LA FINALIDAD DE LA VIDA

Vivimos limitados por nuestras carencias (falta de conocimiento) y miedos (creencias limitantes), poco a poco construimos una vida que sigue las directrices establecidas por el STATUS QUO (la sociedad); al entrar en la edad adulta olvidamos nuestros sueños, como resultado nos vamos alejando de nuestra verdadera esencia, convirtiéndonos en alguien que no somos, creando una falsa personalidad basado en el dinero, el éxito, el materialismo y el entretenimiento.

A los cuarenta, edad en la que muchos hemos vivido el tiempo suficiente como para haber hecho todo lo que la sociedad nos ha dicho que hagamos, y haber tenido todo lo que la sociedad nos ha dicho que tengamos, nada consigue llenar el pozo sin fondo en el que nos hemos convertido. Nuestro vacío existencial no está relacionado con lo que tenemos (mundo exterior) sino con lo que somos (mundo interior).

Tras años de vivir en conflicto podemos decidir quitarnos la venda de los ojos, mirarnos al espejo y orientarnos a la transformación, revisando y cuestionando nuestro sistema de creencias con la que hemos creado nuestro falso concepto de identidad. A este proceso se le conoce como el despertar de la consciencia, consiste en darnos cuenta de que no debemos seguir viviendo de la manera en la que lo hemos venido haciendo, porque gozamos de la libertad para tomar las decisiones y cambiar nuestro destino, abandonar la postura de víctima y asumir las riendas de nuestra responsabilidad personal, convirtiéndonos en los protagonistas de nuestra propia vida.

Aunque no solemos verbalizarlo, en lo más hondo de nosotros compartimos una profunda sed de verdad, para descubrir quiénes somos, cual es nuestro lugar en el mundo y de qué manera podemos construir una vida plena y con sentido. Esto nos lleva a investigar en primer lugar, “de dónde venimos” ¿Por qué somos como somos?, ¿para qué hacemos lo que hacemos?, en definitiva, queremos saber qué resultados estamos cosechando al seguir el estilo de vida que vivimos. En segundo lugar, nos mueve saber “quienes somos”, para comprometernos con nuestro propio autoconocimiento, tenemos que comprender como funciona nuestra mente, como podemos gestionar pensamientos más constructivos y cómo podemos regular nuestras emociones de manera más eficiente, aprendiendo a ser felices por nosotros mismos.

Una vez sabemos de dónde venimos y descubrimos quienes somos, estamos preparados para decidir “hacia dónde queremos ir”, pero ¿cómo podemos saber hacia donde debemos ir? Y ¿que hemos encontrado lo que andamos buscando? Pues de la misma manera que uno sabe cuándo está enamorado. Simplemente lo sabe, cada uno está llamado a encontrar su propia respuesta.

Joven arquitecto con cualidades y principios  personales indispensables para sobrellevar los diversos retos de la actual era contemporánea, con una GRAN ACTITUD MENTAL POSITIVA  y  con un GRAN DESEO DE ADQUIRIR CONOCIMIENTO en las diversas areas aprendizaje. Cuenta con experiencia, no solo en el marco constructivo, sino también en la toma y supervisión de inventarios.

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