¿La educación eje fundamental para una transformación social?

¿La educación eje fundamental para una transformación social?

Luisa Fernanda Ávila Pérez, Karen Dayan Ceballos Herrera

Uriel García
Docente

Funcionamiento de la legislación social, facultad de Ciencias sociales, Técnica Profesional en Operaciones De Servicios Comunitarios

Instituto Tolimense de Formación Técnica Profesional ITFIP

Espinal, Tolima

2022

¿La educación eje fundamental para una transformación social?

Las instituciones de enseñanza y prácticas educativas deben cambiar para abrir la educación a la creatividad, la cual es un recurso eficaz para iniciar procesos de transformación social. En el presente ensayo, se hablará sobre cómo aporta la creatividad en el campo de la educación para la justicia social en el mundo. La educación como acción social es una herramienta fundamental para el desarrollo de sociedades más justas (Latapí, 1993). Por ello, ante las inequidades y desigualdades que emergen, las instituciones educativas deben cambiar de manera radical hacia una mayor creatividad y libertad, ya que no estamos educando correctamente si no realizamos cuestionamientos constantes a nuestra realidad (Freire, 19).

Los temas que aborda la educación para la justicia social son variados, pero la distribución equitativa de los recursos y la responsabilidad social de las personas son especialmente importantes (Heather, 2006). Cuando se educa desde el enfoque de la justicia se alienta al estudiantado a examinar críticamente la opresión en el ámbito institucional y cultural, y se los anima a generar respuestas reflexivas y acciones nuevas, procurando que estos mantengan la esperanza, y, sobre todo, la creatividad (Heather, 2006, p. 106).Abordar el concepto de creatividad como un factor importante en la educación para la justicia social es complejo, por su naturaleza polisémica y multifacética (Campos y Palacios, 2018). Para comprender esta relación es necesario alejarse de la concepción clásica de la creatividad —asociada al talento y las artes— para definirla como una actitud que se desarrolla o inhibe por el contexto, y que, como característica humana, se puede enseñar y aprender en todos los contextos educativos (Romero, 2010).

La educación es uno de los ejes fundamentales para una transformación Social, más justa, equitativa e inclusiva. La realidad actual respecto a la Pobreza, desigualdad y segregación escolar aún nos dan cifras alarmantes a Nivel mundial. Haciendo una analogía, la escuela puede ser como una Partícula que reproduce los componentes de la sociedad. En ella encontramos Elementos intrínsecamente vinculados a los problemas sociales, como Situaciones y problemáticas comunes en materia de multiculturalidad, temas de género, desigualdades económicas, de rendimiento, de relaciones sociales, de exclusión, entre muchas otras. En tal sentido, se hace pertinente orientar como una finalidad esencial el favorecer una mejora en las desigualdades que se presentan en una comunidad educativa y promover escuelas con un Funcionamiento y organización más justa, democrática y creativa. En una educación para la Justicia Social, donde la escuela con toda su comunidad educativa participe, tanto docente, familia y alumnado, los autores Murillo y Hernández (2014) consideran los siguientes cuatro indicios: Primero, algunas escuelas contribuyen a la reproducción de desigualdades y otras a la transformación social, y esto tiene que ver con la responsabilidad Personal de cada integrante de la comunidad, como actor participante de Injusticias o como observador indiferente, por lo tanto, implica un Compromiso para visibilizar situaciones injustas que tengan impacto en la comunidad y sociedad; segundo, para promover una sociedad más justa, la escuela debe plantearlo explícitamente, esto implica una declaración de principios en los proyectos educativos que harán que no sólo sean discursos de buena voluntad sino que para no replicar las desigualdades sociales, la escuela lo debe plantear en sus objetivos y plan de acción; tercero, una escuela que trabaja por la Justicia Social y la equidad escolar lo revelará en su visión y en sus acciones cotidianas, esto quiere decir que se promuevan las capacidades Y competencia para modificar situaciones injustas y que el ambiente de la comunidad educativa comparta una cultura donde se trabaje en coherencia Para, en y desde la Justicia Social; cuarto, para promover un compromiso por la Justicia Social, la escuela contará con un buen estilo de liderazgo. Al respecto el liderazgo escolar para la Justicia Social es un enfoque teórico práctico orientado a una educación y sociedad más justa, y democrática, no puede haber participación desde una organización autoritaria, por cuanto, se vuelve una condición imprescindible que la escuela funcione desde la democracia. Para una educación en Justicia Social los autores destacan algunos Elementos: autoconocimiento y autoestima del estudiantado respecto a sus Identidades y cultura; respeto a los demás creando un clima de respeto y Empatía a la diversidad; abordar situaciones de injusticia social en diversos Colectivos como el sexismo, clasismo, homofobia e intolerancia y opresión de cualquier tipo; promover el movimiento y cambio social a través de ejemplos De personas destacadas y el trabajo conjunto; despertar la consciencia a través de la sensibilización de temas relevantes para la comunidad; correspondencia con la acción social en situaciones concretas de la comunidad, por ejemplo, en situaciones de exclusión por capacidades, nivel socioeconómico, cultural u origen entre otras.

Abordar el concepto de creatividad como un factor importante en la educación para la justicia social es complejo, por su naturaleza polisémica y multifacética (Campos y Palacios, 2018). Para comprender esta relación es necesario alejarse de la concepción clásica de la creatividad —asociada al talento y las artes— para definirla como una actitud que se desarrolla o inhibe por el contexto, y que, como característica humana, se puede enseñar y aprender en todos los contextos educativos (Romero, 2010)

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