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La escuela donde la enseñanza es vida


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2017  •  Ensayos  •  1.388 Palabras (6 Páginas)  •  181 Visitas

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La escuela donde la enseñanza es vida

De caña y madera, así empezó la historia de esta escuela en 1971, en donde todos los antiguos de Sacachún estudiaron la primaria, muchos de ellos no lograron terminarla pues sus padres tenían la certeza que el aprendizaje del campo y el cuidado de los animales eran su verdadero oficio.

Al poco tiempo surgieron algunos problemas con el maestro encargado, la deserción iba en aumento, luego el Consejo Provincial del Guayas en 1981, reedificó el plantel, pero esto no bastó para devolver la esperanza de una escuela llena de chicos, a esto se sumó la partida del monolito San Biritute, piedra de figura masculina, que era reconocida por el pueblo como símbolo de fertilidad, se dice que cumplía favores a las parejas que no podían concebir y tenía el don de hacer llover, la iglesia y el municipio de Guayaquil de esa entonces, una noche lo sustrajo, siendo su nueva morada el Museo Municipal de Guayaquil. Con su partida las mujeres dejaron de concebir, y sin niños, pues no hay escuela.

En un ambiente inhóspito, con una comunidad que emigraba de a poco a Santa Elena, ya para principio de los noventas, el establecimiento había dejado de funcionar por completo. La esperanza del retorno de San Biritute se conjugaba con el anhelo de escuchar otra vez la campana llamando a los niños a clases, pero hubo una sacachuneña que nunca se rindió y a la firmeza  por el regreso de la pieza arqueológica, se sumó la gestión que lideró Rosa Quimi, para que la escuela sea reabierta.  

En julio del 2011, luego de 58 años de lucha, se sentó un precedente histórico en el país, pues nunca antes se había devuelto un bien patrimonial museado a su lugar de origen. Hubo fiesta, música y compromisos interinstitucionales, entre ellos la reapertura del plantel, una contienda que ya tenía años librando la maestra, quien desde 1955 cuando obtuvo su nombramiento siempre soñó con dar clases en su tierra de origen: Sacachún, sin embargo, el destino le deparó otros parajes.

Su periplo como docente empezó en San Vicente de Colonche, luego en Valdivia donde daba clases con su hijo de 7 meses, Rosita con orgullo relata que ¨ al pie del pizarrón en esa entonces había unas banquitas bipersonales, para dos, las juntaba y hacia una cuna, la arrimaba al pizarrón y ahí con mi hijo dormido yo daba mis clases¨, nada detuvo la entereza de quien tiene en la actualidad 18 años en el magisterio, 15 de ellos en Guayaquil, desde dónde luchó por la escuela de Sacachún.

En torno al regreso del monolito, la Lcda. Quimi, envió sin número de oficios a la Dirección Provincial de Santa Elena, solicitó apoyo al Instituto de Patrimonio y al Ministerio Coordinador de Patrimonio, fue  un camino más largo y complejo que llegar al propio Sacachún,  pero nunca perdió la fe, y la constancia tuvo su recompensa.

La mañana del 16 de abril del 2012, fue distinta; los chivos, salieron a pastar, de a poco  las familias, con paso lento, caminaban a través del pueblo y San Biritute veía a toda su comuna emocionada subir la loma, la escuela Fiscal “Carlos Alberto Flores” después de estar cerrada por 24 años consecutivos, inauguró el inicio del año escolar 2012, con 5 estudiantes, Sthephany Canales Quimi de séptimo año, Justin Canales Quimi de primero de básica, Fabiola Cruz González y Carlos Villón de la Cruz, van a quinto de básica y David Láinez Ramírez, que cursa el preescolar, “todos son entusiastas, yo les digo a ellos que no se deben limitar a lo que dice la maestra  por que no solo deben ser oidores, sino también críticos de los que uno les está indicando, porque no todo lo que leemos es verdadero¨, afirma Rosa.

Padres y en especial abuelos emocionados, fueron parte de este acto, quienes recordaron su época escolar, cuando dejaban por un momento el trabajo en la tierra y se dedicaban a estudiar y aprender la lección. Francisco Tigrero[1] cuenta cómo era en ese tiempo: “Se iba a la escuela y eran dos jornadas y el profesor era bien estricto en mi época. Eran cuatro lecciones diarias que nos mandaban que teníamos que aprendernos y todas las cuatro dar al pie de la letra, desde el inicio hasta el último, y si alguien no daba las lecciones, ahí nos hacían arrodillar en platillo sobre granos de maíz y ahí estabas arrodillado, estudiando hasta que te aprendías. La profesora después de una hora decía “ya levántese, ya se sabe”.

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