LA INFORMALIDAD

INTRODUCCIÓN

Para nosotras, estudiantes de economía de la Universidad la Gran Colombia Armenia, se hace imperativo abordar el análisis de los problemas económicos, sociales y culturales que en la actualidad se evidencian en el departamento del Quindío y en particular, en su capital, la ciudad de Armenia.

La informalidad se constituye en una problemática urgente de examinar, pues influye de manera directa en la generación de otros eventos que atentan contra las condiciones de desarrollo económico local, como el aumento de la delincuencia, la drogadicción, la invasión del espacio público, etc. Todo esto, debido a la falta de políticas públicas acordes a las exigencias de una población que requiere de un empleo con todas las garantías laborares que contribuya a mejorar los niveles de bienestar social y la calidad de vida de esa gran masa de población dedicada a las actividades informales y a su vez, a mejorar la condiciones para el crecimiento económico local en términos generales.

Desde los años cincuenta del siglo XX, Colombia viene presentando graves problemas estructurales: violencia, corrupción, desempleo, narcotráfico, etc, que en el transcurso del siglo XXI, se han agravado, incluso generando otros problemas sociales como el déficit en vivienda, precario sistema de salud, debilidades en aplicación de la justicia, etc. Este panorama refleja la presencia de gobiernos débiles y sumisos que por atender las exigencias del capital financiero, no implementan políticas públicas para atender los problemas del país. Además, nosotros como sociedad, también somos culpables, pues debido a nuestra falta de cultura política, al desconocimiento de la constitución nacional, no ejercemos nuestro derecho a elegir gobernantes idóneos y responsables y fuera de ello, no hacemos control social a sus actividades.

Si nos ubicamos hoy, en pleno siglo XXI en el departamento del Quindío y más concretamente en su capital Armenia, ciudad con alrededor de 300.000 habitantes (más del 50% del total Departamental, en su mayoría ubicados en los estratos 1, 2 y 3 (80%), con una infraestructura productiva precaria. Así lo reseñaba un artículo publicado en el periódico La Crónica del Quindío en el año 2007 “En nuestro departamento, venimos sufriendo una de las mayores tasas de desempleo del país (19.4%) más del 7% por encima de la tasa de desempleo promedio en Colombia, generando una de las mayores crisis sociales por tal efecto. En 10 años, gracias a nuestra falta de emprenderismo, hemos incrementado la tasa de desempleo en el 11.5% viendo como la empresa privada ha venido retrocediendo, en especial, la correspondiente al comercio, en donde el número de empresas registradas ha descendido en más del 20%. Es notorio un pobre desarrollo industrial cuyo aporte al PIB regional no supera cifras de un digito”. (Restrepo, 2009: pag.20)

Como podemos deducir, la situación en el año 2013, no ha cambiado sustancialmente, pues según el último informe del DANE (trimestre junio-Agosto de 2013) el desempleo en Armenia se ubica en el 15.4%, solo superado por Quibdó (18.7%) y lo que es más preocupante (pero paradójicamente muy importante en términos socioeconómicos), la informalidad, como actividad económica, se ha convertido en una opción (sino la única para miles de personas) para “reproducir su vida”, lo que en el marco de la economía popular, se traduce en “…el conjunto de actividades económicas y prácticas sociales desarrolladas por los sectores populares con miras a garantizar, a través de la utilización de su propia fuerza de trabajo y de los recursos disponibles, la satisfacción de las necesidades básicas, tanto materiales como inmateriales” (Restrepo, 2009: pag.15). Específicamente en el centro de la ciudad de Armenia y en los últimos 10 años, es evidente el crecimiento de la informalidad y la cantidad de ventas ambulantes de todo tipo: alimentos, productos perecederos, vendedores de minutos, drogas ilícitas, etc. Situación que se enmarca en la llamada economía popular, como “actividades desarrolladas por los que fueron excluidos o nunca consiguieron ingresar al mundo del trabajo asalariado, así como por aquellos trabajadores que debido a los bajos salarios, buscan el trabajo por cuenta propia (individual o asociativo) para complementar su ingreso (Molina, J 2009,pag.36).

Es por ello, que el sector informal, ha evolucionado de tal manera que se ha convertido no solo en una actividad económica, sino en un estilo de vida, adoptando patrones de comportamiento similares,

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