcionamiento no tendría que enfrentarse a los problemas de la reflexividad, de la comprensión, de cómo los individuos construyen “su” mundo a través de interpretaciones y del papel que juega lo simbólico en estas construcciones. Ahora, si se para desde el lado del actor y piensa que su objeto es “la acción provista de sentido” y que el mundo social es construido por estos actores estos problemas son relevantes. Entonces, la postura epistemológica de Giddens se opone a aquella que estructuró al “consenso ortodoxo”. Está en contra de producir una ciencia natural de lo social que interprete lo real como natural, es decir que de lo social por hecho, lo tome como dato, y que no se pregunte por cómo se constituye lo social. Su postura también va contra el empirismo sin teoría. La teoría es totalmente relevante para la investigación empírica y viceversa, no son dos ordenes de naturaleza diferente sino que se necesitan mutuamente. Entre ambas prácticas debe haber una relación de cooperación.
La postura de Giddens frente a la posibilidad de crear un sistema de leyes generales del cual se pueda deducir la realidad es crítica. El paradigma positivista clásico que buscaba un sistema nomológico deductivo para acceder a la explicación científica es fuertemente criticado por Giddens. Pero que renuncie a las leyes de lo social no significa que renuncie a las “generalizaciones”. Existen 2 tipos de generalizaciones importantes para la ciencia: “las generalizaciones de regularidades de conducta” que son comportamientos que los actores realizan regularmente y esto tiene que ver con la aplicación de normas y reglas de comportamiento (ej: cada vez que un conductor ve un semáforo en rojo detiene su auto), o sea que existen convenciones que los actores tienen en cuenta cuando actúan; y “las generalizaciones referidas a las consecuencias no buscadas de la acción” que son las que verdaderamente importan a la sociología. Estas generalizaciones están inspiradas en las funciones latentes de Merton. La acción de los hombres genera consecuencias que muchas veces son no intencionales, luego estas acciones van a generar una serie de “regularidades” en el tiempo que influyen, determinan y confinan la acción de los actores. En “los productos de la acción”, es decir en las “consecuencias no deseadas”, que luego van a ser “los medios de la acción”, es precisamente donde se plasma lo social. El alcance de la acción humana “recorta” las intenciones y los motivos del actor. Si estas son “prácticas sociales reproducidas”, si se pueden encontrar generalizaciones o tendencias que expliquen regularidades, se está explicando el mundo social y su funcionamiento, y justamente esto es lo que piensa Giddens que debe hacer las ciencias sociales. Estas regularidades son las que tienen que ser estudiadas, pero hay que tener claro que estas generalizaciones no son leyes invariantes de la conducta, sino reificaciones, construcciones de la acción social que se manifiestan como prácticas sociales “reproducidas”. Entonces lo social está compuesto por “prácticas
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