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III ORIENTACION PARA CONSTRUIR UNA CULTURA DE PAZ


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2012  •  8.204 Palabras (33 Páginas)  •  799 Visitas

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III ORIENTACION PARA CONSTRUIR UNA CULTURA DE PAZ

1 Elemento teórico de la Educación para la paz .-

"La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la condición humana. Estamos en la era planetaria; una aventura común se apodera de los humanos donde quiera que estén. Estos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano"

Tal vez sea precisamente en el reconocimiento recíproco de la condición humana donde reside el fundamento de una cultura universal, conformada colectivamente, que aspira a resolver las problemáticas y retos del futuro desde una forma de gobierno fundada en la justicia. Por otro lado, es evidente que la educación - cualquiera que sea su definición o función social establecida- es una tarea humana, centrada en el diálogo entre los actores, dirigida a aquel aprendizaje que favorece la comprensión del mundo, un mayor desarrollo de la personalidad de cada cual y la mejor forma posible de utilizar las capacidades (individuales y colectivas) para abordar con creatividad y éxito los problemas reales de una sociedad sometida a acelerados y constantes cambios.

Reconocernos en nuestra humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todos plantea diversas cuestiones que la educación debe responder. Una de estas interrogantes es cómo llegar a ese reconocimiento a través del diálogo como método para tomar conciencia de nuestra realidad común y a la vez diversa; y también como condición necesaria para construir un saber o conocimiento útil. Es decir, cómo favorecer una educación caracterizada por tres tipos de relaciones:

Dialógica o comunicativa como instrumento de descubrimiento compartido del saber;

Igualitaria como intercambio de percepciones, emociones, sentimientos e ideas de lo que somos y a lo que aspiramos, basado este intercambio en el respeto de la dignidad humana y en la diversidad cultural;

Contextual o histórica que construye la realidad y sus posibilidades de mejora partiendo de las preocupaciones reales de los que educan y se educan.

Por otro lado, no podemos olvidar que ese saber conveniente y perdurable fundado en el conocimiento de la condición humana y de sus posibilidades transformadoras, esencia básica de la educación, está unido de manera inexorable al universo de los valores: al modo cómo percibimos el mundo, lo organizamos y nos situamos en él estableciendo un conjunto de reglas y normas para dirimir los conflictos de relaciones que se dan en el mismo; y, codificando las prioridades de nuestras acciones en función del grado de satisfacción de nuestras necesidades humanas básicas. Es por ello que la educación no puede ni debe acontecer al margen de la dimensión ética; pues educar, según Victoria Camps (1994), es: " formar el carácter, en el sentido más extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales". ¿Cuáles deben ser los valores mínimos universalizables y consensuados que posibilitan el reconocimiento de lo que como seres humanos nos hace semejantes y, a la vez, diferentes? Atendiendo a las cuestiones anteriores, tres son pues, de partida, los desafíos que la sugerencia de Morin nos plantea:

1/ Reflexionar sobre la mejor forma de poner la educación al servicio de la Humanidad, como meta, que recomienda una profunda reflexión sobre la finalidad misma de la educación, desde la perspectiva política de la formación de una ciudadanía responsable, en un mundo globalizado y en permanente cambio. Se trataría, en primer lugar, de asegurar el pleno ejercicio de los derechos democráticos y la cohesión social a través de la participación; las competencias básicas para una ciudadanía informada y responsable; la construcción de una cultura científica para todos; el cultivo de los valores y actitudes de aprecio de si mismo y de los otros, como base de la convivencia y la paz; y los procedimientos para seguir aprendiendo y accediendo al conocimiento a lo largo de toda la vida. Por otro lado, esta educación debe mantener un adecuado equilibrio tanto en su dimensión humanista como tecno-científica, considerando las necesidades de los individuos y las demandas sociales. Y por último, la revisión y actualización periódica del currículo, en su concepción más amplia, para permitir el desarrollo de las dimensiones señaladas.

2/ Considerar la educación como un proceso caracterizado por una especial relación comunicativa o aprendizaje dialógico, sostenido por los principios de igualdad y no-discriminación cuyo fin no es exclusivamente la transmisión de conocimientos, sino la construcción colectiva de los mismos, desde el reconocimiento y respeto a la diversidad, guiada por la búsqueda de soluciones reales y posibles a las problemáticas a las que las sociedades, según su contexto, deben dar respuesta. O dicho a la manera de Adela Cortina (1996): "La educación del hombre y del ciudadano ha de tener en cuenta, por tanto, la dimensión comunitaria de las personas, su proyecto personal, y también su capacidad de universalización, que debe ser dialógicamente ejercida, habida cuenta que muestra saberse responsable de la realidad, sobre todo de la realidad social, aquel que tiene la capacidad de tomar a cualquier otra persona como un fin, y no simplemente como un medio, como un interlocutor con quien construir el mejor mundo posible".

3/ Enseñar la condición humana teniendo presente su naturaleza como unidad compleja que traducido al ámbito educativo significa abordar la transversalidad como un elemento diferenciador e innovador de una educación orientada por una visión holística del ser humano y del mundo. Visión que por la misma razón, en los niveles más concretos de la educación, implica una organización escolar más abierta y estrechamente coordinada con otros ámbitos sociales.

En síntesis, se trata de recuperar el valor de la humanidad a través de la educación para hacer frente a los retos del futuro desde el aprendizaje de una cultura universal. Pero no de una cultura cualquiera, sino una cultura fundada en el conjunto de esos valores compartidos por todos inspirados en un deber ético y una necesidad y realidad social: convivir en paz.

x hispánica, pax americana... - con sus diferentes modos tanto de concebir y organizar el mundo como de resolver y enfrentar los conflictos. Concepciones de paz negativa como ausencia de guerra o de paz positiva como construcción de la

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