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HISTORIA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN MÉXICO

Alexandro BarrientosBiografía4 de Octubre de 2022

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HISTORIA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN MÉXICO[pic 1]

Desde en un inicio,  la Seguridad Social ha sido conocida como “protección que una sociedad le proporciona a los individuos y a los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y seguridad”, siendo de vital relevancia bajo condiciones de vulnerabilidad como lo es el desempleo, la edad avanzada, discapacidad, limitaciones cognitivas y de motricidad, accidentes laborales, maternidad o muerte de quien sostiene a una familia, entre otras. Que esta se encarga por velar los intereses del trabajador, obrero, sometiéndose a su resguardo, y seguridad que brinda.

Partiendo desde sus inicios, la seguridad social en México ha tenido su impacto radicado en Antecedentes durante el Porfiriato, marcado por las huelgas que explotaron a inicios del siglo XX, además del crecimiento e impacto económico, pero del que se guardaba y quedaba esa riqueza en pocas manos, frente al 80% de la población que era analfabeta, sumado a las precarias y muchas veces, inhumanas condiciones laborales que eran tratados, pasando por leyes que trataban de darle forma y sentido a la seguridad social, pero que fueron dejadas en el tintero debido a la lucha de la revolución, siguiendo por sexenios hasta la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social en 1940, pero que se materializa en más años tarde, con el paso del tiempo, la seguridad social, se vuelve eje importante en México, y sienta precedente para América Latina con la creación del IMSS y del ISSSTE en 1960.

Desde el inicio, en el contexto socio-económico de México durante el gobierno del General Porfirio Díaz, se caracterizó por la aparente estabilidad económica y la opresión del pueblo; durante el Porfiriato la balanza presidencial se inclinó por los capitales nacionales y extranjeros que respaldaban sus políticas gubernamentales, haciéndose más evidente con el paso de los años, perpetuando su poder político a la vez que incrementaba la inestabilidad social. Hubo un enorme crecimiento en el sector industrial que implicó una gran derrama económica, sin embargo, las condiciones laborales de la clase trabajadora eran precarias, lo que se sumó al conglomerado de descontento social generalizado y que culminaron en movimientos sociales que tomaron fuerza a través de los años. Estos movimientos estuvieron integrados por campesinos, obreros y otras representaciones sociales (intelectuales y empresariales nacionales) que exigían mejores condiciones económicas, políticas, sociales y laborales. Pero en 1904, en el Estado de México, se  proclama la Ley de Accidentes de Trabajo, dejando como antecedente en un estado soberano, y del que daba el primer paso hacia la seguridad que debía de tener los empleados mexiquenses,  Dando inicios con Huelgas como la de Cananea, Sonora en 1906 y Río Blanco, Veracruz, en 1907, después de que el Presidente Díaz se pronunciara a favor de los patrones, aun cuando los obreros demandaban mejoras en sus condiciones de trabajo, todo esto, en consecuencia, fue sumándose poco a poco a otros incidentes similares, que junto a la reelección de 1910 del Gral. Díaz, provocaron lo que finalmente terminaría siendo la Revolución Mexicana en 1910 hasta 1920, (aunque hay datos que afirman que terminó más tarde). En este ambiente revolucionario, acontecieron algunos hechos que fueron especialmente relevantes a inicios del siglo XX ya que cimentaron las bases de la Seguridad Social:

Revolución Mexicana 1910-1920

Las ideas progresistas que dieron lugar a la Revolución Mexicana también impactaron en el papel que tenía el Estado como proveedor de la protección a la salud de la población, un papel que hasta antes de este proceso histórico era mínimo ya que asumía una posición caritativa más que de obligatoriedad, delegando su responsabilidad en el sector de salud, provocando precariedad en la población, por lo que el proceso salud-enfermedad era un tema que se encontraba más ligado a las labores de la Iglesia. Desde este nuevo enfoque progresista, el carácter obligatorio de la seguridad social avanzó, destacándose sobre hechos que se dieron mientras en la revolución (con pasos rápidos y otros lentos que avanzaban en la disputa) como lo fue que el Presidente Francisco I. Madero se comprometió a presentar leyes para pensionar a trabajadores mutilados o a sus familiares en caso de que perdiesen la vida; posteriormente, ya como presidente en turno, formuló las bases de Legislación Obrera Nacional, en el que se contemplaban los primeros fundamentos para la seguridad social. Posteriormente, alrededor de 1912, se funda la Casa del Obrero Mundial, una organización que se encargaba de coordinar, organizar y de forma en conjunta, sobre las acciones sindicales y huelgas para mejorar las condiciones laborales. En 1913, poco a poco se construyen caminos con los primeros esbozos de la Ley del Trabajo y se asigna un capítulo al seguro social, aunque debido a la situación revolucionaria no fue aprobada, quedando en el tintero de forma indefinida, hasta que el país encuentre las condiciones suficientes para retomarlo de nuevo. Llegando así en 1917, cuando se proclamó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, durante la presidencia de Venustiano Carranza, en la que se buscó atender las demandas que dieron origen al movimiento revolucionario, incluyendo aquellas relacionadas con los derechos y obligaciones de los trabajadores y en particular sobre la seguridad social. Estas lograron quedar plasmadas en los Artículos 2°, 4°, 5° y el más importante en derecho laboral, el artículo 123°.

Y aunque estos acontecimientos representaron los primeros pasos para la base     de la seguridad social, en realidad no tuvieron un impacto inmediato en la salud pública. Las instituciones médicas durante el gobierno revolucionario se mantuvieron en condiciones precarias y la ciencia no figuró entre las prioridades del Estado; y de hecho, esta falta de interés y liderazgo sanitario produjo una intensificación de las enfermedades como la viruela, tifo o la llamada influenza española, que llegaron a ser la causa de un gran número de muertes durante este proceso histórico.

Postrevolución y sus constantes cambios reflejados en 1920 a 1940

En el caso de México, el antecedente de la revolución pasiva inicia con la creación de la Carta Magna de 1917, ya que representa el más grande y laborioso de los esfuerzos realizados para atender las necesidades que originaron el movimiento armado. 2 años terminada la revolución, con el país en vías de reconstrucción, se da pie a la  Fundación de la Escuela de Salubridad, en 1922 (actual Escuela de Salud Pública). Fue una de las decisiones más importantes en materia de educación y salud, un paso hacia la concientización de no solo la salud para los mexicanos, sino en iniciar lo que sería los primeros pálpitos de la Seguridad Social, aunque estos no se concretarían al 100%; los esfuerzos de la reconstrucción nacional en búsqueda del progreso del país consideraron como una de las bases el desarrollo de mejores condiciones de vida, especialmente sanitarias; mediante la prevención de enfermedades y la promoción de la higiene. Dichas acciones fueron congruentes con la necesidad de atender el número de muertes atribuibles a la aseveración de enfermedades durante el periodo revolucionario.

Posteriormente se lleva a cabo la expedición de la Ley de Pensiones Civiles de Retiro y Creación de la Dirección General de Pensiones Civiles de Retiro, en 1925. Con ellas se contemplaba recaudar el fondo de pensiones y otorgar pensiones por cuestiones de edad avanzada, inhabilitación o muerte; sin embargo, la cobertura en atención médica y las medicinas no estaban contempladas.  En 1929 se formalizó la necesidad de contar con una Ley del Seguro Social y quedó plasmada en el artículo 123° de la CPEUM; con lo que se establecieron los derechos de las personas respecto al trabajo digno y socialmente útil, para lo cual el Congreso de la Unión se debía comprometer en la expedición de leyes del trabajo y que contemplen aspectos como: jornada laboral, condiciones laborales, días de descanso, condiciones de vulnerabilidad, salario, accidentes en el centro de trabajo, despido, créditos, entre otras como la Ley Federal del Trabajo, promulgada en 1931, donde esta ley regulaba lo relativo a los derechos laborales individuales, colectivos, administrativos y procesales; lo que incluía temas de contratos colectivos, salario mínimo, descansos legales, reglamento interior del trabajo, modificación, rescisión y terminación de contratos de trabajo, sindicatos, huelgas, riesgos profesionales, juntas de conciliación y arbitraje, entre otros.

Sin embargo, la piedra angular del proceso de la Seguridad Social, fue plasmada en 1935, con El proyecto de Ignacio García Téllez, este personaje, que además de ser abogado notable y político,  presentó el proyecto de creación del Instituto de Seguros Sociales durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas. Dicho proyecto proponía que el Instituto tuviese una aportación por parte del Estado, los trabajadores asegurados y los patrones, para poder cubrir enfermedades profesionales, enfermedades de trabajo, enfermedades no profesionales y maternidad, vejez e invalidez y desocupación voluntaria. Pero dada las condiciones que vivía el país, La aprobación del proyecto, por parte del Consejo de Ministros y la Cámara de Diputados, que se concretaría hasta el año de 1938; sin embargo, su creación no se llevó a cabo, en parte, por las condiciones socioeconómicas que atravesaba la nación debido a la crisis derivada de la expropiación petrolera; además que la Cámara de Diputados consideró que el documento necesitaba sustentarse con un mayor número de estudios actuales, postergando el anhelado sueño y dejándolo sobre la mesa, para otro sexenio que pudiera cumplir con la demanda que implica la Seguridad Social.

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