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LOS FUNDAMENTOS NO RACIONALES DE LA RACIONALIDAD - COLLINS


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2018  •  Apuntes  •  4.338 Palabras (18 Páginas)  •  555 Visitas

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LOS FUNDAMENTOS NO RACIONALES DE LA RACIONALIDAD - COLLINS

Ser razonables es algo bueno y no serlo es propio de un tonto, un idiota o un niño pequeño. Parece evidente que la capacidad de hacer uso de la razón es el aspecto esencial de nuestro ser.  Somos un animal racional.

De esto parecería desprenderse que prácticamente todo lo que hacemos, las actividades de la vida cotidiana, el trabajo y los negocios, la política y la administración gubernamental, está basado en procesos de pensamiento racional.

La sociología se plantea en disidencia con toda esta creencia en la racionalidad basada en el sentido común. Uno de los descubrimientos principales de la sociología es que la racionalidad es limitada y aparece solo bajo ciertas condiciones. Más aun: la sociedad misma, en última instancia, no está basada en un criterio de acuerdo razonable o racional, sino en fundamentos no racionales.

La razón más sencilla para dudar de la omnipotencia de la racionalidad reside en el hecho de que habitualmente los diferentes defensores de la racionalidad no están de acuerdo entre sí. Hasta los defensores de la racionalidad tendrían que admitir que al menos una parte del tiempo las cosas no están determinadas por la racionalidad, sino por lo opuesto a ella. Evidentemente, la pregunta es ¿Cuál es cual? La respuesta que cada uno da depende del lado en que se encuentre.

La existencia de desacuerdos y conflictos es una razón para dudar del poder envolvente de la racionalidad. Podemos ir más lejos y mostrar que muchas políticas, en sí mismas sumamente racionales, pueden llevar a consecuencias que sus propios creadores considerarían indeseables. Un ejemplo de esto es la burocracia, pensadas para lograr una máxima eficacia, son tristemente celebres por su ineficiencia. Una buena parte de la sociología se ha centrado justamente en ese punto.

La racionalidad funcional consiste en seguir los procedimientos para calcular fríamente como se puede lograr un resultado de la manera más eficiente.  Esta se ocupa solo de los medios para lograr un fin.

En cambio la racionalidad sustantiva se ocupa de los fines en sí mismos. Los mismos procedimientos pueden ser funcionalmente racionales pero conducir a resultados sustancialmente irracionales. Una burocracia es una red de especialistas que se ocupan solo de los medios más eficientes para lograr una meta específica. En qué consisten exactamente esas metas no es un problema de ellos. Se ocupan solo de sus propias obligaciones y consideran que todo aquello que queda fuera de su área particular es problema de otros.

Podríamos suponer que la consideración de los resultados globales es responsabilidad de los administradores de más alto nivel. El problema es que cuanto mas burocrática es una organización mas atrapados quedan los administradores en su propio sistema. Su visión del mundo está condicionada por esos mismos procedimientos organizacionales.

La racionalidad funcional tiende a eliminar la racionalidad sustantiva.

Los gobiernos del SXX son claros ejemplos de una maquinaria burocrática fuera de control. Llevada al extremo la racionalidad funcional puede incluso amenazar la existencia de la civilización. Es precisamente la preponderancia de la racionalidad funcional sobre la racionalidad sustantiva lo que hace a la gente incapaz de mirar adelante, hacia horizontes más amplios. Cada cual se concentra  en hacer su propio trabajo, calculando los medios más eficientes para lograr un objetivo, actuando como una pequeña pieza del engranaje de una maquina. El propósito de esa pequeña pieza es hacer girar un engranaje. La persona que actúa como esa pequeña pieza resulta incapaz de formarse opinión, en primer lugar de por qué el engranaje debe dar vueltas; y luego, sobre si no sería mejor desechar la maquina por completo y reemplazarla por alguna otra cosa.

Las consecuencias irracionales de los procedimientos racionales no se limitan a la esfera militar y política. La línea del análisis empezó con Karl Marx en el siglo XIX. Ve una dinámica similar en el ámbito económico. La esencia del capitalismo, es precisamente su tendencia a reducirlo todo a cálculos de rentabilidad. En ese proceso, los valores humanos quedan subordinados a los económicos, y la consideración de los seres humanos termina por perderse en la maquinaria capitalista. Por otra parte, los resultados económicos del sistema, a la larga también terminan siendo irracionales. La racionalidad funcional del capitalismo se encuentra en la raíz de su irracionalidad sustantiva.

Se podría decir incluso que la especialidad de la sociología es el estudio de procesos que terminan resultando no racionales.

Pero hay también una perspectiva aun más fundamental, que muestra que la racionalidad en si no es el pilar sobre el cual, en primera instancia, basa su existencia la sociedad.

Este análisis fue formulado en el siglo XIX por Durkheim. Él analiza la sociedad estableciendo una analogía con el organismo biológico, en el que cada parte contribuye a la armoniosa integración del conjunto. Esta línea de análisis, conocida como funcionalismo, apunta a interpretar que cada una de las instituciones sociales contribuye al orden social. Muchas escuelas de la sociología moderna rechazan la perspectiva funcionalista de Durkheim. Estas escuelas, en cambio hacen hincapié en el papel del conflicto y la dominación entre clases sociales y otros grupos como determinantes primordiales de la forma de vida social.

En mi opinión, la estructura global de la sociedad puede comprenderse mejor como resultado de grupos de conflicto, algunos de los cuales dominan a otros. Pero el conflicto y la dominación en si son posibles solo porque los grupos están integrados a un nivel micro.

No dejaremos de tener en cuenta el hecho de que las personas persiguen sus propios intereses personales, al mismo tiempo que experimentan sentimientos de solidaridad, al menos hacia algunas personas. La racionalidad y el cálculo también tienen su lugar en el esquema, junto con sus fundamentos no racionales.

Las bases precontractuales de los contratos

Una forma tradicional, racionalista, de abordar a la sociedad es la que parte del concepto de contrato social. Algunos teóricos de la política, como Hobbes y Rousseau, veían los orígenes de la sociedad humana en el contrato establecido mucho tiempo atrás por personas que se habían reunido deliberadamente para seguir normas comunes y cosechar los beneficios de la cooperación social.

Los individuos que se unen en una sociedad obtienen cosas importantes que no pueden conseguir solos; por lo tanto, constituir una sociedad es una opción racional en la medida en que vemos los beneficios que obtenemos al mantener la sociedad y sus reglas.

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