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La consagración del espectáculo y la cultura


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  1.398 Palabras (6 Páginas)  •  326 Visitas

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La consagración del espectáculo y la cultura

En los tiempos modernos, el significado de sacralización o consagración ha cambiado mucho. Se ha cambiado el foco de lo que es o no sagrado, la religión ya no es más el principal método de influencia, ese papel ahora es casi que particularmente de los medio de comunicación, o en específico, la televisión. En paralelo se puede notar el cambio en los principios básicos de una cultura. Ahora ¿Cuál es exactamente el significado de cultura con todo el estos cambios de consagración?

La decadencia de la cultura, si así podemos decir, va de la mano con la llamada civilización del espectáculo (término utilizado inicialmente por T.S. Eliot, al referirse a una civilización direccionada por las leyes del espectáculo como la televisión y sus medios), cuando notamos que nuestros principios y conceptos ahora vienen de una única fuente, muchas veces incuestionable. “Y no veo la razón alguna por la cual la decadencia de la cultura no pueda continuar y no podamos anticipar un tiempo, de alguna duración, del que se pueda decir que carece de cultura” (T.S. Eliot, 1962).

Hasta no hace mucho, la religión, a su modo de ser: dura en su propio campo, daba un sentido aparente a la vida. Era ella la encargada de proteger a las masas y crear el marco cultural de esa determinada región, alejando las personas del aburrimiento y de las tentaciones negativas, de los pecados. La religión era la encargada de las artes, desarrollada principalmente en el cristianismo. Sin ir muy lejos en el tiempo, las leyes tenían sus raíces en el cristianismo. Importante no dejar de lado que la cultura implementada por el cristianismo tenía como principal eje el terror, lo que engendró y muchas matanzas por obra de guerras, hambre y matanzas deliberadas. La religión era encargada de ayudar a los resentidos (el drama humano), crea esperanza al explicar el sufrimiento humando. Pero no podemos olvidar el carácter dual de la religión, la religión premia y castiga.Lo que podemos denominar como La disciplina Cristiana.

Aún con la religión, pero de manera paralela, encontramos los movimientos pensantes (donde muchas de sus teorías anteriormente habían sido basadas en enseñamientos cristianos). Ellos tenían la teoría de que una educación liberal y al alcance de todos garantizaría un futuro de progreso, el mito de que las humanidades humanizan. Y aun con sus ideas tan revolucionantes, por así decir. La cultura de la palabra (la poscultura) es la que ha permanecido en algunas personas en una posición de esperanza, como expresaba Steiner: “el discurso hablado, recordado y escrito fue la columna vertebral de la conciencia.”. Ya que ahora la palabra está cada vez más subordinada a la imaginación, ya entrando en nuestro presente, la esencia de la palabra se ha perdido, igual que el determinismo de la religión.

Y es así, con las pérdidas de algunas teorías y creencias, que la cultura actual entra en un nivel diferente denominado: cultura de la alienación. Y su principal método de transmisión, ya no son las iglesia (en el cristianismo), ni tampoco las bibliotecas, escuelas, museos, entre otros (en los movimientos pensantes), y si la televisión, el espectáculo. Y como expresa Debord “El espectáculo es la dictadura efectiva de ilusión en la sociedad moderna”.

Nuestra cultura se transformó en una cultura de masas, nos transformamos en artículos de consumo. Lo que nos quieren ofrecer las civilizaciones del espectáculo son las novedades accesibles de manera más amplia y posible, que distraigan a la mayor cantidad posible de consumidores. La intensión de la civilización del espectáculo es divertir y dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos, sin ninguna necesidad: de una formación y/o de referentes culturales concretos. Las industrias han creado, nada más que las culturas de las marcas. Eso se da porque la imagen y el sonido van mucho allá de la palabra, en otras palabras, la pantalla está por encima de los libros, la palabra dicha, la conciencia.

Desde la creación de Hollywood hasta los tiempos modernos, hemos dado un gran salto en el desarrollo cibernético. Los actores y actrices se sobresalen y los grandes pensantes (como filósofos, teólogos, sociólogos) han quedado de lado. Es más importante ver una película de millones de dólares, que

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