“HEGEMONÍA CULTURAL Y EDUCACIÓN EN CONTEXTO RURAL”

“HEGEMONÍA CULTURAL Y EDUCACIÓN

EN CONTEXTO RURAL”

“Una herida soy buscando el salario

maestro de pie cuidando pichones blancos

que madurarán iluminando tu pago.

Soy el que quedó en medio e' los ranchos

guacho del fiao a mate, guiso inventado

hambre y revelión fueron creciendo a mi lado.

No quiero de más, quiero lo que es mío

al paso trampiao voy a torcerle el destino

levantate cagón que aquí canta un argentino”.

El olvidado – Chacarera popular

El presente ensayo describe el vínculo que crean todos los días los maestros rurales mediante la educación y el pueblo, dónde muchas veces el Estado no llega.

Para comenzar es pertinente dejar en claro el concepto de hegemonía cultural con el cual será abordado esta problemática. Desde la teoría marxista (teoría que surge con el sociólogo y politólogo alemán Karl Marx), el concepto de hegemonía cultural según Antonio Gramsci es una expresión de dominación basada en un “complejo entrecruzamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales”.

Es la educación unas de las herramientas por excelencia de las cuales se nutre este sistema, impuesta mediante una dominación de tipo material y espiritual, por lo que se naturaliza esta ideología de dominación. Cuando hablamos de dominación de tipo material hacemos referencia al presupuesto educativo, que visto desde las clases dominantes es el límite entre la posibilidad de acceder de forma igualitaria y la calidad educativa. Ya que muchas escuelas rurales no cuentan si quiera con los elementos necesarios para el aprendizaje.

La dominación espiritual es ejercida con anterioridad a la dominación material, esta es la que naturaliza la condición de opresión y puede verse a lo largo de distintas generaciones. Este proceso de imposición de una ideología dominante es en base a un sistema generalizado y globalizador.

Dado que la educación es como mencionamos anteriormente una herramienta de dominación es también la que mantiene cierto orden social, por lo que nos hace pensar cierta “casualidad” al visualizar el contexto de las escuelas rurales, y el paisaje que observamos es el siguiente: caminos de difícil acceso, estudiantes y docentes llegando a caballo, la falta de condiciones edilicias para llevar a cabo el proceso de enseñanza/aprendizaje.

En este contexto de hegemonía cultural y la educación como herramienta de dominación, vemos que los sectores sociales históricamente apartados lo continuarán siendo si no hay docentes con vocación y una verdadera pedagogía de integración social.

Esto solo puede llevarse a cabo siempre y cuando el docente ajuste su forma de enseñanza a la realidad social en que está inmerso.

Esta nueva realidad está determinada por una cultura diferente. Siendo que el término “CULTURA” tiene dos acepciones, por un lado la tradicional que está determinada por el conocimiento académico, y por el otro la acepción antropológica, con la cual nosotros vamos a trabajar, que hace referencia a valores, creencias, costumbres de cada población.

Es necesario que la escuela en su función socializante se de en un marco de respeto por la diversidad, la enseñanza y el aprendizaje nos deben invitar a vivir aceptando las diferencias no así la dominación. Aceptar las diferencias es ver que el mundo es grande y que tiene tantas voces como personas por lo que aprender debe ser el proceso de comprensión, debe apuntar siempre a la liberación del hombre donde quiera que este se encuentre.

Si bien hay políticas que apuntan a una equidad social, estos son los primeros pasos. Los sectores más aislados enfrentan hoy un grave problema que atraviesa todos los aspectos de la vida, como lo es el económico, social, afectivo, cultural y educacional.

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