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Integración Latinoamericana


Enviado por   •  14 de Octubre de 2014  •  2.077 Palabras (9 Páginas)  •  201 Visitas

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Integración Latinoamericana en la actualidad

La integración de América Latina y el Caribe en una sola comunidad de naciones es una aspiración que nació hace ya casi 180 años como el gran anhelo de los pueblos de este continente que se liberaban del dominio colonial español. Los próceres de la gesta independentista trataron de convertir ese sueño en realidad, fue Simón Bolívar, el Libertador, quien estuvo más cerca de lograrlo con su convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá. Aquel histórico intento que se llevó a cabo del 22 de junio al 15 de julio de 1826 en la Sala Capitular del antiguo recinto del Convento de San Francisco, en la Ciudad de Panamá con la presencia de cuatro grandes naciones americanas, equivalentes a 11 países actuales, y los fallidos intentos posteriores, no lograron hacer realidad los planes integracionistas, pero nos dejaron el preciado legado del proyecto integracionista bolivariano.

Muchas décadas tuvieron que transcurrir, para que la vocación integracionista de nuestros pueblos renaciera con renovado vigor a partir de la segunda mitad del siglo XX, hasta llegar a los actuales acuerdos y esquemas de integración existentes en la región. En el plano económico han emergido la CAN, el MERCOSUR, la AEC, la ALADI, etc., y en el plano político el Parlamento Latinoamericano, el Andino y el Amazónico. Ha crecido notablemente el comercio intrarregional en la década de los 90. Pero, no obstante estos avances aún están muy lejos de alcanzar el objetivo de una verdadera Comunidad Latinoamericana de Naciones (CLAN). Apenas comienzan a darse los primeros pasos para interconectar estos esquemas subregionales en un espacio único de integración. Sin embargo, nunca antes como hoy fue tan urgente la necesidad de la integración de nuestros países. Vivimos la llamada época de la globalización, de un mundo cada vez más interconectado, donde grandes procesos mundiales tienen lugar con dinámicas complejas, como lo es el surgimiento de gigantescos bloques comerciales, cuya avanzada la marca el proceso de unión europea. Se originan nuevos retos y oportunidades. Es un mundo donde se profundizan las asimetrías entre países desarrollados y los llamados “en vías de desarrollo”. Crece por un lado la tendencia hacia la liberalización económica y la competencia entre países y bloques comerciales, y por el otro, se refuerza el proteccionismo de los ya desarrollados.

LA URGENCIA DE LA INTEGRACIÓN

Dentro del marco descrito, América Latina ha visto descender su peso específico en la economía mundial. Las características políticas, económicas y sociales de los diferentes países que conforman la región Latinoamericana y del Caribe, indican claramente que ésta no puede ser clasificada como un continente con aceptable grado de desarrollo. Ante la ausencia de una plena y eficaz integración, las necesidades económicas de cada país, agudizadas por recesiones y crisis en la economía mundial, y las grandes presiones que genera la competencia económica entre los grandes bloques comerciales en torno a la región, se refuerzan las tensiones sobre los países latinoamericanos para inserciones asociativas con otros entes regionales, pero no construidas propiamente desde sus intereses, sino principalmente desde los intereses de otros más poderosos.

Sin una plena integración propia que fortalezca sus economía y les proporcione una sólida capacidad de negociación, los países latinoamericanos quedarán cada vez más desprovistos de un margen de autonomía y estarán a merced de los vaivenes de la gran competencia económica mundial entre grupos de países más poderosos. A esto se le suman los retos que enfrenta la región a consecuencia de la llamada “media década perdida”.

En el balance preliminar de las economías latinoamericanas y caribeñas en el 2002, proporcionado por la CEPAL, se consigna una caída de 0.5% de la actividad económica, con lo que el producto interno bruto por habitante se situó por debajo del nivel de 1997. En ello influyeron factores desfavorables, tales como:

• Deterioro de las condiciones financieras internacionales

• Menor dinamismo económico de Estados Unidos en el bienio 2001-2002

• Caída de los términos de intercambio de las economías no petroleras

En el período señalado, los flujos financieros dejaron un saldo negativo para la región, el servicio de la deuda externa superó los créditos contratados, cayó la inversión extranjera directa, determinada por el bajo crecimiento económico y el agotamiento de las privatizaciones, todo lo cual determinó una salida neta de recursos de la región en la suma de 39 mil millones de dólares. Se operó además, una caída de los precios de las materias primas (proceso que no cesa desde la crisis asiática); se afectaron negativamente las tasas de cambio con el dólar, se produjo una política monetaria contraccionista.

Si bien se logró un superávit comercial, otros indicadores fueron negativos, el desempleo alcanzó un máximo histórico, la variación de los salarios fue desfavorable, hubo una mayor inflación, y se ha desacelerado la tasa de crecimiento económico (2.1%).

El correlato de este cuadro económico en el panorama social de la región, se expresa en un empeoramiento de los niveles de vida de la población. Se acumulan problemas y déficit serios en materia social, como educación, salud, vivienda y empleo. Desde 1997 hasta la fecha aumentó en 10 millones el número de pobres. Como consecuencia se requerirá de un promedio anual de crecimiento económico sostenido, superior al previsto en el año 2000, o sea 3,2 durante los próximos 13 años, para alcanzar la modesta meta de reducir al 50% la pobreza extrema en el año 2015. La región sigue liderando los índices de inequidad social. De ahí la necesidad de recurrir a políticas económicas y sociales que refuercen las posibilidades de ampliar la base productiva, pero que a la vez conlleven una redistribución progresiva del ingreso, que permita que el crecimiento económico eleve más rápidamente el nivel de vida de la población con menos recursos.

No es posible enfrentar estos grandes retos sin una ulterior profundización del proceso integrador en el camino hacia la Comunidad Latinoamericana de Naciones (CLAN). Quedan aún muchas potencialidades integradoras no aprovechadas, baste señalar que, por ejemplo en materia de infraestructura, la proporción media del costo de seguro y flete para transportar legumbres, frutas y nueces entre Alemania y Francia es considerablemente menor que entre dos países de América del Sur, en distancias similares. Por ello la necesidad de implementar el Plan de Acción para la Integración de la

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